Albares exige al PP que pida perdón tras negar González que España lo haya coaccionado

Andrés Rey REDACCIÓN / LA VOZ

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Edmundo González, este viernes durante una entrevista en Madrid.
Edmundo González, este viernes durante una entrevista en Madrid. Juan Medina | REUTERS

El chavismo cancela la ruptura de relaciones con España «por problemas de agenda parlamentaria»

20 sep 2024 . Actualizado a las 21:23 h.

El Gobierno español está esperando un perdón del PP. Así lo afirmó este viernes el ministro de Asuntos Exteriores, el socialista José Manuel Albares, después de que el jueves los populares acusasen al Ejecutivo de haber cooperado con el régimen chavista. Definieron una supuesta maniobra entre Nicolás Maduro y Pedro Sánchez, con José Luis Rodríguez Zapatero como principal mediador, para amenazar al opositor venezolano Edmundo González y obligarlo a reconocer por escrito la victoria del autócrata.

«No he sido coaccionado ni por el Gobierno de España ni por el embajador español en Venezuela, Ramón Santos», dijo el jueves a última hora el opositor, en un comunicado que decidió grabar «ante las diversas versiones que circulan respecto a una supuesta coacción del Estado español». «Las gestiones diplomáticas realizadas, supervisadas directamente por José Manuel Albares, tuvieron como único propósito facilitar mi salida del país, sin ejercer ningún tipo de presión sobre mí», agregó González.

El PSOE tardó apenas unos minutos en reaccionar al comunicado. Exigió a Alberto Núñez Feijoo que pidiese perdón por haber acusado al Gobierno y esparcido «bulos» con el único fin de «dañar la política exterior de España». Albares añadió que, en su opinión, de haber seguido lo que sugerían los populares, González estaría ahora detenido en Caracas en vez de libre en Madrid.

Chocolate y whisky

Ante la situación, el Partido Popular ha doblado la apuesta y ha insistido en pedir la dimisión de Albares. El ministro de Exteriores dijo que no había negociado nada con el régimen de Maduro y, sin embargo, la salida de Venezuela de González se «pactó» en la Embajada de España, con el embajador como «testigo» de las «coacciones», sostuvieron varias fuentes de la formación conservadora. La dimisión del diplomático y las explicaciones de Pedro Sánchez son «más urgentes aún que ayer [por el jueves]».

Las últimas declaraciones de Jorge Rodríguez, el presidente de la Asamblea Nacional venezolana, apoyaron la narrativa del PP. El chavista aseguró que, durante su visita a la embajada española, Ramón Santos los agasajó con «whisky Chivas Regal de 12 años» y «chocolate venezolano». «Open bar [barra libre]», dice entre risas quien parece ser Santos en una grabación esgrimida por el chavista como prueba.

Los populares consideran que el Gobierno debería liderar un frente internacional para facilitar el cambio político en Venezuela —como pedía la líder de la oposición en el país, María Corina Machado— y deponer al «dictador» que, según las actas reunidas, perdió las elecciones. Pero Sánchez, subrayan, está frenando esa posibilidad.

«Venían a por mí»

Edmundo González decidió «tomar protección» después de un acto de campaña, cuando un funcionario de seguridad se le acercó para advertirle de que iban a detenerlo. «Venían a arrestarme, y uno sabe lo que eso significa en esas condiciones», aseguró el opositor en una entrevista a Reuters recogida por diversos medios, dando a entender que habría terminado siendo encarcelado y torturado. «Era una buena fuente la que dio la información, y ahí fue cuando tomé la decisión de ir a pedir protección en la embajada de los Países Bajos», relató.

Corina Machado lo secundó desde Venezuela, durante una sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en la que participó telemáticamente. La valedora de González aseveró que él solo abandonó el país porque fue forzado a ello. Sufrió «un terrible hostigamiento y amenazas a su vida», dijo.

El opositor confió en que apenas faltan unos meses para su regreso a Venezuela: todo apunta a que «el 10 de enero podremos tener una transición en paz». Ese fue el mensaje —quizá demasiado optimista— de la campaña: «Un gobierno para todos, en el que todos tengan derecho a expresarse sin temor de ningún tipo».

El chavismo cancela la ruptura de relaciones con España «por problemas de agenda parlamentaria»

La Asamblea Nacional (AN, Parlamento) de Venezuela, controlada por el chavismo, ha suspendido el debate sobre la ruptura de relaciones con España debido a «temas de agenda parlamentaria», según dijo el presidente de la Cámara, Jorge Rodríguez, quien no fijó una fecha para retomar el asunto en el pleno.

«Tiene que ver con temas de la agenda parlamentaria, simplemente agenda parlamentaria», dijo Rodríguez a última hora del jueves (madrugada del viernes en España) en una rueda de prensa después de que terminara la sesión legislativa, que no incluyó el punto en el debate ni ninguna mención a la tensión diplomática entre Caracas y Madrid, pese a que así estaba previsto, según había anunciado el miércoles.

Explicó que el tema quedó fuera del orden del día «en razón de la urgencia» de «un hecho sobrevenido», debido a la aprobación en el Parlamento Europeo de un reconocimiento al líder opositor venezolano Edmundo González Urrutia como presidente electo del país caribeño. Rodríguez dijo que esta moción de la Eurocámara, rechazada por el Parlamento venezolano, no tiene «ningún tipo de impacto real» y se trató de una acción promovida por «fascistas».

El portavoz del chavismo había dicho el día anterior que la AN aprobaría este jueves el acuerdo con el que instará al Gobierno de Nicolás Maduro a «evaluar» la ruptura de las relaciones diplomáticas y comerciales con España, como respuesta a la decisión del Congreso español de reconocer a González Urrutia como presidente electo.

Un informe «vulgar» de la ONU

Por otro lado, el Gobierno de Nicolás Maduro rechazó este viernes el informe de la misión de vigilancia de la ONU en Venezuela. Un texto que denuncia que el país caribeño vive la peor ola de represión y crisis de los derechos humanos desde el 2019, aunque el Ejecutivo —que califica el documento de «vulgar y panfletario»— lo niegue.

Después de tachar a la misión de «ilegítima, politizada e ideologizada», de «cumplir órdenes» de Washington y de «aplicar» una «política estadounidense» contra Venezuela, Maduro mantuvo una conversación telefónica con el secretario general de la ONU, António Guterres. El portugués aprovechó la llamada para expresarle al mandatario sudamericano su «preocupación por la violencia poselectoral y por las acusaciones de violaciones a los derechos humanos» en el país. La llamada fue a iniciativa del presidente venezolano. «Es necesario resolver cualquier disputa política pacíficamente, a través de un diálogo genuino», insistió Guterres.