El fiscal general de EE.UU. presenta cargos contra Sinwar y otros cinco dirigentes de Hamás

Pablo Medina MADRID / LA VOZ

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Yahya Sinwar, líder de Hamás, en una imagen de archivo.
Yahya Sinwar, líder de Hamás, en una imagen de archivo. Mohammed Salem | REUTERS

El Gobierno de Netanyahu asegura que «trabaja» para boicotear un acuerdo para liberar a los rehenes

04 sep 2024 . Actualizado a las 18:01 h.

Más piedras en el camino para que los rehenes en manos de Hamás vuelvan a Israel. La última la puso este martes Estados Unidos, cuyo Gobierno presentó cargos contra seis líderes de Hamás, mientras los socios ultras del primer ministro, Benjamin Netanyahu, llamaba al boicot de ese alto el fuego para apostar una única carta contra el grupo islamista para asegurar una posible anexión de Gaza.

El fiscal general estadounidense, Merrick Garland, aseguró que «el Departamento de Justicia ha acusado a Yahya Sinwar [líder de Hamás] de financiar, dirigir y supervisar una campaña de décadas para asesinar a ciudadanos estadounidenses y poner en peligro la seguridad nacional de EE.UU.». Junto a Sinwar, aparecen los nombres del exlíder político asesinado en Teherán, Ismail Haniya, el líder de las milicias Al Qassam, Mohamed Deif, Marwan Issa, número tres del grupo [ambos presuntamente asesinado por Israel], el líder de las oficinas extranjeras, Jaled Meshal, y Alí Baraka, jefe de las Relaciones Nacionales en el Extranjero.

A esta medida se une la decisión del Gobierno israelí de bloquear un alto el fuego. Un miembro de la coalición citado por el diario Haaretz explica que Netanyahu «decidió hace semanas que no quería llegar a un acuerdo de liberación de rehenes» por la presión de sus socios ultras y que, por contra, buscaba seguir en el poder y buscó como distracción la permanencia de las Fuerzas de Defensa de Israel en el corredor Filadelfia, que separa Gaza de Egipto, para no tratar el tema de los rehenes, aunque la ocupación militar de línea divisoria también forma parte del pacto.

Boicot y amenazas

El ministro de Seguridad Nacional, el ultra Itamar Ben Gvir, también contribuyó al boicot del acuerdo y aseguró que se encuentra «trabajando para detener las negociaciones con Hamás. Un país en el que se asesina a seis rehenes a sangre fría [dando por sentado que Gaza es parte de Israel] no lleva a cabo negociaciones con los asesinos, sino que pone fin a las conversaciones, pone fin a la entrega de combustible y electricidad y los aplasta hasta su derrumbe».

Hamás esperaba la noticia de un nuevo plan para cesar las hostilidades en Gaza y no una batería de medidas destinadas a torpedear las negociaciones, su única forma de sacarle provecho a Israel. Por ello, volvió a amenazar a Israel: «Si la agresión se detiene, los prisioneros vuelven vivos. Si continúa, su destino es desconocido. Cada día que Netanyahu sigue en el poder implicará un nuevo ataúd. La decisión es vuestra».