Cientos de buscas de Hezbolá explotan a la vez y dejan al menos nueve muertos y 3.000 heridos

Mikel Ayestaran REDACCIÓN / AGENCIAS

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El Líbano pide a la población que se deshaga de estos dispositivos urgentemente

18 sep 2024 . Actualizado a las 08:09 h.

Veinticuatro horas después de que Benjamin Netanyahu anunciara que el regreso de los ciudadanos de Israel al norte del país, a la zona fronteriza con el Líbano, pasaba a convertirse en uno de los objetivos de la guerra, los relojes se detuvieron en el país de los cedros a las 15.30 horas. En ese instante explotaron de forma simultánea miles de buscas en un ataque a gran escala sin precedentes. Al menos nueve personas perdieron la vida y cerca de 3.000 resultaron heridas en una jornada en la que los hospitales se colapsaron y pidieron a la población que acudiera a donar sangre para poder atender a tanto herido.

Los centros sanitarios vivieron escenas que no se producían desde la explosión del puerto en el 2020. En medio del caos, Hezbolá informó de que miembros del grupo habían sido víctimas del ataque y acusó a Israel. El Gobierno libanés calificó la agresión como una «grave violación de la soberanía nacional» y pidió a todos los ciudadanos que se deshiciesen de sus buscas cuanto antes.

Todas las miradas apuntaron al país vecino, pero el Estado judío ni confirmó ni desmintió tener algo que ver con lo sucedido. Los dispositivos que explotaron eran el último modelo que había comenzado a usar la milicia proiraní y llegaron «hace unos meses», según fuentes de seguridad. Uno de los heridos fue el embajador de Irán en Beirut, Mojtaba Amani, dijo la agencia Mehr. Los aparatos también reventaron en Siria, país vecino en el que el grupo chií cuenta con importante presencia desde que acudieron a apoyar a Bashar al-Assad en el 2011.

Este ataque a gran escala supone el mayor error en la seguridad interna del grupo chií desde el 7 de octubre. Es todo un ejemplo de la capacidad de penetración del enemigo y es un aviso doble que llega hasta Irán, financiador y suministrador de los equipos que usa el Partido de Dios.

Esta no sería la primera vez que Israel recurre a un ataque de este tipo, aunque la escala es incomparable. El analista político hebreo Ahron Bregman recordó que en 1996 los servicios secretos asesinaron a Yahya Ayyash, apodado El ingeniero por ser el diseñador de los explosivos de Hamás, colocando una pequeña bomba en su teléfono. Expertos militares explicaron en Al Yazira que para una operación de este tipo «se necesita la presencia de explosivos potentes, incluso en pequeñas cantidades, y un tiempo tremendamente largo para sentarse frente a cada busca e insertar manualmente de uno a tres gramos». Esta teoría significa que los autores habrían logrado acceso al suministrador de los aparatos a Hezbolá. Otras voces apuntaron a un ciberataque que habría conseguido el sobrecalentamiento de las baterías de litio de los aparatos.