La boxeadora Imane Khelif, heroína en una Argelia frustrada

Ricard. G. Samaranch TÚNEZ / E. LA VOZ

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El presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune, le da la mano a la boxeadora Imane Khelif.
El presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune, le da la mano a la boxeadora Imane Khelif.

El país celebra este sábado elecciones en medio del desencanto político y económico, y la deportista se ha convertido en referente del nacionalismo argelino ante el pulso con Marruecos por la hegemonía en el Magreb

07 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La boxeadora argelina Imane Khelif, flamante ganadora de una medalla de oro en los Juegos de París, se ha convertido en toda una heroína en Argelia, un país donde reina el desencanto ante una realidad política y económica frustrante para muchos argelinos. El hecho de que Khelif fuera capaz de vencer sobre el cuadrilátero a pesar de ser objeto de una campaña de odio impulsada por la extrema derecha internacional, que cuestionaron su derecho a competir en la categoría femenina de boxeo, e incluso la su condición de mujer con la que nació, le ha convertido en todo un símbolo del nacionalismo argelino.

De regreso de París, el pasado 12 de agosto fue recibida por una multitud entusiasta en el aeropuerto de Argel junto a los otros dos medallistas argelinos, la gimnasta Kayla Nemour, y el corredor Djamel Sedjati. Ahora bien, fue la campeona olímpica de la categoría de boxeo hasta 66 kilogramos la que concentró todas las miradas y suscitó los más fuertes aplausos. En las semanas siguientes, la boxeadora ha recorrido el país entero para recibir homenajes de todo tipo de instituciones.

Las celebraciones incluso eclipsaron el inicio de la campaña electoral de las elecciones presidenciales de este sábado. Consciente de la popularidad de Khelif, el presidente Abdelmajid Tebboune, favorito para la reelección, hizo un agujero en su agenda para recibirla en el Palacio Presidencial de Mouradia. Con el apoyo del Ejército, el poder fáctico del país, los medios de comunicación y todo el aparato estatal, la victoria de Tebboune se da por hecha.

En parte, la popularidad de Khelif se explica por la necesidad del nacionalismo argelino de encontrar referentes de éxito en un momento en el que Marruecos, su rival regional por la hegemonía en el Magreb, no para de anotarse victorias en el conflicto del Sáhara Occidental. La última, el alineamiento de Francia con sus tesis, tal y como ya hicieron antes España y EE.UU.

Y una muestra de esa actitud desafiante de Khelif que ha despertado la admiración en su país fue la interposición de una denuncia a la Justicia francesa por «ciberacoso agravado» contra varias poderosas personalidades internacionales, entre ellas, el expresidente Donald Trump, el multimillonario Elon Musk y la célebre escritora J. K Rowling, autora de la estirpe de Harry Potter. La querella fue presentada el pasado 10 de agosto por el abogado del deportista, Nabil Boudi, pero no se hizo pública hasta días después.

En una entrevista concedida a la revista estadounidense Variety, el abogado de Khelif ha explicado que los comentarios referidos a Khelif por parte de Musk, JK Rowling y Trump han sido incluidos en el texto de la denuncia, pero otras personas también podrían ser objeto de persecución legal por parte de la Fiscalía si participaron en el acoso de la boxeadora. «Trump escribió tuits, por tanto, el hecho de que sea nombrado o no en nuestro proceso, su caso será inevitablemente examinado en el cuadro de la investigación», ha asegurado Boudi.

Tanto Musk como J.K. Rowling, que ya ha sido protagonista de varias polémicas por su actitud tránsfoba, escribieron mensajes en las redes sociales refiriéndose a Khelif como un hombre. Tal como demostró su familia, Khelif siembre ha sido una mujer, si bien tiene unos niveles de testosterona más elevados de lo normal.