Portugal teme nuevas elecciones si el Gobierno no logra aprobar los presupuestos del 2025

Brais Suárez
Brais Suárez OPORTO / E. LA VOZ

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El primer ministro de Portugal, Luís Montenegro, en una imagen de archivo
El primer ministro de Portugal, Luís Montenegro, en una imagen de archivo TIAGO PETINGA | EFE

Rebelo de Sousa asegura que sin cuentas «habrá crisis económica y política»

25 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Con el Gobierno aún escaldado por su gestión de los incendios de la semana pasada, un nuevo fuego ya arde ante el conservador Luís Montenegro. Su Ejecutivo, en minoría, intenta pasar página y dominar la narrativa para lograr los apoyos que le permitan aprobar los Presupuestos de Estado del 2025. La diferencia es que este nuevo incendio coge a Montenegro preparado y está sirviendo, precisamente, para apagar los imprevistos —la catástrofe forestal y la fuga de presos de una cárcel— que han descolocado al Ejecutivo y puesto patas arriba la reentré política.

Otro elemento, que se había mantenido ecuánime hasta el momento, apareció este lunes para avivar las llamas: «Si no se aprueban los presupuestos, habrá crisis política y económica», dijo a los periodistas el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, que hasta ahora se había limitado a expresar su convicción de que los principales partidos encontrarían el modo de entenderse.

Sin una ley de presupuestos aprobada, el Gobierno solo podrá gobernar en duodécimos (lo que limita el gasto mensual a la doceava parte de lo gastado en el mismo mes del ejercicio anterior), y de ahí el riesgo de crisis económica. El de crisis política está cada vez más cerca por varios motivos: el primero es la amenaza implícita, en las palabras de Rebelo de Sousa, que en el 2021 ya convocó elecciones por la incapacidad del Gobierno socialista, entonces en minoría, de aprobar las cuentas —una cita en la que António Costa, victimizado por el «bloqueo» de los otros partidos, obtuvo la mayoría absoluta—.

El segundo es que el propio Montenegro, que hasta la fecha insistía en no tener problema en gobernar en duodécimos, intervino solo unas horas después que el presidente para asegurar, en su misma línea, que «los duodécimos no son una solución». Aunque negó estar ejerciendo «un chantaje o presión política», apeló al «sentido de Estado» e hizo una advertencia: «Hemos tenido dos elecciones legislativas seguidas y, de haber unas terceras, serían las terceras en tres años». Es decir, parece abierto a hacer una apuesta similar a la de Costa en el 2021 y, aun sin pruebas de que las urnas vayan a jugar a su favor, se siente avalado por una coyuntura favorable y seis meses gobernando «en modo de campaña electoral», como muchos comentaristas definen sus paquetes de ayudas a sectores que venían años reclamándolos.

El otro motivo reside en los socialistas. Con la extrema derecha (Chega) prácticamente descartada de las negociaciones, las declaraciones de Rebelo de Sousa y de Montenegro trasladan la presión al Partido Socialista. Al contraataque, el líder del PS, Pedro Nuno Santos, envió el domingo por la noche un comunicado poco habitual, en el que «lamentaba» las «provocaciones y discusiones infantiles» promovidas por Montenegro, quien había filtrado detalles de la negociación. Desde el principio, los socialistas exigen al Gobierno que renuncie a las bajadas del IRPF para jóvenes y del Impuesto de Sociedades, medidas clave de su programa que el PS ve como «caras e injustas». «No teniendo la mayoría absoluta, deben ceder ante el PS», advirtió ayer Nuno Santos.

En un tono más conciliador, el ministro de Asuntos Parlamentarios, Pedro Duarte, dijo que el Gobierno «no cerrará el Presupuesto del Estado sin conocer las propuestas del PS», y los conservadores recuerdan que nunca un Gobierno había compartido con la oposición tantos detalles del marco macroeconómico como en este caso.

Los cruces de declaraciones y los cambios de postura han sido habituales desde la toma de posesión del Gobierno, en abril. Pero este juego retórico debe acercarse a una solución el próximo viernes, cuando ambas partes se reunirán con propuestas concretas. De su entendimiento dependerá que la coalición conservadora pueda gobernar un año más.