Con motivo del aniversario, que se celebra este lunes, se publica un libro que repasa una de las trayectorias más importantes de la música popular
22 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Un disco como Born to Run (1975), que vale por las trayectorias completas de miles de músicos de todo el mundo, ocupa en Bruce Springsteen 75 aniversario (Libros Cúpula) de Gillian G. Gaar solo dos de sus 200 páginas. Y no es que se minusvalore su importancia, sino que dentro de una trayectoria tan descomunal como la del americano supone un capítulo más dentro de la serie que ha desbordado todo lo esperable en un artista. Si cuando superó los 50 años empezó a verse todo como una especie de cuenta atrás (¿cuánto tiempo aguantará dando conciertos de este nivel?), un cuarto de siglo después sigue ahí, comandando el rock de estadios como si del superhéroe del género se tratase. A la excepcionalidad que ya mostraba en los setenta y ochenta se suma ahora el hecho de seguir al pie del cañón, dando conciertos de tres horas siendo un septuagenario.
Coincidiendo con su cumpleaños, este volumen pretende trazar el recorrido que va desde el nacimiento de Bruce Frederick Joseph Springsteen en Long Branch (New Jersey) en 1949 hasta la gira del 2023 para presentar Letter to You (2020) y volver a dejar boquiabierto al mundo. Entremedias, se suceden un sinfín de logros. En la introducción, Gillian G. Gaar habla de la «distancia que separa la casa donde pasó sus primeros cinco años (donde había una sola estufa de queroseno para calentarse en invierno) y la Casa Blanca (donde más tarde le harían entrar para reunirse con el presidente)». Se trata de un viaje que, como tantos otros —de sus conciertos en el Cafe Wha? del Greenwich Village de Nueva York con The Castiles a llenar varias noches seguidas los estadios más grandes del mundo, podría ser otro—, sirve para sintetizar la dimensión del Boss y su figura, central dentro de la cultura popular de los cuatro últimos decenios.
En ese periplo, vital y artístico, hay «siempre un trocito de lo que había sido la vida en su primer hogar», como afirma la escritora. Eso se plasmó en unas canciones que muchas veces miraron el lado sombrío de América —los que se descuelgan de la sociedad, la gente sin esperanza, los conflictos raciales, la bola de demolición del sistema— convirtiéndose en una suerte de portavoz social y cronista de su país. Y aunque lo haga como un millonario y en sus conciertos se reúnan solamente aquellos que pueden pagar los precios de sus entradas, hay miles y miles de personas en todo el mundo que, al escucharlo, sienten que están ante la verdad auténtica hecha música.
En el libro aparece el impacto de Elvis y The Beatles en su juventud, el momento en el que se ganó el sobrenombre de Boss, la llegada de la E Street Band a su vida y el debut con Greetings from Asbury Park, N.J. (1972). También, la crítica definitiva de John Landau («he visto el futuro del rock y se llama Bruce Springsteen», escribió), la explosión roquera de la segunda mitad de los setenta y la consagración definitiva con The River (1980), dejando de ser «el nuevo Dylan» para convertirse en el faro de la escena que arrasaría en el siguiente decenio.
El recorrido sigue todos los hitos de la carrera —el bombazo comercial de Born in the USA (1984), la gira de Amnistía Internacional, su Óscar con Streets of Philadelphia, su papel de portavoz musical en el 11S, su implicación con la candidatura de Barack Obama...— con textos ágiles y abundante material fotográfico. No se trata de una obra que profundice mucho en su trayectoria en el plano literario, sino que traza una visión panorámica de la historia del Boss recreándose en la plástica de la fortaleza del artista.
Cierra con la gira del 2023 y una bofetada al artista por su decisión de poner precios dinámicos en los conciertos y reafirmarse en ello en una entrevista en Rolling Stone. «Fue una respuesta notablemente insensible que reveló que Springsteen no había comprado una entrada para un espectáculo en directo desde hacía algún tiempo», concluye la autora.
Dos conciertos en Galicia y el deseo de un tercero
Bruce Springsteen actuó dos veces en Galicia. Fue en el mismo lugar, O Monte do Gozo. Cuando hay un año Xacobeo o un plan ambicioso de grandes eventos en las principales ciudades gallegas, su nombre siempre surge a colación. Su condición de gran icono del rock lo hace apetecible para marcar un pico difícilmente superable por otros artistas. Fue lo que ocurrió en 1993 y en el 2009 con dos recitales muy recordados.
En 1993 llegaba un Bruce Springsteen que no atravesaba su mejor momento, tras editar en 1992 simultáneamente los flojos Human Touch y Lucky Town. No contaba con la E Street Band. Pero el público respondió en masa, reuniendo 30.000 personas. No defraudó. Después de repasar el material nuevo, dedicó una hora y media a revisar clásicos, interpelando al público en gallego y montando toda una fiesta musical.
En el año 2009 volvería ya con la E. Street Band, dando uno de los mejores recitales de rock que se hayan visto en Galicia. Con la formación en plenas facultades y un sonido perfecto, fueron tres horas largas de himnos, derroche de energía y comunión total. Desgraciadamente, el concierto quedó ensombrecido por una lamentable organización que dejó a gente con entrada fuera del recinto mientras dentro, especialmente al terminar el concierto, se vivieron momentos de pánico ante unas vías de salida claramente deficientes.
La idea de un tercer recital de Springsteen está ahí. Ayuntamientos como los de Vigo y A Coruña sondearon las posibilidades de traerlo en el pasado. Y en Santiago, por supuesto, se le espera con ilusión. El próximo Xacobeo es en el 2027. Springsteen tendrá 78 años. Todo puede pasar.