El acusado de drogar a su mujer en Francia para que la violasen más de 70 desconocidos también grababa a su hija desnuda

La Voz REDACCIÓN

ACTUALIDAD

Los investigadores han encontrado una carpeta con su nombre, además de las más de 20.000 fotos y vídeos con material de las agresiones a su madre. El país galo se enfrenta durante los próximos cuatro meses a uno de los procesos penales más duros de su historia. Gisèle Pelicot sufrió más de 90 violaciones durante una década. Su propio marido, con el que llevaba 50 años casada, le daba somníferos y planeaba encuentros con hombres con los que contactaba a través del foro de una web de citas

09 sep 2024 . Actualizado a las 13:14 h.

Francia revive estos días la conmoción de la estremecedora historia de Domique Pelicot y su víctima y esposa, Gisèle. El caso, muy conocido en Francia, llegaba este martes a los tribunales en un formato de macrojuicio que se está celebrando en Aviñón.

Dominique Pelicot se sentaba en el banquillo de los acusados por haber drogado a su esposa durante más de una década para que otros hombres la violasen.

Gisèle Pelicot, de 71 años, sufrió más de 90 violaciones por parte de 70 hombres diferentes de entre 26 y 74 años, que también tendrán que responder ante la Justicia.

A la gravedad de esta historia se unía ayer un dato inesperado. Una de sus hijas, Caroline Darian, descubrió en pleno juicio que ella misma pudo haber sido otra víctima de su padre. Y es que, durante la vista, y según publica The Telegraph, se confirmó que los investigadores descubrieron que su padre tenía en el ordenador una carpeta llamada «Mi hija desnuda».

Caroline, que lleva años luchando públicamente para que se haga justicia, tuvo que ausentarse «nerviosa y llorando de la sala».

Gisèle Pelicot testificará este jueves
Gisèle Pelicot testificará este jueves

El ordenador, el origen de todo

Dominique y Gisèle Pelicot llevaban medio siglo juntos, desde los 18 años, cuando el caso saltó a la opinión pública. La pareja, que mantenía una relación desde 1971, tiene tres hijos en común. Era, a vista de todos, la pareja ideal.

En 12 de septiembre del 2020, el marido fue descubierto por los vigilantes de un supermercado de la localidad de Carpentras, cerca de Aviñón, porque estaba grabando bajo las faldas de las mujeres. Tras la denuncia de tres de ellas, fue el material de su ordenador el que reveló que Pelicot tenía más de 20.000 fotos y vídeos titulados como «abusos» en los que aparecía su esposa siendo víctima de graves agresiones sexuales. El presunto autor de los hechos drogaba a su mujer mezclando somníferos, como benzodiazepinas, con su comida y bebida hasta llevarla a semejante estado de inconsciencia que no pudiese recordar lo que sucedía. Así, durante una década, entre el 2011 y el 2020, Gisèle fue víctima de las violaciones de más de 70 desconocidos de entre 26 y 74 años, en las que su propio marido participó. El móvil de esta atrocidad además de económico -porque los encuentros se trataban a través del foro de una web de citas- tenía más de voyeurismo porque, como dijo a los investigadores, le gustaba ver como otros hombres tocaban a su esposa. 

Además, el autor confeso de los hechos tenía unas normas para los agresores, entre las que estaban aparcar lejos del domicilio, no usar perfumes ni fumar o calentarse las manos previamente para que la víctima no se sobresaltase con el frío. Según han publicado varios medios franceses, su propio esposo limpiaba el cuerpo de su  mujer antes de que se despertase. 

Dominique Pelicot, de 71 años, volvió a reconocer los hechos este martes en la sala. Su actitud ante el juicio es altiva. Un proceso histórico al que se enfrentarán hasta el mes de diciembre 51 acusados, aquellos que se han podido identificar entre los más de 70 rostros que vio la policía en todo el material. Entre los juzgados hay hombres de todo tipo: de camioneros a médicos pasando por abogados o policías. 18 de ellos están en prisión. La mayoría han asegurado ante las autoridades que creían que Gisèle se hacía la dormida o que ella misma había tomado los narcóticos por su propia voluntad. Otros mantienen que con el permiso del marido consideraban que no estaban haciendo nada malo. Algunos la habrían violado hasta en seis ocasiones, según la prueba que dejan los vídeos, que la policía ha definido como especialmente violentos. 

La víctima, que no recuerda los hechos, ha solicitado el divorcio y ha sido diagnosticada de cuatro enfermedades de transmisión sexual. Padece además un fuerte estrés postraumático. Durante las pruebas forenses se le detectaron lesiones en sus zonas íntimas compatibles con las agresiones. Unas heridas que sus médicos habituales también vieron en revisiones rutinarias, pero que no supieron relacionar con estos abusos. Tampoco su familia, que sí percibió en ella una enorme pérdida de peso y pelo, además de comportamientos extraños en los que se mostraba aterrorizada. Pensaron que podía tener síntomas de alzheimer.

Caroline Darian, una de las hijas del acusado, este martes en la sala
Caroline Darian, una de las hijas del acusado, este martes en la sala

El papel de su hija

Caroline Darian, que es una de las tres hijas de la pareja, descubría este martes una información impactante, que añade otro ingrediente a este complicado caso. Y es que ella misma ha ejercido de activista contra la sumisión química desde que saliese a la luz el caso de su madre. Ella, que ha trasladado su historia a un libro -Y dejé de llamarte papá-, ha sido la impulsora de que este juicio se esté celebrando de forma pública para que el caso no caiga en el olvido.

«Casi otros treinta violadores aún no han sido arrestados. Hombres sin escrúpulos, sin conciencia, algunos de los cuales se atrevieron a decirle a su marido: “¿Le hiciste hacer pruebas? ¿Está limpia?“ Hombres que consideraban el consentimiento del marido como una absolución total de su propio crimen», narra una revista francesa.

La hija ha explicado también qué sucedía cuando su madre volvía en sí del estado comatoso que le provocaba su propio compañero de vida. «Cuando se despertaba, mi padre le explicaba que había perdido el conocimiento, que estaba muy cansada», dice Caroline que recuerda a su familia como un núcleo feliz. «Pensé que mis padres lo eran».

Este mismo jueves será la víctima la que dé testimonio de lo sucedido, aunque ya ha sorprendido a la opinión pública acudiendo a las sesiones a cara descubierta. Su abogado ha asegurado que tiene «la intención de enfrentarse a la mirada» de esos 51 hombres durante este proceso. Con todo, este no será el único juicio penal que tenga que afrontar Pelicot, que podría pasar hasta 20 años en prisión. Y es que este caso se ha ramificado en otros dos. En cuanto los investigadores introdujeron el ADN del presunto autor de los hechos en el sistema informático, descubrieron su relación con un asesinato con violación a una joven de 23 años en París en 1991 y otro intento de violación en 1999.