Ismail Haniya, el último de los moderados de la Resistencia Islámica

Pablo Medina Galera MADRID / LA VOZ

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El líder del grupo palestino Hamás, Ismail Haniyeh.
El líder del grupo palestino Hamás, Ismail Haniyeh. Mohamed Azakir | REUTERS

Después de su asesinato, el líder político de Hamás deja al grupo en manos del radicalismo

01 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Ismail Haniya (Al Shati, 1963) muere con las últimas ramas de una posible reconciliación con Israel en las manos. Si bien nunca renunció a la lucha armada «y en todos los frentes» por las «constantes agresiones» de Tel Aviv contra «palestinos inocentes», como dijo en una entrevista en el 2012, el líder político de Hamás fue de los pocos que aún conservaba la tenue esperanza de que refundando al propio grupo, la paz con el país vecino a cambio de un Estado palestino pondría fin a la guerra.

Nacido de refugiados naturales de Ascalón, hoy parte de Israel cercana a Gaza, Haniya se convirtió en uno de los fundadores más jóvenes de Hamás en 1988. Licenciado en literatura árabe en la Universidad Islámica de Gaza, participó en la primera intifada de ese mismo año, deportado al Líbano en 1992 y decano del centro de sus estudios a su vuelta en 1993.

Estos gestos de resistencia y su relación con los movimientos estudiantiles islamistas vinculados a los Hermanos Musulmanes captaron la atención del jeque Ahmed Yassin en 1993, quien por aquel entonces era el líder espiritual del grupo. Nombró a Haniya su secretario cuatro años más tarde y este le sirvió hasta el 2004, momento en el que Yassin fue asesinado por Israel.

Tras sobrevivir a otro atentado junto a su mentor un año antes, Haniya empezó a considerar la resistencia palestina como una forma de vida. Se presentó con Hamás a las últimas elecciones que ha celebrado la Autoridad Nacional de Palestina en el 2006 y se convirtió en el primer ministro del actual presidente palestino, Mahmud Abás, por el período de un año.

Choques, política y guerra

Abás decidió cesar a Haniya en el 2007 por desavenencias entre su partido, el secular Fatah, y Hamás. Un golpe en Gaza ese mismo año fraccionó el poder político palestino y Haniya gobernó en Gaza hasta el 2017.

En ese período, Haniya aprovechó para tejer relaciones con Irán. Intentó reconciliarse con Fatah sin éxito y trató de reescribir la carta fundacional del movimiento de 1988 para borrar la «destrucción de Israel» y negociar un Estado palestino con Tel Aviv. Otro fracaso.

Yahya Sinwar le sucedió en el 2017 y Hamás se rindió al radicalismo y la lucha armada. Haniya se convirtió entonces en mediador de Hamás con Catar e Israel y en tejedor de relaciones internacionales con otros países árabes para apoyar la causa palestina frente a quienes normalizaron relaciones con Israel con los Acuerdos de Abraham. Ahora, en Hamás solo queda lo peor del radicalismo.