Muere Humberto Ortega, el hermano defenestrado del presidente de Nicaragua
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El líder militar sandinista llevaba desde mayo en arresto domiciliario por pintar de «dictador» a su hermano Daniel
30 sep 2024 . Actualizado a las 22:15 h.Humberto Ortega Saavedra salvó prácticamente de milagro su vida en 1969. El entonces guerrillero sobrevivió a dos disparos en su torso durante un operativo para liberar a Carlos Fonseca, en aquella época líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) que luchaba contra la dictadura somocista. Desde entonces, incapacitado para el combate, se convirtió en un estratega y su papel fue clave en la exitosa insurrección nicaragüense.
Cinco décadas y media después, este martes, defenestrado por su hermano y compañero de lucha, el presidente Daniel Ortega, y por la oposición del país centroamericano, el exlíder militar murió en un hospital de Managua. «El paciente Humberto Ortega Saavedra, de 77 años de edad, presentó paro cardiorrespiratorio y, luego de atenderlo con maniobras de resucitación cardiopulmonar, no salió de tal condición, declarándose fallecido a las dos y media de la madrugada», señaló el Ejército en un comunicado.
Ortega se encontraba bajo una suerte de prisión domiciliar, ordenada desde El Carmen, la residencia presidencial, en mayo, cuando protagonizó una llamativa entrevista con el portal argentino Infobae en la que puso en duda la sucesión del «poder de tipo dictatorial» de su hermano. «Sin Daniel, veo muy difícil que haya dos o tres que se junten, mucho menos uno en particular, y más difícil en la familia», señaló, abriendo la caja de los truenos porque muchos creen que Rosario Murillo, la primera dama y vicepresidenta, busca la sucesión.
La reacción fue inmediata. Su casa fue rodeada por la policía y finalmente quedó en el lugar una «unidad médica especializada», medida que se interpretó como una «casa por cárcel». Era la caída en desgracia para el hombre clave del sector tercerista de los revolucionarios, que, alentando a la insurrección urbana, acabó asegurando la revolución en 1979.
Ante la lucha de egos que Humberto mantenía con los más prominentes entre los nueve comandantes revolucionarios, finalmente el grupo convino que el menos conflictivo y, apuntan algunos, menos influyente en aquella época, Daniel Ortega, se convirtiese en coordinador de la junta de la Revolución después de 1979, algo que el hoy mandatario aprovechó para liderar el movimiento y convertirse oficialmente en presidente en 1984.
Humberto, eso sí, se convirtió en líder del Ejército, y eso le garantizó un gran poder. Creó el muy criticado servicio militar patriótico obligatorio en los ochenta, reclutando obligatoriamente a menores de 25 años, miles de los cuales murieron en los combates, convirtiéndole en una figura muy criticada. La presidenta Violeta Chamorro lo mantuvo como jefe del Ejército después de ganar las elecciones de 1990 como un gesto hacia la transición, hasta que lo mandó al retiro en 1995.
La oposición critica tanto el servicio militar patriótico como el hecho de que hiciese fortuna durante los años de la revolución. Daniel Ortega, de 78 años, lo calificó como «traidor a la patria» en mayo por haberle dado una medalla a un estadounidense en 1992 y lo acusó de haber «vendido su alma al diablo». Está por ver cómo despide a su hermano el presidente nicaragüense.