La apatía domina las elecciones presidenciales en Argelia sin apenas oposición y con poca participación
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Solo dos opositores concurren a estos comicios, que volverá a ganar el presidente Abdelmajid Tebún
08 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Las elecciones presidenciales han transcurrido con normalidad este sábado en Argelia, donde más 24 millones de ciudadanos estaban convocados a la cita quinquenal con las urnas. Sin embargo, todo parecía indicar que solo una pequeña proporción acabaría ejerciendo su derecho al voto. Según informó la Junta Electoral, a las 13.00 horas había votado apenas un 13 % del electorado. Esta cifra no resulta sorprendente pues nadie duda en Argelia de que el presidente Abdelmajid Tebún será reelegido para un segundo mandato.
Además, de tener el respaldo del Ejército, el principal poder fáctico del régimen Tebún cuenta con el respaldo del FLN, el antiguo partido único, de todos los medios de comunicación y del aparato del Estado. El otro gran aliado de Tebún ha sido el precio del gas natural y del petróleo, que le han permitido comprar la paz social con medidas como aumentos salariales y la creación de un nuevo subsidio de paro para los jóvenes, aunque solo sea de 100 euros al mes.
«Una farsa electoral»
Ante la negativa del régimen a satisfacer sus demandas de nombrar una Junta Electoral independiente y de liberar a las decenas de presos políticos que languidecen en las cárceles, buena parte de la oposición declinó presentar su candidatura a las presidenciales. Sin embargo, dos partidos históricos, el progresista Frente de Fuerzas Socialistas (FFS) y el islamista Movimiento de la Sociedad por la Paz (MSP), a diferencia de anteriores presidenciales, han optado por concurrir a los comicios. Sus líderes, Youcef Aouchiche (FFS) y Adellali Hassani Cherif (MSP) son los únicos candidatos que compiten con Tebún.
«La presencia del FFS y el MSP solo servirá para maquillar lo que será una farsa electoral», sostiene Laurence Thieux, profesora de la Universidad Complutense de Madrid. «No existe un sistema de partidos sólido porque sus propuestas de cambio no tienen credibilidad. El régimen argelino siempre ha sido muy hábil a la hora de cooptar y neutralizar a los partidos», añade Thieux. Desde la llegada del multipartidismo en Argelia a finales de los 80, la mayoría de formaciones han alternado fases de boicot electoral con otras de colaboración con el régimen.