Chipre conmemora medio siglo desde la invasión turca que dividió la isla
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Cada vez son más las voces de ambos bandos que se niegan a aceptar la división
19 jul 2024 . Actualizado a las 22:28 h.Entre las alambradas, los puestos de control y las zonas de amortiguación, símbolos de un conflicto que dura ya medio siglo, crecen las voces en las comunidades griegas y turcas de Chipre que se niegan a aceptar la división de la isla, resultado de la invasión turca de 1974.
«Comunicado urgente de guerra… comunicado urgente…», repetía el 20 de julio de 1974 la radio chipriota para informar a los oyentes sobre el ataque turco. Nadie en ese momento podía imaginarse que la convivencia pacífica entre las dos comunidades iba a romperse durante cinco décadas o más.
La ocupación del tercio norte de Chipre por los soldados turcos resultó en una separación geográfica total y marcó el inicio de vidas cotidianas completamente diferentes para las dos comunidades, al quedar eliminada toda forma de comunicación y contacto directo.
Activistas de Australia
«Es una división insana y nociva para todos en ambos lados», asegura a Efe Adal Yalçin, un turcochipriota de 56 años, emigrado a Australia y ahora un conocido activista a favor de la reunificación de Chipre.
Junto con su amigo Stavros Tziortzis, un grecochipriota también radicado en Australia, Yalçin recorrió hace unos años los 400 kilómetros, de punta a punta, de Chipre, para enviar un mensaje claro: turcos y griegos pueden y quieren vivir en paz y armonía.
«La historia de Chipre está llena de rencor y dolor, y esto debe cambiar», asegura Stavros junto con su amigo en la llamada «línea verde» que separa la parte griega de la parte turca de Chipre.
«El interés de todos es la reunificación. Nadie puede negarlo», asegura el activista grecochipriota, de 40 años.
Según una encuesta del año 2023, en torno al 43 % de los griegos de Chipre están a favor de una reunificación, basada en una federación, de las dos partes de la isla, frente al casi 62 % de los turcochipriotas.
Golpe de Estado griego
El ejército de Turquía invadió hace 50 años Chipre bajo el pretexto de restablecer el orden constitucional tras el golpe de Estado liderado por la junta militar de Grecia, que buscaba anexionarse la isla, derrocando al presidente arzobispo Makarios III.
Turquía, junto a Grecia y Gran Bretaña, es desde entonces país garante de la independencia de Chipre, declarada en 1960 del Reino Unido. «Tan pronto me di cuenta de lo que pasaba en 1974 pensé que el inicio del fin había comenzado», recuerda Veysi Soyer, un jubilado turcochipriota de 73 años.
«Ahora buscamos quién puede salvarnos de nuestro salvador», dice en referencia al pretexto que usó Ankara en 1974 para intervenir militarmente, alegando la protección de los turcochipriotas, que representaban entonces el 18 % de la población.
Fuerte control turco sobre el norte
Turquía mantiene hasta hoy un fuerte control económico y militar sobre la denominada «República Turca del Norte de Chipre», declarada en 1983 pero reconocida únicamente por Ankara.
«¡Nadie nos escucha! La reunificación está en el interés de todos. Hay más que ganar con una solución que manteniendo el statu quo», asegura Andreas Fterakides, un grecochipriota de 73 años.
Entre Andreas y Veysi hay una larga amistad, desde que ambos se conocieran en el 2003 tras el levantamiento parcial de las restricciones para cruzar entre ambas partes de Chipre, una época en la que se reavivó la esperanza de una posible reunificación.
Décadas estrictamente separados
Entonces, griegos y turcos de Chipre se pudieron reencontrar en persona por primera vez en casi 30 años. «Con Soyer, hablamos todos los días», cuenta Andreas, al insistir en que la división daña la vida, la libertad y sobre todo la prosperidad de los chipriotas. «Basta ya. Baris, baris» (paz en turco) repite el jubilado grecochipriota.
«Hay que luchar más por una cultura de paz donde vivimos un conflicto absurdo, negativo e inútil. Repudiamos cualquier tipo de nacionalismo», coincide Nicolas Karageorgis, un grecochipriota que destaca a los políticos de ambos lados que por interés propio siguen alimentando el nacionalismo.
«Nos tienen separados en sur y norte, pero tenemos el mismo cielo que nos une. Hay que seguir luchando para reunirnos en la misma patria. La nuestra», concluye Karageorgis junto a sus cuatro amigos, reunidos en el centro comunitario «Casa de la Cooperación», situado justo en la «línea verde», que sigue bajo control de la ONU.
