Maduro busca su propia Corea del Norte

Julio Borges

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Maduro pidió a sus seguidores el «retiro voluntario, progresivo y radical» de la aplicación, y propuso otras alternativas para comunicarse como Telegram
Maduro pidió a sus seguidores el «retiro voluntario, progresivo y radical» de la aplicación, y propuso otras alternativas para comunicarse como Telegram Maxwell Briceno | REUTERS

16 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Nicolás Maduro quiere graduarse de dictador antioccidental, siguiendo los pasos de Kim Jong-un. Después de las elecciones del 28 de julio donde para los venezolanos y el mundo es claro que Nicolás Maduro fue derrotado. Ante la enorme demostración de rechazo del pueblo, la dictadura ha enloquecido en violencia y parece querer convertir a Venezuela en una nueva Corea del Norte, atrincherándose en el poder a punta de fuerza bruta, llevando a la cárcel a todo aquel que decida denunciar el fraude electoral.

Tan solo transcurrieron 12 horas del anuncio írrito (inválido) del Consejo Nacional Electoral, proclamando a Maduro ganador de las elecciones sin mostrar ni una sola acta, para que los regímenes de Rusia y China, totalmente sincronizados, emitieran unos comunicados donde no solo reconocían la supuesta victoria de Maduro, sino que emplazaban a la oposición a aceptar los resultados. Luego de eso, inmediatamente se vinieron como en cascadas comunicados similares de Siria, Vietnam, Corea del Norte, Cuba y Nicaragua, dejando al descubierto su papel de satélites de Rusia y China.

Todo el mundo vio lo que sucedió el 28 de julio en Venezuela: fue la gesta ciudadana más memorable que se recuerde en tiempos recientes en América Latina. Una mayoría aplastante se manifestó en las urnas y le dio la victoria a Edmundo González. A 15 días de la elección, las matemáticas siguen siendo incontrovertibles: con 25.073 actas (83,50 % del total) en nuestras manos el resultado es el siguiente: Edmundo González 7.303.480 votos (67 %) y el dictador Maduro 3.316.142 votos (30 %). Estamos hablando de una diferencia de 37 puntos, que además no son cifras inventadas; son las actas que ellos también tienen y por eso el CNE se niega a publicarlas, a pesar de que todo el país y la comunidad internacional se lo pide a gritos.

Maduro da pasos agigantados para instalar un Estado policial en Venezuela, donde cualquier laguna de libertad, llámese una opinión en redes sociales, es considerado un delito que debe ser castigado con las penas más severas. De hecho, el propio dictador reconoció frente a las cámaras de televisión que está construyendo dos cárceles para llenarlas de opositores que ejerzan el derecho a la protesta; y, además, se activó una línea telefónica para que los activistas del partido de Gobierno denuncien a «los opositores que participaron en la organización de las elecciones». Por si fuera poco, en las últimas horas, las casas de los testigos electorales de la oposición han sido rayadas con una X para identificarlos como enemigos del régimen, una técnica absolutamente nazi.

El dictador pretende instalar una Corea del Norte en el corazón de América Latina, apoyado por Rusia, China e Irán, que a su vez buscan arraigar sus intereses en Venezuela para desestabilizar a toda la región. Es así como Venezuela comienza a ser una pieza de un tablero geopolítico mucho más grande, una verdadera amenaza para todo Occidente.