Nadia Nerea, Paco Sanz y los otros estafadores de la salud

G.V. REDACCIÓN / LA VOZ

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Imagen de la familia en el 2018
Imagen de la familia en el 2018 ASOCIACIÓN NADIA NEREA

Fernando Blanco y Margarida Garau entraron el miércoles en prisión. Ahora les toca pagar por los más de 200.000 euros que nunca emplearon en el tratamiento de su hija. Tras este mediático caso llegaron otras situaciones que apelaron al sentimiento de los ciudadanos para meterse dinero en los bolsillos

01 ago 2024 . Actualizado a las 18:57 h.

Atacan directamente al corazón de quienes escuchan su historia. Normalmente padecen enfermedades raras —si es que eso es cierto— y necesitan una cantidad muy elevada para poder financiar sus cuidados o incluso su tratamiento. Detrás de esto una realidad: nada es lo que parece. 

Los padres de Nadia Nerea, una niña afectada de ticotriodistrofia, ya están en prisión. Fernando Blanco y Margarida Garau fueron condenados a cinco y tres años y medio de prisión en el 2018 por usar la enfermedad de su hija para recaudar dinero para fines particulares. Este miércoles eran detenidos por la Guardia Civil porque el plazo para su ingreso voluntario en la cárcel ya había terminado. 

La sentencia les condenó por estafa continuada y agravada. La traducción sobre el terreno fue que la pareja había creado en el 2010 una fundación para recaudar dinero para su hija. El estado de salud de su niña, cuya enfermedad produce alteraciones en el pelo y la piel, además de alteraciones neurológicas, les llevó a sumar más de 400.000 euros (aunque se habló de más de 900.000 euros). El problema: no los usaron para cuidar a la menor.

Otro descuido de la estafa es que sus padres aseguraron que su enfermedad genética suponía riesgo de muerte para la pequeña. Tampoco era así. 

Fernando Blanco y Margarida Garau se convirtieron en habituales de los platós. Organizaron grandes campañas de donaciones, tenían una web para recibir donativos e incluso contaron con la buena voluntad de sus vecinos. Y no solo eso, grandes figuras como Jorge Lorenzo o Rafa Nadal les llegaron a ceder objetos para una subasta.

Su objetivo de cara a la galería era operar a su niña en el extranjero. Primero aseguraron que la habían llevado a Francia para «transmitirle una mutación de genes en laboratorio para intentar hacer crecer sus órganos». Nadie supo ni cómo, ni cuándo, ni qué pasó con esa intervención.

En el 2016, otra alerta. Nadia Nerea debía ser operada en Houston, pero ese argumento no se sostuvo porque su padre dijo en televisión que había buscado la ayuda de un curandero en Afganistán.

Varios reportajes publicados en la prensa hicieron saltar la historia por los aires y Fernando no negó que en ocasiones exageraba por temor a perder a su hija. Entonces la investigación estaba ya en marcha. 

Margarita Garau, la madre, rompía también su silencio el martes, asegurando que confiaba en su esposo y que el único fallo que habían cometido había sido «exagerar la historia, ir a especialistas que hacen tratamientos experimentales y no pedir papeles» que lo demostrasen. Dijo no saber que la niña iba a curanderos y que no creía en «esas cosas». «No somos estafadores, la niña está enferma y no hemos cogido el dinero de nadie ni hemos utilizado a la niña para medrar», insistió.

Se calcula que se gastaron unos 600.000 euros y que ni un céntimo fue para los cuidados de la menor

Paco Sanz

Una veintena de personas demandaron a Paco Sanz, pero podían haber sido muchas más. El conocido como «hombre de los 2.000 tumores» fue condenado en el 2021 a dos años de prisión por estafa y a devolver casi 37.000 euros de los 260.000 que solicitaba la Fiscalía. Hubo acuerdo de conformidad, pero solo en lo relativo a la prisión, no en lo tocante a las indemnizaciones, lo que dejó insatisfechos a muchos rostros conocidos que confiaron en este estafador. 

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«En total llevo dos años enteros sufriendo esta enfermedad, que me ha generado 2.000 tumores». Este es solo uno de los múltiples mensajes que escribía el valenciano en su página web.

Uno de ellos fue el Hermano Mayor, Pedro García Aguado, que le reclamó unos 20.000 euros por la pérdida de dinero que dejó de ingresar al realizar diferentes acciones  sin ánimo de lucro a favor de su causa solidaria falsa.

Entre los estafados estaban desde el actor Santi Rodríguez al humorista José Mota. En la vista oral, relataron cómo fueron víctimas del engaño por parte del acusado para ayudar a difundir su historia a través de sus redes sociales, reclamando ser indemnizados por los daños morales sufridos al afectar a su imagen pública.

El Síndrome de Cowen

Lo único cierto de la historia de Francisco Sanz González fue su dolencia. En el 2006 se le diagnosticó síndrome de Cowen, una enfermedad que se caracteriza por la aparición de tumores benignos, llamados hamartomas, pero sin riesgo de muerte. El verdadero peligro es que los afectados presentan un mayor riesgo que cualquier otra persona de sufrir cánceres de mama, piel, endometrio o tiroides. Pero, si se identifica la mutación en el gen que provoca la enfermedad, el tratamiento recomendado consiste en realizarse pruebas para diagnosticar precozmente los posibles tumores malignos y tratarlos a tiempo. Detalles que él pasó por alto porque, al poco tiempo del diagnóstico, empezó el engaño.

Entre el 2010 y el 2017, Sanz usó la redes y los medios para hacer creer que su enfermedad era mucho más grave, creo su propia página web y pidió dinero que financiar un tratamiento en los Estados Unidos, que según la sentencia era «experimental gratuito».

A finales del mes de junio de este 2024, el «hombre de los 2.000 tumores» volvía a estar de actualidad porque la Audiencia Provincial de Madrid suspendía la ejecución de la condena de dos años de prisión, siempre y cuando no delinca en los próximos cuatro años. 

Frank Serpa

En el 2016, la Policía Nacional detenía a un ciudadano venezolano que simuló padecer cáncer. Su nombre, Frank Serpa. Fue precisamente una persona muy cercana a él quien dio la voz de alarma ya que le había ayudado, cuando aún no era consciente de la mentira que había orquestado. 

Antes, la comunidad latina en España se volcó con su caso y, a través de diferentes acciones, Serpa acumuló 12.000 euros.

Su traspié en la treta fue que este venezolano sí sufrió una enfermedad real, una neumonía que le llevó la hospital Ramón y Cajal de Madrid. Allí tuvo que reconocer que su cáncer era falso, a pesar de tener el pelo, e incluso las cejas, completamente rapadas. «Me dijo que padecía cáncer pero tras hacerle una exploración vi que todo era mentira», dijo en el 2018 una de sus doctoras a Espejo Público. 

Tras ese arresto, quedó en libertad bajo la acusación de un delito de estafa y otro de falsedad documental al recaudar dinero para comenzar presuntamente un tratamiento en Houston. «Unas personas de una ONG vinieron al centro. Se reunieron conmigo para preguntarme si Frank Serpa padecía verdaderamente cáncer. Me enseñaron un informe que llevaba mi rúbrica al final. Enseguida supe que se trataba de una falsificación», añadió la doctora.