El Rey del Cachopo narra por primera vez cómo asesinó a su expareja Heidi Paz y revela que tuvo un cómplice

Paulino Vilasoa Boo
P. VILASOA LA VOZ

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El Rey del Cachopo en una fotografía del 2018, año en que mató a su pareja.
El Rey del Cachopo en una fotografía del 2018, año en que mató a su pareja. sss

En una carta desde prisión, César Román se muestra dispuesto a revelar la identidad de la persona que lo ayudó a deshacerse del cadáver y explica que mató a la joven de un disparo tras una discusión

04 sep 2024 . Actualizado a las 11:42 h.

César Román, más conocido como El Rey del Cachopo, asesino confeso de su exnovia Heidi Paz, ha remitido una carta desde prisión para aclarar pormenorizadamente cómo cometió el crimen que conmocionó a España hace ahora más de seis años y ha revelado, de paso, que contó con un cómplice que lo ayudó a deshacerse del cadáver.

En la misiva, a la que ha tenido acceso el programa Y ahora Sonsoles, de Antena 3, Román asegura que el crimen no fue premeditado ni previsto, sino que se produjo como consecuencia de una acalorada discusión que mantuvieron en la oficina de su empresa. Durante la disputa, el asesino cogió un arma de su propiedad —«una maldita Beretta del 22» que había comprado para su protección personal, especifica— y le disparó, acabando automáticamente con la vida de la joven hondureña. «Aquel arma no debería haber estado allí, y aquella discusión no debía producirse nunca», expresa en sus propias palabras.

El Rey del Cachopo también ha contado pormenorizadamente cómo fueron los minutos posteriores al disparo fatal que acabó con la vida de Heidi. César Román asegura que se quedó paralizado inmediatamente por lo que había hecho. «Cuando la vi, allí tendida y sin vida, entré en pánico», narra sobre sus abominables actos y su desconcierto inicial, «no me podía creer lo que había hecho, no me lo explicaba».

Todavía impactado, el hombre intentó reanimarla sin éxito. «La besé, le grité desesperado que se levantara y que no me dejara». No hubo respuesta; la joven de 25 años ya había exhalado su último suspiro. «Lloré, todo comenzó a dar vueltas a mi alrededor, sentí como si me mareara, no podía respirar y empecé a jadear como un perro», cuenta sobre su estado inmediatamente posterior.

«Recuerdo verme lleno de sangre de intentar reanimarla», continúa su relato de los hechos, «de intentar que no se fuera». Pero no hubo nada que hacer. «Aquel maldito disparo fue fatal y ya no se podía hacer nada», lamenta. «Nada», recalca.

Una nueva revelación: tuvo un cómplice

El Rey del Cachopo ya había confesado el crimen en otra carta enviada también desde prisión el pasado mes de mayo. Faltaba saber los detalles, que ha revelado ahora, y también una información que hasta ahora se desconocía: César Román tuvo un cómplice en todo este proceso. Una figura vital que podría servir para descubrir dónde puede estar escondida la cabeza de la víctima, que nunca se recuperó.

El empresario admite en su nueva misiva que recurrió para deshacerse del cuerpo de Heidi Paz a una persona de su «máxima confianza» y se ha mostrado dispuesto a revelar su identidad «en sede judicial» si se le pregunta al respecto. «Porque es una pieza clave para comprender todo lo sucedido posteriormente al fallecimiento de Heidi», especifica, refiriéndose posiblemente a la ocultación de los restos del cadáver.

Añade, además, que su disposición a hacer pública la identidad de su ayudante se debe a que la responsabilidad penal de este cómplice ya estaría prescrita y extinguida.

Los investigadores pasaron por alto la figura de un supuesto cómplice, a pesar de que el portero de la finca colindante a la nave aseguraba haber visto salir de la oficina a una persona que, aparentemente, no era César. Precisamente por esto, ha lanzado César Román un dardo a los agentes, afirmando que «las prisas y las presiones» les impidieron realizar bien su trabajo, ya que, en su opinión, tenían fácil dar con su identidad. Bastaba con investigar a la persona de 1,70 que fue vista saliendo de la nave o recoger muestras de ADN en la oficina. 

«El peso lo llevaré siempre en mi alma»

La carta, además de una confesión de la sucesión de los hechos tras el horrible crimen, también intenta ser una forma por parte de César Román de pedir perdón a su familia y de, de algún modo, intentar dejar limpia su conciencia. «Siento que Heidi me ha perdonado», escribe en una de las frases más sorprendentes, tras confesar que sigue enamorado de ella y que la echa de menos.

«El peso siempre lo llevaré en mi alma», lamenta El Rey del Cachopo sobre el atroz crimen que cometió en el 2018 y por el que ha sido condenado a 15 años de cárcel. Ahora, ha puesto un punto y seguido en su vida a través de la fe, e intentará un futuro en la abogacía para luchar por la justicia.