El escándalo del expresidente Alberto Fernández hunde al peronismo en el descrédito
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El caso de violencia de género pilla a la formación en medio de luchas internas y falta de liderazgo, cuando aún no se ha recuperado de la derrota electoral del 2023
19 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La conmoción que provoca en la sociedad argentina la imputación por violencia de género del expresidente Alberto Fernández tras la denuncia de su exmujer, Fabiola Yañez, es enorme. Si bien las consecuencias aún están por verse, en un momento de enorme desprestigio de la clase política en su conjunto, el mayor impacto lo siente el peronismo, el partido al que perteneció Fernández.
Cuando todavía no termina de recuperarse de la derrota de las elecciones del 2023, en medio de luchas internas y la falta de liderazgo, al peronismo le estalló una bomba que no sabe cómo procesar. Mientras los distintos espacios de la oposición se reestructuran y deciden cómo encarar las elecciones legislativas del 2025, en el peronismo están quienes creen que esto puede significar una limpieza y un reseteo que, de alguna manera, los beneficie, y quienes no están tan seguros de eso y opinan que esto no ha hecho más que empezar. Si bien una gran parte del peronismo, empezando por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, ha sido muy crítica de la gestión de Alberto Fernández (2019-2023), e hizo lo que pudo por despegarse del expresidente, a ojos de la sociedad no termina de quedar muy lejos. Fue vicepresidenta de Fernández y muchos la responsabilizan por haber motorizado su candidatura.
Por lo pronto, al entorno del expresidente podrían complicársele las cosas durante la recopilación de pruebas. Yañez apunta a personas cercanas al exdirigente que estaban al tanto de la situación y no hicieron nada, incluida la por entonces ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Ayelen Mazzina. El círculo íntimo de Fernández dijo estar al tanto de conflictos en la pareja, pero no de las palizas. Por ahora, lo único claro en las filas del peronismo es su decisión de repudiar los hechos y aislar a Fernández. En la misma semana de la denuncia de Yañez, distintos sectores forzaron su renuncia a la presidencia del Partido Justicialista Nacional, el máximo órgano de representación del peronismo.
Las diferencias internas del peronismo, fundamentalmente entre dos de sus máximas figuras, el diputado nacional Máximo Kirchner, —el hijo de los expresidentes Néstor y Cristina, y referente de la organización La Cámpora—, y Axel Kicillof, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, distrito que concentra el 37 % del padrón electoral, son más que evidentes. Tanto ellos como Cristina Fernández y Sergio Massa, excandidato presidencial en las últimas elecciones, intentan encontrar un nuevo lugar en el tablero político. En relación a la denuncia contra Fernández, la expresidenta, Kicillof y La Cámpora, repudiaron los hechos. Massa, en cambio, aún no se ha pronunciado.
Por ahora, la estrategia del peronismo, mientras recompone fuerzas, parece ser la de no sacar mucho la cabeza fuera y evitar exponerse, máxime teniendo en cuenta que las encuestas empiezan a mostrar un creciente rechazo a las políticas de Javier Milei. Sin embargo, el escándalo que salpica a Fernández vuelve a colocarlos en el centro de la escena y quien respira aliviado (al menos por unos días) es Javier Milei.
Kicillof, el mejor posicionado a erigirse como líder del movimiento cuando escampen las aguas
El gobernador logró esta semana la foto con el presidente de Brasil, Lula da Silva, algo que Milei no ha logrado desde su llegada al poder. Después de insultarlo en innumerables ocasiones, el dirigente ultra intenta recomponer las relaciones con el brasileño, pero este no ha dado el brazo a torcer y no ha dudado en dar un espaldarazo al líder peronista en su visita a Brasil.