Israel golpea el Líbano con miles de bombas

Pablo Medina MADRID / LA VOZ

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Una familia abandona el sur del Líbano hacia Beirut por los ataques israelíes.
Una familia abandona el sur del Líbano hacia Beirut por los ataques israelíes. WAEL HAMZEH | EFE

Tel Aviv ya replica su estrategia de ataques indiscriminados usada en Gaza mientras más de 100.000 civiles del país árabe han sido desplazados

25 sep 2024 . Actualizado a las 12:29 h.

Israel ya replica la fuerza bruta utilizada en Gaza en el Líbano. Este martes, Tel Aviv lanzó más de 2.000 proyectiles contra 1.500 posiciones de Hezbolá a lo largo de todo el país de los cedros que, junto con los ataques de hace dos días, deja ya más de 569 muertos y 1.600 heridos, además de cientos de miles de desplazados internos e infraestructuras vitales dañadas. Con Hezbolá contenido, los esfuerzos diplomáticos continúan para parar una posible guerra que cada día está más cerca.

El Ejército israelí ha bautizado oficialmente como Flechas del Norte a la operación que desarrolla en el Líbano, principalmente en las zonas del sur, el Valle de la Bekaa y Beirut. Tras cuatro oleadas de bombardeos, el saldo de muertos que contabiliza el Ministerio de Defensa del país árabe asciende a 569 muertos, entre los que se encuentran dos trabajadores de Naciones Unidas, un periodista de la cadena Al Mayadeen, además de varias decenas de mujeres y niños. Una réplica de su actuación en Gaza, región invisibilizada por Tel Aviv tras el asesinato de un centenar de periodistas palestinos y el cierre de las emisiones de la cadena Al Yazira en Palestina e Israel.

Sin embargo, un comunicado castrense insiste en que el objetivo siguen siendo «posiciones de Hezbolá» a lo largo de todo el país, generalmente depósitos de armas y lanzaderas con las que el grupo ataca Israel. Y si bien las fuerzas de Tel Aviv no lograron matar ayer al oficial Ali Karaki, el comandante jefe de las operaciones de la milicia chií, sí lograron abatir a Ibrahim Kobeissy, jefe de misiles, en un ataque sobre el suburbio de Dahye, favorable a Hezbolá, en el que murieron además otras seis personas.

Belén Araujo

Una crisis civil deliberada

Pero como en la Franja de Gaza, las víctimas civiles excedieron con creces a las de objetivos militares. El portavoz de habla árabe del Ejército israelí, Avichay Adraee, se justificó alegando que «localizaron cohetes en barrios residenciales con gran cantidad de armas terroristas y misiles», algo a lo que también se refirió el primer ministro del país, Benjamin Netanyahu: «Os dije ayer que evacuarais las casas donde [Hezbolá] ha metido un misil en el salón y un cohete en el garaje. Quien tenga un misil en su salón y un cohete en su garaje se quedará sin casa».

El diario L’Orient Le Jour ubicó la mayoría de ataques israelíes en la capital libanesa y en las ciudades de Toura, Chéhabiyé y Mansouri (Tiro), Kounine, Sultaniyé, Jmaijmé, Barachit (Bint Jbeil), Kaouthariyet el-Sayad (Sidón) y Dibbine (Marjeyoun), de donde se han desplazado más de 100.000 personas desde el repunte de las tensiones, según apuntó el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados. El Ministro de Salud Pública libanés, Firas Abiad, confirmó por su parte que Israel bombardeó deliberadamente ambulancias, centros sanitarios y personal médico, y certificó que 26 de estos últimos fueron asesinados en los ataques múltiples.

En respuesta, Hezbolá lanzó 220 cohetes sobre Haifa, Krayot, Acre, Jadeidi-Makr y Safed sin que se reportaran daños o víctimas. Se trata de su mayor ataque desde que las autoridades hebreas declararan la guerra contra el movimiento palestino Hamás en Gaza, aunque mandos militares israelíes consultados insisten en que la milicia proiraní se «contiene» debido a que de momento no se ha lanzado ninguna operación terrestre en el sur libanés y, como dijo ayer el presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, «Hezbolá no puede combatir solo».

Despliegue humanitario

El fuego cruzado afecta a una variedad de civiles considerable. Desde hace décadas, Líbano sirve como el país de acogida de más de 250.000 palestinos, según Naciones Unidas, que fueron expulsados de Israel durante la Nakba de 1948. Además, con la guerra civil siria que comenzó en el 2011, el país de los cedros acogió a un millón y medio de ellos —45 han muerto por los ataques en los últimos dos días—, según estimaciones del organismo internacional. En un país desprovisto de recursos económicos, los refugiados son especialmente vulnerables y los desplazamientos internos abren una crisis de especial gravedad.

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, radicado en Londres, pero con una gran red de informantes en Oriente Medio, indicó que decenas de miles de sirios se agolparon en las últimas horas en el paso fronterizo de Masnaa para cruzar a la localidad siria de Jdeidet Yabus, desde donde pueden llegar a Damasco. En el norte, también intentan alcanzar Homs y Tartús. Los palestinos no corren la misma suerte, ya que en su mayoría tienen condición de apátridas y no pueden abandonar los campos de refugiados donde viven sin permiso del Ejército libanés.

Los libaneses desplazados se han visto forzados a irse a casas de amigos o familiares, y las iglesias y mezquitas del país han abierto sus puertas para acoger a los desplazados del sur. Ante esta situación, Médicos Sin Fronteras lanzó un comunicado para explicar que está «distribuyendo colchones y kits de higiene a los refugios colectivos de todo el país y sus unidades médicas móviles prestan asistencia sanitaria básica y psicológica». En el Líbano ya se siente una guerra que, de momento, no ha llegado.