Vance y Walz: un debate amable en una campaña a base de golpes

Miguel Palacio NUEVA YORK / E. LA VOZ

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J. D. Vance (a la izquierda) y Tim Walz, el martes en el plató de la CBS, en Nueva York.
J. D. Vance (a la izquierda) y Tim Walz, el martes en el plató de la CBS, en Nueva York. Mike Segar | REUTERS

Los dos candidatos a vicepresidente crearon un momento de calma en el año electoral, que ganó por la mínima el republicano

03 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Tim Walz y J. D. Vance, candidatos a vicepresidente de Kamala Harris y Donald Trump, respectivamente, dejaron abiertas todas las posibilidades en su debate del martes. Ganó Vance por una mínima diferencia, pero el demócrata también superó la cita con solvencia. Los dos aspirantes a ocupar el puesto número dos de la Casa Blanca ofrecieron un cara a cara marcadamente educado y comedido en las formas, con actuaciones que contrastaron con la habitual belicosidad de sus compañeros de papeleta.

Según los sondeos de la CNN, Vance se impuso a su rival por dos puntos porcentuales (ganó según el 51 % de los espectadores, frente al 49 % que dieron como ganador a Walz). Una diferencia mínima que, sin embargo, sirvió para aumentar el porcentaje de americanos que perciben favorablemente a ambos candidatos. Vance, que partía de una aprobación del 30 %, consiguió aumentarla hasta el 41 %, mientras que Walz hizo lo propio de un 46 % a un 59 %.

Uno de los momentos más sonados del debate llegó al hilo de las preguntas de los moderadores sobre la reticencia de Donald Trump a reconocer los resultados de las elecciones del 2020 como legítimos. El compañero de fórmula de Trump sufrió para dar una respuesta contundente y quiso comparar el 6 de enero del 2021 con las sospechas de que Rusia pudo haber interferido a favor de Trump. «Si lo que queremos decir es que es necesario respetar los resultados de las elecciones, me apunto», dijo el republicano. Walz, por su parte, le respondió que «el 6 de enero no fueron anuncios en Facebook», subrayando que el segundo de Trump se ponía de perfil ante lo que fue un ataque contra las instituciones del Estado.

El encuentro entre los posibles vicepresidentes ofreció un oasis de calma en una campaña que, en su mayor parte, ha estado muy centrada en el intercambio de golpes. Así, los dos candidatos discutieron de medidas y de políticas, cada uno al hilo de la estrategia de su bando. Vance quiso conectar todas las problemáticas a la llegada de migrantes extranjeros, uno de los ejes de la narrativa de Trump. Walz, por su parte, se centró en desmontar parte de los argumentos de su rival, como el que afirmaba que Trump había reforzado la reforma sanitaria de Barack Obama o el bulo sobre los inmigrantes comemascotas haitianos de Ohio.

El que posiblemente sea el último debate antes de las elecciones de noviembre queda así para la posteridad. Vance, que lidia con una percepción negativa por parte de los votantes, consiguió ofrecer una imagen mejor. Walz, por su lado, confirmó lo que todos sospechaban: es el epítome de aquello que llaman «Minnesota nice», la idea de que los habitantes de este estado son especialmente amables, corteses y educados. Del efecto que el encuentro pueda tener sobre la carrera electoral, las conclusiones son mucho menos obvias.