Israel busca alianzas en medio del temor a represalias iraníes

Andrés Rey REDACCIÓN / LA VOZ

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El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant (izquierda), el viernes con su homólogo británico, John Healey. E.P.
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant (izquierda), el viernes con su homólogo británico, John Healey. E.P. DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

Teherán niega errores y culpa a la seguridad de Haniya de su muerte

03 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El ataúd de Ismail Haniya yacía inmóvil, envuelto en una bandera palestina, en el centro de la mezquita Mohamed bin Abdelwahab, la más grande de Catar, en Doha. Durante su funeral, las altas esferas de la familia real catarí intentaban no llamar la atención, igual que importantes cargos turcos, mientras Jalil Al Hayya —miembro del buró político del movimiento islamista— encabezaba los rezos. Sus palabras llegaron a todos los rincones de Oriente Medio: «Estamos seguros de que su sangre [la de Haniya] traerá la victoria, la dignidad y la liberación».

Mientras tanto, Tel Aviv se preparaba para la venganza. El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, se reunió con su homólogo británico, John Healey, para abordar la tensión regional y el curso de la guerra en Gaza. Según un comunicado del ministerio hebreo, ambos debatieron «los importantes vínculos de defensa entre Israel y el Reino Unido y su compromiso de mantener la cooperación».

Con Healey viajó también el jefe del Estado Mayor de la Defensa del Reino Unido, el almirante Antony David Radakin, que mantuvo una reunión paralela con su homólogo israelí, Herzi Halevi. Y por si dos reuniones fueran pocas, Gallant apenas tuvo un respiro cuando se despidió de Healey antes de hablar por teléfono con el jefe del Pentágono, Lloyd Austin. Las tres conversaciones tenían un único objetivo: buscar cooperación para cubrirse las espaldas frente a «la amenaza de Irán y sus representantes», que se prevé inminente.

Segundo asalto

Israel espera que ese ataque iraní sea similar al lanzado el 13 de abril, después de que Tel Aviv bombardease el consulado de Teherán en Damasco. En ese momento, una coalición de países, incluidos Jordania y otros estados árabes, se unieron para interceptar cientos de misiles y drones. Pero no está claro que una alianza así se pueda volver a forjar tan rápido, ni que todos los miembros sigan dispuestos a participar.

Paralelamente, y entre ensayos israelíes de intercepciones de largo alcance, Irán intenta lavarse las manos ante su enorme error de seguridad. El diario estadounidense The New York Times publicó el jueves una información en la que aseguraba que a Haniya lo mató una bomba colocada dos meses antes en una habitación de la residencia de la Guardia Revolucionaria en la que se alojaba. El portal Axios, citando fuentes del Mossad, añadió que el artefacto se activó por control remoto cuando el líder islamista estaba en el cuarto después de la investidura del presidente Masoud Pezeshkian. En Teherán no es fácil atreverse a hablar del tema, pero Saadollah Zarei, veterano experto en la región vinculado al diario oficialista Kayhan, contradijo las informaciones del periódico estadounidense. En una entrevista en la televisión nacional, Zarei defendió que se trató de un proyectil lanzado desde el aire y afirmó que «el error de seguridad vino del lado palestino».