La desaparición puede deberse a su traslado a otras prisiones o su preparación para un canje
30 jul 2024 . Actualizado a las 19:28 h.Al menos seis presos políticos rusos, entre ellos el conocido opositor Iliá Yashin y el septuagenario activista Oleg Orlov, se encuentran en paradero desconocido, denunciaron las organizaciones de derechos humanos, que esta mañana cifraban en cuatro el número de los presos desaparecidos.
Así, a lo largo de la jornada se supo que los abogados de Yashin, condenado a 8 años y medio por criticar la guerra en Ucrania, tampoco tienen contacto con su cliente y desconocen su paradero.
Según la abogada de Yashin, Tatiana Solomina, la administración de la cárcel en la que el político cumplía su condena se limitó a decir que el reo había abandonado sus instalaciones con destino desconocido. También se perdió el contacto con Kevin Lik, un ciudadano ruso-alemán de 19 años, hallado culpable de alta traición por fotografiar lugares de emplazamiento de tropas rusas para enviar las imágenes a «representantes de un país extranjero».
Los abogados de Orlov, de 71 años, perdieron el rastro de su cliente en una prisión preventiva de la ciudad de Sizran, en la región de Samara, bañada por el Volga, según informó la organización Memorial, premio Nobel de la Paz en el 2022.
Las autoridades penitenciarias se negaron a informar a los abogados sobre el destino de Orlov, que fue condenado en febrero pasado por un artículo en el que se oponía a la campaña militar rusa en Ucrania. Memorial denuncia que Orlov, que cumple 2,5 años de condena por desprestigiar a las Fuerzas Armadas, no debería haber sido trasladado hasta que concluya el proceso de apelación.
También se desconoce el paradero de Ksenia Fadéyeva, antigua diputada municipal en la ciudad siberiana de Tomsk y colaboradora del fallecido líder opositor, Alexéi Navalni. Condenada a nueve años de cárcel por coordinar las actividades de una organización extremista, fue trasladada en su momento a una penitenciaría en la siberiana Novosibirsk.
Una situación similar ocurre en el caso de Lilia Chánisheva, que cumple nueve años y medio de prisión por extremismo tras ser durante años representante de Navalni en la región de Bashkiria. Su marido denunció su desaparición cuando intentó entregarle un paquete en la prisión de la región de Perm, en los Urales.
Mientras, la artista Sasha Skolichenko fue trasladada el domingo de la prisión de San Petersburgo, en la que cumplía siete años de cárcel, con destino desconocido, según sus amigos. Skolichenko, que fue encarcelada por cambiar las etiquetas de los precios en un supermercado de San Petersburgo con mensajes sobre los presuntos crímenes de guerra cometidos por Rusia en Ucrania, fue reconocida como presa política por Amnistía Internacional.
De acuerdo con medios independientes rusos, la desaparición de los presos políticos puede deberse a su traslado a otras prisiones, proceso que puede prolongarse durante semanas y excluye el contacto con el condenado, o su preparación para un canje.