Los escándalos y las tensiones entre socios desgastan al Gobierno de Meloni en Italia

Valentina Saini VENECIA / E. LA VOZ

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Genaro Sangiuliano y su mujer, Federica Corsini, el 27 de agosto en el Festival Internacional de Cine de Venecia.
Genaro Sangiuliano y su mujer, Federica Corsini, el 27 de agosto en el Festival Internacional de Cine de Venecia. Louisa Gouliamaki | REUTERS

Dimite el ministro de Cultura tras la polémica por una relación extramarital con una «influencer»

06 sep 2024 . Actualizado a las 22:28 h.

Gennaro Sangiuliano, ministro de Cultura y miembro del partido de Giorgia Meloni, dimitió este viernes por la tarde, esta vez de forma irrevocable. Sangiuliano aseguró el miércoles, durante una entrevista televisiva en la que admitió haber tenido una relación extramatrimonial, que Meloni rechazó su primera dimisión. Sin embargo, el diario La Stampa publicó este viernes una entrevista exclusiva con la examante del ministro, Maria Rosaria Boccia, una influencer y empresaria del sector nupcial originaria de Pompeya (sur), y al parecer la situación se volvió insostenible. Lo que no parecía más que una historia de cotilleos e indiscreciones se convirtió en un huracán capaz de debilitar al Gobierno, ya marcado por tensiones políticas y personales.

El escándalo estalló a finales de agosto, cuando Boccia agradeció por redes sociales a Sangiuliano que la nombrara consejera de grandes eventos del Ministerio de Cultura. Cuando el equipo del ministro desmintió la noticia, ella empezó a publicar en redes informaciones para probar su relación profesional con el ministro. En la entrevista que publicó este viernes La Stampa, Boccia afirma haber prestado servicios de asesoramiento no remunerados para la próxima cumbre de ministros de Cultura de los países del G7 —que debería incluir una reunión en Pompeya— y haber tenido acceso a información confidencial sobre la organización de la cita. También asegura haber firmado un contrato de consejera en agosto, en presencia del ministro.

Los partidos de la oposición llevaban días pidiendo la dimisión de Sangiuliano. En las redes, los italianos ironizan con las lágrimas del político en televisión. Según Roberto, un directivo de 40 años, «Italia tiene muchos problemas, no hay más que pensar en la deuda pública, necesitamos políticos serios y centrados, no gente así».

No es el primer escándalo para el Gobierno. Daniela Santanché, la ministra de Turismo y miembro destacado del partido ultranacionalista de Meloni, Hermanos de Italia (HdI), está siendo investigada por fraude agravado y deberá afrontar una vista judicial el mes que viene. Francesco Lollobrigida, ministro de Agricultura, barón de HdI y expareja de Arianna Meloni (hermana de la primera ministra), es objeto de burlas periódicas en las redes por sus meteduras de pata, como cuando dijo que no habría nada malo en pagar 30 euros por un litro de aceite, ya que nadie se escandaliza por pagar ese precio por una botella de buen vino. También circularon rumores sobre la propia Arianna Meloni por una supuesta investigación sobre ella, posteriormente desmentidos por los jueces. Además hay tensiones entre dos socios de Gobierno, la Liga y Forza Italia, por la polémica reforma de la autonomía diferenciada, que debería otorgar más competencias a las regiones, pero que asusta a muchos votantes.

Un diputado centrista dijo a La Voz: «Creo que se está preparando una estrategia para desgastar a Meloni e intentar derribar a su Gobierno en los próximos meses. Es lo que les pasa a todos los Gobiernos italianos, tarde o temprano». En las redes sociales, algunos apuestan a que el Ejecutivo de Giorgia Meloni no llegará a las Navidades. Y que el próximo primer ministro será, de nuevo, Mario Draghi.