Un informe asegura que el reciente episodio de lluvias en el continente debería ocurrir una vez cada 100 a 300 años incluso con el calentamiento actual
02 oct 2024 . Actualizado a las 09:17 h.El mes de septiembre será recordado en Europa por la devastación que generó el paso de la borrasca Boris por Austria, la República Checa, Eslovaquia, Alemania, Polonia y Rumanía. Las lluvias torrenciales provocaron 24 muertos, miles de evacuados y daños valorados en 10.000 millones de euros según ha anunciado la Comisión Europea.
Un equipo de científicos internacionales que forman parte de la iniciativa WWA (World Weather Attribution) acaba de publicar un estudio de atribución rápida sobre las características de este histórico temporal. El análisis asegura que el diluvio abarcó una región más amplia todavía que las inundaciones históricas de 1997 y el 2002 y que se trata de un episodio inédito incluso en el contexto de calentamiento. «En el clima cálido actual una lluvia de esta magnitud representa en realidad un evento muy raro que se esperaría que ocurra una vez cada 100 a 300 años», incluye el informe.
El potencial explosivo del temporal empezó a gestarse alrededor del 12 de septiembre, cuando una masa de aire procedente del Ártico cubrió al continente, propiciando bajas temperaturas para la época del año. La corriente en chorro estaba muy ondulada y esto provocó que el frío polar se abriese paso a pesar de estar en verano. Uno de los ingredientes ya estaba disponible, pero no era suficiente.
Mientras, en un Mediterráneo extremadamente caliente, una borrasca bautizada como Boris por el servicio meteorológico de Italia inyectaba aire cálido y húmedo hacia Centroeuropa. El mar Negro, más caliente de lo habitual, también puso de su parte para proporcionar humedad.
Cuando las dos masas de aire se encontraron surgió una inestabilidad atmosférica capaz de descargar más de 450 litros por metro cuadrado en 96 horas, la mitad de la precipitación que suele caer en esa zona de Europa en todo el año. El informe describe este tipo de sucesos como «evento de lluvia de cuatro días» y adelanta que «en un escenario de calentamiento futuro en el que la temperatura global sea 2 grados más alta que los niveles preindustriales, los modelos predicen eventos de lluvia de cuatro días aún más intensos, con un aumento adicional esperado de alrededor del 5 % en la intensidad de las precipitaciones y un aumento adicional del 50 % en la probabilidad en comparación con la actualidad».
En la misma línea, el trabajo científico advierte sobre los efectos de una atmósfera cada vez más cálida, capaz de contener una cantidad mayor de vapor de agua. Se estima que por cada grado centígrado de calentamiento, el aire retendrá un 7 % más de humedad. «Los estudios han demostrado que los aumentos en la precipitación pueden haber sido subestimado en modelos climáticos. Por lo tanto, estos resultados son conservadores».
«Estas inundaciones son una muestra de lo costoso que está resultando el cambio climático. Incluso después de días de preparación, las inundaciones devastaron ciudades, destruyeron miles de hogares y obligaron a la Unión Europea a comprometer 10.000 millones en ayuda», subraya la investigadora MajaVahlberg, una de las autoras del informe.
«Estas inundaciones ponen de relieve los devastadores resultados del calentamiento provocado por los combustibles fósiles. Tormentas como Boris desatarán lluvias aún más intensas, provocando inundaciones que paralizarán la economía», añade la climatóloga Joyce Kimutai del Imperial College de Londres y coautora del trabajo.
«La alerta temprana permitió evitar más muertes, pero los planes contra inundaciones se han implementado con demasiada lentitud. Todos los europeos deben saber que abordar este problema mejorará enormemente sus vidas. Poner fin a los combustibles fósiles, hace que las ciudades sean lugares más saludables y reduce el riesgo de inundaciones letales», sostiene la científica Friederike Otto, otra de las responsables del informe.