Las principales claves para entender el conflicto
Chipre conmemora mañana, sábado, el 50 aniversario de la invasión turca mientras sigue incierta la posibilidad de la reunificación de la isla pese los numerosos esfuerzos de la ONU.
Estas son las claves para entender este conflicto que ya dura medio siglo en el Mediterráneo Oriental.
Los antecedentes
Debido a su gran importancia geoestratégica, Chipre fue durante siglos la «manzana de la discordia» entre las grandes potencias y durante tres siglos (1571-1878) estuvo bajo dominio otomano, antes de pasar a ser colonia británica.
La isla proclamó en 1960 su independencia como estado unitario bicomunal, con el Reino Unido, Grecia y Turquía como garantes.
Sin embargo, el nacionalismo y las enemistades entre ambas comunidades (griega y turca), alimentados por interferencias de terceros, condujo en 1963 a los primeros enfrentamientos, que en 1964 derivaron en el establecimiento permanente de las fuerzas de paz de la ONU (UNFICYP), presentes en la isla hasta hoy.
La división
En 1968 comienzan las primeras negociaciones de paz entre las dos comunidades, que fracasan de forma definitiva con la ocupación del norte de la isla en 1974 por Turquía tras el golpe de Estado contra el entonces presidente chipriota, el arzobispo Makarios III.
La invasión militar no solo causó pérdidas humanas y materiales, sino que trastocó por completo la vida en la isla y originó una crisis de repercusiones internacionales.
Según datos oficiales, la invasión turca dejó a unos 5.000 muertos y a unas 955 personas que aún están desaparecidas, mientras obligó a unos 162.000 grecochipriotas y a unos 40.000 turcochipriotas a huir de sus hogares de forma permanente.
Un año tras la ocupación turca del norte de Chipre se reanudaron las negociaciones, que tras cinco décadas siguen estancadas. Solo en el 2004, cuando Chipre se adhirió a la Unión Europea (UE), se estuvo cerca de una solución, con la firma de un plan de reunificación impulsado por el entonces secretario general de la ONU, Kofi Annan.
Sin embargo, el plan fue rechazado por los grecochipriotas, mientras que los turcochipriotas respaldaron la iniciativa de Annan.
En 2017 las dos comunidades estuvieron nuevamente a punto alcanzar un acuerdo, con una importante convergencia en la mayoría de los capítulos, hasta el punto que sus líderes se reunieron en la localidad suiza de Crans-Montana dispuestos a ultimar los detalles, aunque al final tampoco se alcanzó el entendimiento.
Las negociaciones en Suiza fueron el último intento significativo de reunificación, patrocinadas por la ONU y con la presencia de las dos comunidades chipriotas, Grecia, Turquía y el Reino Unido como países garantes, además de la UE como observador.
Lo negociado hasta ahora
Desde el 2008 las negociaciones se organizaron en torno a seis capítulos (gobernabilidad y reparto de poder, economía, cuestiones vinculadas a la UE, propiedad, territorio y seguridad y garantías en un Chipre federal) con el objetivo de establecer una federación bizonal y bicomunal con igualdad política, una única soberanía, única personalidad legal internacional y única ciudadanía.
Pese a que durante décadas no se ha conseguido sellar un acuerdo, hubo avances puntuales en algunos ámbitos fundamentales. Desde 2003 se abrieron siete pasos que permiten el tránsito de personas entre el norte y el sur de la isla, y por primera vez en décadas greco y turcochipriotas pudieron reencontrarse.
Las posiciones oficiales actuales
Desde los años 1960, Turquía y la cúpula turcochipriota apoyan en mayor o menor medida la partición de la isla, a diferencia de un alto porcentaje de la población turcochipriota que defiende la federación. La parte grecochipriota, al menos públicamente, insiste en que la solución tiene que basarse en el modelo federal.
El actual presidente de Chipre, Nikos Jristodulidis, manifiesta desde su elección en 2023 su determinación de reabrir las negociaciones sobre la base de una federación bizonal y bicomunal para cerrar el conflicto, aunque reconoce la dificultad de esa tarea.
Mientras, el presidente de la autoproclamada República Turca del Norte de Chipre (RTNC), Ersin Tatar, elegido en 2020, apuesta por una confederación o dos Estados separados, lo que obstaculiza la reapertura de las negociaciones.