Una crisis económica y un escándalo: las razones detrás de la dimisión del primer ministro japonés

Andrés Rey REDACCIÓN / LA VOZ

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Fumio Kishida, el miércoles durante la rueda de prensa en la que anunció su dimisión.
Fumio Kishida, el miércoles durante la rueda de prensa en la que anunció su dimisión. DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

Por primera vez en la historia, Japón podría tener a una mujer al frente del Ejecutivo

15 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, declaró este miércoles que no se volverá a presentar a la presidencia de su formación, el Partido Liberal Democrático (PLD), en septiembre. Una decisión que resultará en el nombramiento de un nuevo dirigente en la cuarta economía más grande del mundo.

El partido necesita «una competición abierta para promover el debate», comentó Kishida a los medios, después de un mandato marcado por los bajos índices de aprobación, un escándalo de recaudación de fondos, el aumento general del coste de la vida y un gasto récord en defensa.

«En estas presidenciales es necesario mostrar a la gente que el PLD está cambiando, que este partido es un nuevo PLD», dijo el mandatario, de 67 años, en una rueda de prensa desde su oficina. «Y el primer paso para eso es que yo me haga a un lado», concluyó.

Su decisión dejará vacante el puesto de presidente del partido. En septiembre, una vez concluidos los comicios internos, lo más probable es que el Parlamento —controlado por el PLD— apruebe al ganador como nuevo primer ministro. Un sucesor que deberá enfrentarse a una creciente incertidumbre internacional, a la nominación de un nuevo presidente de EE.UU. y, dentro de su propio país, a una creciente preocupación por la crisis del coste de vida.

Por otro lado, el nuevo jefe del Ejecutivo también tendrá que poner punto final al famoso escándalo de recaudación de fondos. Una crisis que desató la ira en el país a principios de año y le restó credibilidad al PLD de cara a las siguientes elecciones para la Cámara Baja. Los hechos giraron en torno a más de 80 diputados de la formación política. Se descubrió que todos ellos habían desviado ganancias no declaradas de la venta de entradas a reuniones del partido hacia fondos ilegales. Casi 40 fueron sancionados. Kishida se libró, a pesar de que había pruebas de que su propia facción también había declarado menos ventas de entradas, lo que le valió acusaciones de doble rasero.

Entre los posibles sucesores se encuentran Shigeru Ishiba, un exsecretario de Defensa centrista, y Taro Kono, el extravagante ministro digital. Pero también hay candidatas femeninas en la contienda, como la ultraconservadora ministra de Seguridad Económica, Sanae Takaichi, y la exministra del Interior, Seiko Noda. Por primera vez en la historia, Japón podría tener a una mujer como primera ministra.