El estado de salud de Dominique Pelicot deja en el aire el juicio de Aviñón

María Viñas Sanmartín
maría viñas REDACCIÓN / LA VOZ

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Abdul Saboor | REUTERS

Suspendido el pasado jueves, podría ser aplazado de manera indefinida

15 sep 2024 . Actualizado a las 10:59 h.

Dominique Pelicot, el principal acusado del megaproceso que desde el lunes 2 de septiembre juzga en Aviñón (Francia) las reiteradas violaciones a Gisèle Pelicot, se ausentó el pasado martes de la vista alegando problemas de salud; casualmente ese día le tocaba declarar. El hombre, que durante diez años drogó sistemáticamente con ansiolíticos a su mujer para ofrecerla en estado inconsciente a otros hombres, desconocidos, ha sido hospitalizado desde entonces hasta en dos ocasiones a causa de una infección. El jueves, el presidente del tribunal suspendió temporalmente el juicio, a la espera de su evolución. La idea es que sea retomado mañana, pero si tampoco entonces Pelicot pudiese presentarse la audiencia quedaría aplazada de manera más prolongada.

A pesar de que, junto a él, medio centenar de hombres se sientan estos días en el banquillo para rendir cuentas sobre las supuestas agresiones a Giséle, la abogada del principal acusado, Béatrice Zavarro, lleva toda la semana insistiendo en que sin él la vista no tiene sentido. El miércoles por la mañana, Dominique, de 71 años, hizo una breve aparición en los juzgados para solicitar ser eximido de permanecer físicamente en la sala; adujo dolores intestinales y una infección urinaria. Su letrada habló de «superinfección», mencionando el riesgo de fallecimiento que supone esta complicación en un paciente, como su cliente, de avanzada edad.

En la apertura de la sesión del jueves, Roger Arata, presidente del tribunal, informó de que Pelicot había sido examinado por un médico que confirmaba «la necesidad de una exención», tanto el jueves como el viernes, y la implementación del tratamiento adecuado, con posible hospitalización. Mencionó, además, el lunes como fecha de posible alta.

Sin remordimientos

Al frente de la investigación ha estado estos últimos cuatro años el comisario Jérémie Bosse Platière, quien ha declarado esta semana para describir cómo se destapó el caso. Dijo haber formado un grupo reducido, integrado por apenas cuatro agentes «lo suficientemente fuertes como para enfrentarse a las imágenes» encontradas en el ordenador de Dominique. Este nunca ha negado los hechos, ni siquiera ha mostrado el mínimo arrepentimiento ni tampoco remordimientos; en prisión llegó a sugerir, en conversación con un psicólogo, que la culpa de todo la tenía su mujer por negarse a acudir con él a locales de intercambio de parejas. «No quería acostarse conmigo», le dijo.

Dominique Pélicot se enfrenta a una pena de 20 años de prisión por violación agravada. «Es un manipulador sin empatía que supo esconder su monstruosidad», definió Jérémie Bosse Platière en una entrevista en el periódico argentino La Nación. Sobre la posibilidad de que, por sus problemas de salud, se le conceda la prisión domiciliaria en lugar de una pena de cárcel, el comisario dijo que su estado actual no lo justifica, mostrándose además convencido de que el juicio no se cancelará, que únicamente se aplazará.

Instrucciones para violar

El marido de Gisèle Peliot daba instrucciones precisas a los hombres que invitaba a su casa para evitar que su esposa, a la que inducía un coma ligero con Temesta —lorazepan—, se despertase, lo que para los investigadores del caso es una clara evidencia de que los participantes en las agresiones sabían perfectamente que la estaban violando. Dominique les prohibía fumar y llegar oliendo a colonia, les obliga a llevar las uñas cortas y a desvestirse en la cocina, mantenía el dormitorio a una temperatura agradable y les pedía que se calentasen las manos para que al tocarla no se espabilase, que hablasen en susurros y que, si se movía, se escapasen corriendo. «La visualización de los vídeos de los abusos revela la crudeza de lo sucedido, haciendo imposible que los perpetradores pudieran creer que se trataba de un juego o una situación consensuada», añadió Jérémie Bosse Platière al citado diario argentino.

Al menos 2.000 personas denunciaron este domingo en las calles de París el laxismo de la Justicia y la ineficacia de la Policía a la hora de condenar e investigar los casos de violación contra las mujeres.