El juez Pablo Llarena pide explicaciones a los Mossos y a Interior por el «fracaso» del operativo para detener a Puigdemont

La Voz REDACCIÓN

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Quique Garcia | EFE

El abogado del expresidente catalán, Gonzalo Boye, asegura que el líder de Junts ya se encuentra «fuera de España» y que se dirigirá a la ciudadanía «en los próximos días». El ministro de Justicia señala que el operativo policial «corría a cargo de los Mossos»

09 ago 2024 . Actualizado a las 13:12 h.

El juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena ha solicitado sendos informes a los Mossos d'Esquadra y al Ministerio del Interior sobre el operativo policial planificado para arrestar ayer en Barcelona al expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont y «sobre los elementos que determinaron su fracaso».

Un día después de que Puigdemont apareciese en Barcelona para dar un breve discurso poco antes de la sesión de investidura del socialista Salvador Illa en el Parlament, y lograse escabullirse entre los congregados, el magistrado ha pedido explicaciones a Interior y a la policía catalana. El juez Llarena, que ratificó la vigencia de la orden de detención contra Puigdemont el pasado 1 de julio, quiere saber ahora cuál fue el operativo policial aprobado y desplegado, quiénes eran los agentes responsables de su diseño, aprobación y ejecución y cuáles fueron las razones de su «fracaso», «desde un aspecto técnico policial». Todos estos aspectos se los pregunta a los Mossos d'Esquadra.

Pero Llarena, instructor de la causa del procés en el Supremo y que lleva años tratando de poner a Puigdemont a disposición de la Justicia, no solo se ha dirigido a los Mossos d'Esquadra. En una segunda providencia dictada esta mañana, el magistrado también pide explicaciones al departamento que dirige el ministro Fernando Grande-Marlaska; se dirige al Ministerio del Interior para que informe a su vez del operativo aprobado y dispuesto para detectar y detener a Puigdemont cuando cruzase la frontera y, de nuevo, «sobre los elementos que determinaron su fracaso desde un aspecto técnico policial». Quiere conocer «las órdenes que fueron cursadas para su detección en frontera y eventual detención después de su fuga, además de los agentes responsables del diseño del operativo, de los responsables de su aprobación, y de aquellos a los que se ha encomendado su ejecución o despliegue operativo».

En este sentido, el ministro de Justicia, Félix Bolaños, ha señalado esta mañana que el operativo policial era «responsabilidad» de los Mossos. «Es un operativo policial que corría a cargo de los Mossos», que eran la policía competente, tanto para garantizar la normalidad del pleno del Parlament como el cumplimiento de «los mandatos del Supremo», ha recordado. Bolaños, que ha hecho estas declaraciones en la embajada de España en París, se ha mostrado satisfecho de la nueva etapa que se abre en Cataluña tras la investidura del socialista Salvador Illa.

Detención fallida

Puigdemont cumplió, sobre el papel, su promesa de volver del extranjero para la histórica sesión de investidura convocada para el jueves, pero no se dejó capturar a las puertas del palacio de la Generalitat, como había dejado entender —de manera tácita— el entorno del huido a los propios Mossos en las conversaciones informales de los últimos días entre ambas partes.

El gran truco empezó tras una intervención de apenas cinco minutos en el acto de «recibimiento institucional» montado por el Consell de la República y al que asistió lo más granado del independentismo de Junts, la CUP, ANC, Òmnium Cultural e, incluso, de ERC. A las 9.04, el expresidente comenzó lo que parecía un paseo hacia el único acceso a la cámara: la puerta del parque de la Ciutadella más pegada a la Estación de Francia. Todo indicaba que, como estaba previsto, el líder de Junts, tras recibir el calor de los suyos, se iba a dejar apresar de manera tranquila por los agentes que custodiaban esa única puerta.

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Los funcionarios llegaron a desplegarse por el acceso en lo que parecía la última maniobra para la detención porque la comitiva se acercaba a lo lejos. Pero todo era un señuelo. Para entonces, Carles Puigdemont se había convertido de nuevo en un fantasma. Su transmutación se produjo solo instantes después de abandonar la sombra de cercano Arco del Triunfo, donde se había desarrollado el acto de ensalzamiento de su figura ante unos miles de acólitos. A pesar de que eran centenares de ojos y cámaras los que se posaban sobre la figura del recién retornado, el expresidente se escabulló por una trampilla en un lateral del escenario y desde allí cogió un coche para salir de la zona hacia un piso franco o un lugar seguro.

Mientras, los Mossos D'Esquadra trataban de localizarle en una operación jaula que provocó el caos circulatorio tanto en la capital catalana como en los accesos a Francia, dentro de la cámara se celebró la sesión de investidura. El ya presidente de la Generalitat, Salvador Illa, y el presidente saliente, Pere Aragonès, se reunirán este viernes a las 11.00 en el Palau de la Generalitat «para realizar el traspaso institucional de las principales carpetas abiertas y retos de país», en una reunión a puerta cerrada.