El socialdemócrata Dietmar Woidke impide que la ultraderecha triunfe en Brandemburgo

Juan Carlos Barrena BERLÍN / COLPISA

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El principal candidato del Partido Socialdemócrata (SPD) y primer ministro del Estado de Brandemburgo, Dietmar Woidke junto a su esposa, Susanne, tras conocerse las primeras proyecciones en los comicios.
El principal candidato del Partido Socialdemócrata (SPD) y primer ministro del Estado de Brandemburgo, Dietmar Woidke junto a su esposa, Susanne, tras conocerse las primeras proyecciones en los comicios. CLEMENS BILAN | EFE

La xenófoba AfD queda en segundo lugar y no repite el hito conseguido en Turingia

22 sep 2024 . Actualizado a las 21:59 h.

La arriesgada apuesta del todo o nada, de ellos o yo de Dietmar Woidke, primer ministro de Brandemburgo desde hace 11 años, al final ha tenido éxito. El político socialdemócrata (SPD) había repetido hasta la saciedad en campaña que dimitiría inmediatamente si la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) ganaba los comicios de ayer en su región. Un desafío al que logró imponerse, sabedor también de su gran popularidad. En unas hipotéticas elecciones directas más del 60?% de los brandemburgueses le habrían votado, según un reciente sondeo, en que contaba con el respaldo del 65% de los electores de la conservadora Unión Cristianodemócrata (CDU).

Woidke nadaba contra corriente en la región que rodea la ciudad-Estado de Berlín por completo. Todas las encuestas sin excepción previas a las terceras elecciones regionales celebradas este mes en el este de Alemania daban como segura ganadora a la formación xenófoba y euroescéptica, que hace tres semanas alcanzaba en Turingia el liderazgo entre las fuerzas políticas por primera vez en la historia de la República Federal y estuvo a punto de desbancar de ese lugar a la CDU en Sajonia. «Parece ser, como ha sucedido frecuentemente en la historia, que son los socialdemócratas quienes han detenido a los extremistas en su camino al poder», dijo Woidke satisfecho a los 20 minutos del cierre de los colegios electorales, tras los primeros sondeos.

«Factor primer ministro»

Los resultados de esas encuestas, confirmados por el escrutinio, cantaban un triunfo ajustado del SPD con más de un 30?% de los votos, seguido de AfD a más de un punto. Suficiente para Woidke, que se benefició de lo que llaman el «factor primer ministro» y que muchos han calificado de «chantaje al electorado». Pese a no haber conseguido su objetivo de echarle de la jefatura de gobierno, la ultraderecha celebró los resultados por todo lo alto. «Somos la mayor fuerza en el este de Alemania y el partido que más ha subido en Brandemburgo», aseguró Alice Weidel, presidenta de AfD, que, pese a sus éxitos electorales, es marginado y aislado sistemáticamente por el cordón sanitario impuesto por las restantes formaciones.

También el populismo de izquierdas tiene motivos de júbilo. La Alianza Sarah Wagenknecht (BSW), creada hace tan solo ocho meses, pasó de la nada a contar en Brandemburgo con más de un 12% de votos. El partido surgido de una escisión de La Izquierda, los herederos del poscomunismo germano oriental, alcanzó resultados apreciables también en Turingia y Sajonia, donde es clave para coaliciones de gobierno que frenen a la ultraderecha.

Quien respira aliviado a la vista del éxito de su correligionario Woidke es Olaf Scholz. La victoria de Woidke ahorra a la cúpula del SPD y a Scholz una crisis aguda y el inicio, por ahora, de una discusión sobre si el canciller federal debe o no presentarse a la reelección el año próximo.