Un estudio de la revista científica «Nature» pone en valor al papel de los bosques en los planes para mitigar el cambio climático
04 ago 2024 . Actualizado a las 09:49 h.Los árboles captan de la atmósfera el metano, uno de los gases de efecto invernadero que más contribuyen al calentamiento global, según una investigación realizada en bosques de Inglaterra, Suecia, Panamá y Brasil, y en la que ha participado el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (Creaf) de Cataluña.
El análisis, publicado esta semana en la revista científica Nature, apunta a que los árboles que más gas metano capturan son los que se encuentran en los lugares más húmedos y calurosos.
El metano es un gas de efecto invernadero responsable de cerca del 30 % del calentamiento global, el segundo en importancia por detrás del dióxido de carbono.
Este estudio añade valor al papel de los bosques en los planes para mitigar el cambio climático, porque a la capacidad de almacenar carbono atmosférico, se le sumaría la de absorber metano.
También puede suponer un cambio de visión en las estrategias de reforestación, ya que en algunos casos los «nuevos bosques» no son muy eficientes en cuanto a sumidero de carbono, porque están conformados por árboles jóvenes con poca biomasa.
Sin embargo, en el caso del metano, lo importante no es lo maduro que sea un bosque, sino la superficie de la corteza que interacciona con la atmósfera que, en definitiva, es lo que le permitirá absorber mayor cantidad de gas.
La mayoría de estudios suelen medir los flujos de metano en el primer metro del tronco, donde los árboles emiten este gas hacia la atmósfera. Pero la clave de esta investigación es que ha tomado las mediciones a más altura y no solamente cerca del suelo. De esta manera, los investigadores han observado que, aproximadamente a partir de un metro, las bacterias que viven en la corteza absorben mucho más metano del aire de la atmósfera.
Esta diferencia se debe al papel de las bacterias que habitan la corteza y que utilizan el metano como fuente de energía. Estas bacterias empiezan a consumir metano del exterior a medida que queda menos en el interior del árbol, un hecho que sucede a partir del metro de altura. «De esta manera, en el cómputo global, se absorbe más de lo que se emite», destaca Josep Barba, investigador del Creaf y uno de los coautores del artículo.