¿Podría un Kennedy darle la victoria a Trump?
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Con el anuncio de retirada del candidato independiente Robert F. Kennedy Jr. (conocido por las siglas RFK Jr.) de la campaña electoral norteamericana se disparaban las especulaciones acerca de cómo podría esto afectar al resultado en noviembre. Una encuesta del Wall Street Journal (WSJ) ofrece una estimación: la mitad de los electores de RFK Jr. se inclinarían por Donald Trump y solo la cuarta parte por Kamala Harris. Incluso cabe la posibilidad de que el candidato saliente pida el voto para Trump, sin más. Su compañera de ticket electoral, Nicole Shanahan, prácticamente ya lo ha hecho. Esto puede parecer sorprendente, considerando que Kennedy procede del campo demócrata e incluso intentó encabezar la candidatura del partido. Pero lo cierto es que este sobrino del asesinado John F. Kennedy, e hijo del también asesinado Robert Kennedy, sostiene posiciones políticas que le acercan más a Trump que a Harris. Es prácticamente un libertario (en el sentido norteamericano del término) partidario de «poco Estado», contrario a la legislación ecologista de Biden y reticente a la ayuda militar a Ucrania; si bien su actitud más abierta respecto a la inmigración le aleja de los republicanos. Se puede sospechar que en las decisiones de RFK Jr. hay además un elemento personal. Cuando su campaña se hundió en julio a causa del atentado contra Trump y la retirada de Biden, que le hicieron menos atractivo como voto de protesta, RFK Jr. intentó negociar su apoyo a Harris a cambio de un puesto importante. Ella lo rechazó, y ha sido luego Trump quien ha insinuado que podría acogerle en su administración en caso de ganar.
¿Veremos, pues, a un Kennedy darle la victoria a la «bestia negra» de los demócratas? En una elección tan ajustada como promete ser esta, cada papeleta cuenta, pero los votos que repartiría la salida de RFK Jr. no son ya tantos. En su mejor momento llegó a reunir un 10 % del electorado, hoy las encuestas le dan en torno a la mitad. Suponiendo que la estimación del WSJ sea correcta, esto supondría algo más de dos puntos netos extra para Trump, lo que no le permitiría superar en este momento a Kamala Harris. Pero lo que importa no es el total de votos sino el resultado en los estados en disputa. RFK Jr, que ha tenido que afrontar muchas trabas burocráticas, tan solo compite en tres de estos siete estados en disputa: Arizona, Míchigan y Carolina del Norte. En los dos últimos, Trump y Harris están tan cerca que estos votos adicionales pueden (solo pueden) marcar la diferencia. Es un motivo de preocupación adicional para la campaña de Harris, que este viernes se encontró con que algunas encuestas detectan ya un agotamiento del efecto Kamala y una recuperación de Trump en los estados clave. Es algo que se esperaba, pero para más tarde, no en plena convención demócrata. Lo que no quiere decir que esa nueva tendencia vaya a ser irreversible. Al contrario, las características de estas elecciones hacen sospechar que lo más probable se conviertan en una montaña rusa hasta el mismo día de las votaciones.
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