Xuso Jones, presentador de televisión: «Desde chiquitico puedo reconocer si alguien es abogado»
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Le gusta ir a las bravas y su filosofía de vida se basa en darle normalidad a todo lo que le ocurre. Ahora se pone al frente de «Lo sabe, no lo sabe» y habla de sus anécdotas, como cuando se quedó encerrado en un bazar. «Me hubiese llevado media tienda», bromea
16 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Lo de hacerse viral es el pan de cada día para Xuso Jones (Murcia, 1989). Desde que hizo un pedido cantando por la ventanilla del coche en una famosa cadena de restaurantes de hamburguesas, no ha parado. Porque lo de que le pasen cosas surrealistas también es muy normal en su vida. Como cuando se quedó encerrado por la noche en un bazar chino o se confundió y reservó un hotel de esos en los que entras con tu vehículo directamente a la habitación y tienen bañera gigante. Atrevido, risueño y bonico —como diría él—, el murciano vive un momento dulce en lo televisivo poniéndose al frente de Lo sabe o no lo sabe.
—¿Estabas preparado para el «prime time»?
Pues la verdad es que es lo que he dicho siempre. No estaba ni preparado ni no preparado. Yo soy un tío que siempre voy a las bravas y voy a por todas. Lo que digo yo: ‘En la cárcel y con miedo no se puede estar’. Así que miedo a eso no le tenía. Y nos fue bastante bien.
—Tú ya eras fan del formato. ¿Tuviste presión sabiendo que tenías que sustituir a Juanra Bonet?
No, no me creó presión. Lo que sí que se te puede crear de repente es el típico síndrome del impostor. Que cuando te han fichado ya, dices tú: ‘¡Ostras, ¿voy ser yo capaz?’. Y al final, ya no solo yo, sino que todo el mundo en general somos capaces de mucho más de lo que nos pensamos. Fue más eso que nerviosismo como tal. Pero no, la verdad es que estoy rodeado de un equipo tan bueno y de una productora tan buena con un gran equipo humano alrededor. Al final, piensa que viajamos 11 personas por toda España. Hemos hecho una piña en todo. Puede ser un compañero de trabajo que a lo mejor te lleves más, te lleves menos, pero todo el equipo que viajamos somos gente supernormal. A mí me gusta la gente así. Y cuando digo normal, es gente sencilla, por decirlo de alguna manera.
—¿Serías un buen candidato para «Lo sabe, no lo sabe»?
¡Ostras! Pues como concursante... ¡no lo sé! [risas]. Como presentador, cuando van eligiendo, por dentro sí que pienso: ‘Madre mía, yo este señor no lo hubiese elegido!’, pero a lo mejor tengo otra visión. ¿Sabes qué pasa? Que Lo sabe, no lo sabe tiene un mensaje de trasfondo, que es cuando juzgamos a las personas. En realidad, en el programa no las juzgas, pero por la apariencia tú tienes que ir eligiendo a la gente. Y es que las apariencias, como bien dice el refrán, engañan. Hay gente que va a un tipo de perfil pensando que no lo va a saber, o viceversa, y de repente llega una persona que te da la respuesta correcta. Eso es lo chulo también. Gente que elige a alguien diciendo: ‘Este no va a tener ni idea’, y resulta que es catedrático de la vida, y dices: ‘¡Madre mía!’.
—He visto que tienes facilidad para adivinar la profesión de la gente, sobre todo saber quién es abogado...
Los abogados los llevo yo... [risas]. ¿Ves? Lo que hablábamos de las apariencias. Yo veo a un señor o una señora y sé si es abogado o abogada, te lo prometo. Me pasa desde chiquitico. Como la gente que sabe si alguien es profesora de inglés por cómo viste. Es lo mismo, pero a mí me pasa con los abogados.
—Después de haber grabado algunos programas, ¿crees qué estamos bien en conocimientos de cultura general?
Yo creo que sí, hay de todo. Pero diría que sí. Muchas veces que también me he quedado sorprendido con respuestas de la gente. En cultura general, en España vamos bastante bien.
—Pasaste de ser telonero de Justin Bieber a ser presentador de televisión. ¿No te da un poco de vértigo todo?
