Su interpretación del «Hymne à l'amour» de Edith Piaf, en la torre Eiffel, tras cuatro años sin poder cantar por sus graves problemas de salud, hizo vibrar al mundo entero por su increíble chorro de voz
27 jul 2024 . Actualizado a las 17:23 h.Impactante, maravillosa, increíble, emocionante, deslumbrante, portentosa... Son innumerables los adjetivos que causó la reaparición de Céline Dion para poner el broche final a la jornada de inauguración de los Juegos Olímpicos de París. Y lo fue todavía más porque hacía cuatro años que la artista canadiense no cantaba en público desde que le fue diagnosticada la enfermedad del síndrome de la persona rígida. Los espectadores sabían de su sufrimiento terrible porque la cantante lo acaba de contar en el documental de Prime Video Yo soy Céline Dion (I'm Am Céline Dion), donde se la ve en una camilla, sin poder moverse, con lágrimas en los ojos y sin poder hablar ni girar ninguna parte de su cuerpo. Esa rigidez de los músculos le había afectado de tal manera a la voz que su desesperanza era total. «¡Yo era buenísima!», llega a decir en un momento del documental. Pero Céline no se ha rendido, y en una lucha terrible consigo misma, al límite de sus fuerzas, no se ha dado por vencida y el viernes volvió a coger el micrófono en el primer piso de la torre Eiffel para cantar nada más y nada menos que el Hymne à l'amour de Edith Piaf.
Cuando los ojos del mundo estaban puestos aún en el deslumbrante pebetero, en el globo que se alzaba por el cielo de París, otro cielo salió de la boca de una figura plateada que emergió por sorpresa desde la torre: «Le ciel bleu sur nous peut s'effondrer / Et la Terre peut bien s'écrouler / Peu m'importe si tu m'aimes /Je me fous du monde entier». Y entonces se oyó en todo el planeta un «Oohhh» tan grande como la estrella que apareció, vestida totalmente de color plateado, de la estructura de hierro. «¡Es Céline!», «¡Es Céline Dion»!, se oyó en todas las casas que estaban pegadas a la televisión y que sabían que no era una interpretación más. Ahí estaba ella, impecable, dando una lección de entereza y superación a todo el mundo. Sobria, con un piano al lado, cantando en francés, su lengua materna, para cambiar la historia de un tema que ya nunca sonará igual. Porque si Edith Piaf lo ha hecho eterno, Céline Dion lo ha convertido en el himno de la emoción. Nadie, absolutamente nadie pudo contenerse ante su brillantísima actuación. Con una potente voz, equilibrada en cada nota, desbordante, Céline Dion nos dejó con la boca abierta. Estábamos con ella. Todos sabíamos lo que suponía para esta mujer, proveniente de una familia humilde y numerosa, volver a la vida. Sabíamos de su sufrimiento y todos quisimos acompañarla en ese sueño que en París se cumplió.
La cantante, de 56 años, tuvo que cancelar su gira mundial Courage World Tour hace solo un año por sus graves problemas de salud, que afectan a su sistema nervioso y le provocan espasmos. Fue en el 2021 cuando desveló que sufría el SPR, una enfermedad que afecta a muy pocas personas en el mundo y sobre la que hay escasa investigación, tal y como informa Efe. Céline explicó en su documental que el SPR no tiene cura, y le ha producido roturas en las costillas y, que, con el paso del tiempo, sus pies y manos se volverán rígidos hasta el punto de no poder moverlos. A consecuencia de ese síndrome neurológico, la ganadora de dos óscares y varios Grammy debe someterse a un trabajo intenso para lograr controlar sus músculos —incluido para poder realizar las tareas del día a día, como caminar— y las complicaciones afectan igualmente a sus cuerdas vocales. Su reaparición para la gran inauguración de París 2024 era un fuerte rumor desde hacía meses y la llegada de la propia cantante a la capital francesa esta semana había dado esperanzas sólidas de un retorno triunfal en el Sena. Por eso lo que sucedió el viernes por la noche en París ha tenido tanta repercusión y la actuación de Céline ha corrido como la pólvora por las redes sociales. Porque en el primer minuto que la gente la oyó cantar, el mundo se paró. El himno del amor de Céline Dion ha hecho historia.