Rusia evacúa otro distrito de Kursk e intenta frenar el avance ucraniano
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Kiev asegura que no busca «tomar el territorio de la región», sino defenderse
14 ago 2024 . Actualizado a las 11:11 h.El Ejército ucraniano continuaba este martes con su asalto a la región de Kursk, una semana después de iniciar la mayor incursión extranjera en territorio ruso desde la Segunda Guerra Mundial. Ante su avance implacable, las autoridades del distrito de Bolshesoldatski anunciaron la evacuación de la población. «Hasta ahora no había una evacuación en nuestro distrito. Los que querían, se marchaban por su cuenta y nadie les ponía pegas. Hoy empezamos a recoger los datos de las personas que sí necesitan ser evacuadas», escribió el dirigente local, Vladimir Zaitsev, en Telegram.
En el distrito de Bolshesoldatski, colindante con el de Sudzha —el primer objetivo de la incursión ucraniana—, viven unas 10.000 personas. Además, está a escasos kilómetros de la ciudad de Kurchatov, que acoge la central atómica de Kursk, y de la capital regional, con casi medio millón de habitantes.
Las fuerzas ucranianas controlan ya más de mil kilómetros cuadrados, pero su objetivo no es «tomar el territorio de la región». Lo que buscan, afirmó este martes Gueorgui Tiji, portavoz del Ministerio de Exteriores kievita, es proteger a los civiles ucranianos. Señaló que tan solo desde el inicio del verano se han contabilizado más de 2.000 ataques contra la región ucraniana fronteriza de Sumi procedentes de la limítrofe Kursk. «Por desgracia, Ucrania no puede lanzar ataques de largo alcance con las armas existentes para protegerse de este terror», dijo Tiji en referencia a la negativa de los aliados a que Kiev utilice ciertos tipos de armas contra territorio ruso. «Por ello, es necesario liberar estas zonas fronterizas desde donde los contingentes militares rusos atacan Ucrania o dan cobertura al terror contra los ucranianos», aseveró.
Moscú reacciona tarde
El ataque transfronterizo tomó a Rusia por sorpresa y significó un cambio de táctica para Kiev, más de dos años después de que las tropas de Moscú cruzaran la frontera de Ucrania e iniciasen su invasión a gran escala. El rápido avance de las fuerzas ucranianas supone una vergüenza para el Kremlin y podría alterar la narrativa de la guerra en un momento en que las fuerzas de Kiev empezaban a flaquear en las líneas del frente de su propio país.
A medida que los soldados kievitas (mil, según Rusia, varios miles según EE.UU.) se adentraban en Kursk, Moscú se apresuró a reforzar sus defensas y Vladimir Putin convocó a sus servicios de seguridad para coordinar una respuesta. El Ejército anunció que estaba enviando más tropas y vehículos blindados para repeler el ataque, y la televisión nacional emitió imágenes de columnas de camiones militares.
Sin embargo, aunque esos esfuerzos parecen haber ralentizado el avance de los ucranianos, las fuerzas de Kiev se mantienen firmes una semana después de la incursión. Y siguen adelante. El sábado afirmaron haber capturado una pequeña aldea en la región vecina de Bélgorod, y los analistas dicen que ya controlan la mayor parte de la ciudad de Sudzha, a unos diez kilómetros de la frontera.
Los altos cargos rusos y los medios de comunicación estatales han afirmado repetidamente tener la situación bajo control. Pero la realidad es que siguen perdiendo terreno.