Es como lo que te he comentado antes, yo siempre miedo a nada. Ya no porque yo sea más que nadie, sino porque me intento tomar la vida con una filosofía de no darle demasiada importancia a las cosas. Con lo cual, si no le doy importancia a lo bueno, pues tampoco se la doy a lo malo. Muchas veces cuando mis amigos de repente se enteran de que voy a presentar Lo sabe o no lo sabe, es porque no lo he comentado. No le quiero dar todo el rato bombo a las cosas que hago. Al final, cada uno tiene su trabajo. Mi trabajo me lo tomo también como otro trabajo cualquiera. Es mucho más divertido que otros, pero no más importante que otros. Entonces, tampoco tengo que ir contando mi vida a mis amigos todo el rato. Ni me lo tomo a: ‘Mira, voy a hacer esto’ ni me lo tomo a: ‘He fracasado’. Intento siempre relativizarlo todo y darle la normalidad que tienen a las cosas, pero el ser humano a veces ha dejado de dársela.
—¿Sabes que si buscas tu nombre en Google una de las primeras cosas que salen es: «Xuso Jones se queda encerrado en una tienda»?
¡En el chino, madre mía! Eso fue mortal. La gente se rio mucho y yo me quedo con eso, con que se lo pasaran bien con el vídeo. Y te digo una cosa, yo también me lo pasé de maravilla [risas].
—¿Has vuelto a comprar algún jarrón?
¡Hombre que si he vuelto! Es lo que te decía, que lo relativizo todo. Yo ese día en lugar de pasarlo mal, dije: ¡Venga, vamos, la fiesta está montada!’ [risas].
—Ya cumpliste el sueño de muchos, que era el de quedarnos encerrados en un centro comercial de noche...
Eso es verdad, que yo soñaba con eso desde chiquitico. Decía: ‘Madre mía, si me quedara encerrado en una tienda, robaría de todo’... Si no, vamos, me hubiese llevado media tienda [risas].
—Hace poco afirmaste que tu pódcast «Poco se habla» era tu «ratico» de ocio. ¿Y TikTok qué es?
Uy, el TikTok [risas]. Es que a mí me encanta. Me encanta TikTok porque es que me lo paso genial haciendo vídeos y viendo el contenido de otras personas, porque ahí hay puro oro. Con lo cual, para mí, aparte de ser una herramienta de trabajo, también es mi momento de desconexión. ¿Quién no se pone con TikTok? Que eso también es un poquito malo, pero bueno, te pones con él y tienes que pararte a ti mismo porque es que se te pasa el tiempo y te puedes quedar ahí mismo cuatro horas.
—Dime que no es verdad lo de que te da vergüenza comprar papel higiénico en el supermercado...
Eso es... ¡Verdad! [risas]. No me da vergüenza, pero sí que pienso: ‘Voy a quedar con una cara de cagón aquí...’ ¡Y al final todos cagamos! Pero sí que es verdad que me da cosilla. Si me ven dirán que hoy cago.
—Tus seguidores dicen que Sue, la mujer con la que sales en tus vídeos, y tú, sois almas gemelas. ¿Estás de acuerdo?
¡Claro! Mi vecina Sue es maravillosa, es un regalo. Yo me mudé y en la casa de al lado vivía ella. Todavía sigue viviendo allí y es parte de mi familia. Además es una máquina. No es una señora tradicional. Es una señora a la que le encanta salir de fiesta, que le encanta el ocio, o montarse en una moto. Es una señora que vive intensamente la vida, con lo cual sale con mis amigos. Nos la hemos llevado a veces por ahí a dar un garbeo, o sea, que muy bien. Nos llevamos de maravilla.
—También leí que te gustaría montar un hotel boutique, pero espero que no sea como aquel en el que te hospedaste sin querer...
¡Ay, madre mía, en el SH! No, no, como ese no [risas]. Pero bueno, oye, si es buen negocio también lo montaría. Si me da rentabilidad, lo monto. La verdad es que es uno de los sueños que tengo, lo de montar un pequeño hotel boutique. Eso me encantaría.
—Llegó el momento. Venga, cuéntame un chiste.
¡Llegó el momento, llegó la hora! [canta]. Ahí voy... ¿Cuál es el superhéroe de los perros? ¡El dóberman! [risas].
—Bueno, ahora en el pódcast estarían mirándote con cara de que no les hace gracia...
Efectivamente [risas].