La actividad en las fábricas españolas crece al ritmo más lento en siete meses

C. P. REDACCIÓN / LA VOZ

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CESAR TOIMIL

Disminuye el empleo en las factorías y los plazos de entrega se prolongan

02 sep 2024 . Actualizado a las 13:15 h.

No está siendo un verano para descorchar champán en las factorías españolas. Aunque la actividad sigue en terreno positivo, en agosto creció al ritmo más lento de los últimos siete meses.

El índice PMI de S&P, que refleja el estado de salud del sector manufacturero, cerró el mes en los 50.5 puntos (en terreno positivo, pero medio punto por debajo del de julio) y con un aumento de los nuevos pedidos a las empresas, especialmente para exportación, que llevan en terreno alcista desde hace medio año. 

Sin embargo, la producción cayó ligeramente y el empleo disminuyó por primera vez desde el pasado mes de enero. A todo ello se suma que la confianza en las fábricas ante las perspectivas económicas han caído a su nivel más bajo en ocho meses.

¿Qué está pasando en las fábricas? Desde S&P señalan la creciente preocupación por un debilitamiento de la demanda en los mercados europeos en los próximos doce meses. Ante ese potencial escenario, las compañías han optado por reducir las compras y tirar de las existencias que tienen para abastecer a sus clientes sin comprometer las cuentas.

Y es que la incertidumbre ya no cotiza. Esa inquietud ha obligado a la dirección de las fábricas a reducir costes y aplazar inversiones. Los más afectados, claro, han sido los trabajadores. Y es que, según han detectado en S&P, las empresas optaron por recortar empleo o no sustituir a los trabajadores que han dejado las factorías. Esa reducción de las plantillas se ha traducido en plazos de entrega más largos, una tendencia que lleva catorce meses consecutivos agravándose. A pesar de todo, las fábricas siguen reportando problemas para reclutar trabajadores cualificados. 

«Las tendencias del sector manufacturero español siguen mostrando signos de debilitamiento [...] La trayectoria reciente de los últimos tres meses indica claramente una tendencia hacia el estancamiento. Esta evolución es consistente con el entorno económico mundial en general y no nos sorprende. El sentimiento industrial en Europa, que había mostrado signos de mejora en el primer semestre, ha experimentado recientemente una desaceleración. En consecuencia, la demanda industrial en España, procedente tanto del mercado nacional como internacional, se limita ahora a un crecimiento marginal», señala Jonas Feldhusen, economista del Hamburg Commercial Bank. 

La situación de la industria europea: «Está yendo cuesta abajo y sin freno»

¿Qué está pasando en el resto de Europa? Los datos en la eurozona todavía son más preocupantes. La actividad en las fábricas sigue cayendo (45.8 puntos, cuando el umbral de contracción es 50). La producción industrial siguió disminuyendo en la mayoría de los países y las entradas de nuevos pedido han caído al ritmo más fuerte en lo que va de año. Es por ello que en las factorías han optado por recortar gastos mediante la reducción de las compras de insumos y de inventarios. Además, la confianza empresarial ha caído a su cota mínima en cinco meses. 

La caída está siendo muy pronunciada y el mayor lastre lo están ejerciendo las dos grandes economías del euro: Alemania (42.4) y Francia  (43.9). «La situación está yendo cuesta abajo y sin freno. El sector manufacturero sigue estancado en una desaceleración, ya que las condiciones empresariales han empeorado al mismo ritmo sólido durante tres meses consecutivos, llevando la recesión a un agotador período de veintiséis meses y sumando. Los nuevos pedidos, tanto nacionales como internacionales, se están atenuando aún más, frustrando cualquier esperanza a corto plazo de una reactivación. Para el colmo de males, los precios de los insumos han estado subiendo de nuevo desde junio [...] Con una caída tan generalizada en todos los ámbitos, hay pocas señales de que la situación vaya a mejorar en un futuro cercano».