Llarena ve indicios de delito en que los Mossos no detuvieran a Puigdemont
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El instructor del 1-O censura el informe policial y lo remite a un juez de Barcelona
19 sep 2024 . Actualizado a las 22:59 h.El Tribunal Supremo cuestiona el informe remitido por la policía catalana sobre la fuga de Carles Puigdemont el pasado mes de agosto en Barcelona. El magistrado instructor de la causa del procés, Pablo Llarena, no se cree la versión de los Mossos y sigue sin comprender por qué no se detuvo al expresidente de la Generalitat, que tiene en vigor una orden de búsqueda y captura en territorio español por la negativa del alto tribunal a aplicarle la amnistía, en cuanto puso los pies en las calles de la capital catalana.
En su providencia, un escrito de apenas dos páginas, el instructor de la causa del procés afirma que los documentos remitidos «no reflejan impedimentos para que el dispositivo policial» capturara al líder de Junts en su recorrido hasta el lugar donde se unió a la «aglomeración de personas que lo esperaban». El informe, subraya Llarena, tampoco refleja la «imposibilidad de abordar con efectividad su posterior seguimiento y alcance, hasta el punto de que se materializó su fuga del territorio nacional».
También cree que no se puede excluir «la participación de otros responsables no aparentes en los delitos» de omisión del deber de perseguir delitos y encubrimiento. Y dado que no tiene competencias para llegar al fondo de los hechos, ha remitido los informes a los juzgados de Barcelona «a los efectos legales oportunos».
La posición de Llarena choca de lleno con la de la Fiscalía, contraria a que se investigue al expresidente de la Generalitat Pere Aragonès; al del Parlamento autonómico, Josep Rull; y a la cúpula de los Mossos. En respuesta a las querellas de Vox y Hazte Oír, el ministerio público no observa indicios de que estos actuaran o impartieran órdenes con el objetivo de impedir su detención, aunque entiende que el operativo policial pueda ser «criticado o incluso censurado».
Puigdemont reapareció la mañana del pasado 8 de agosto en el Arco de Triunfo de Barcelona, a unos 500 metros del Parlamento autonómico, donde ese día Salvador Illa iba a ser investido presidente de la Generalitat. El dirigente independentista dio un mitin ante unos 3.000 seguidores y después se escabulló sin dejar rastro, burlando el dispositivo de 600 agentes diseñado por los mossos.