La caída de Jonathan Montoya: detenido tras aparecer en la lista de los más buscados por matar a un capo en un hospital de Madrid
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El sicario colombiano llevaba en busca y captura desde el 2023 tras no regresar a prisión durante un permiso penitenciario. Montoya fue condenado a 24 años de cárcel por acribillar a un capo de la droga en el 2009 mientras estaba ingresado en un centro sanitario
17 jul 2024 . Actualizado a las 19:09 h.Una semana después de que la Policía Nacional hiciese pública la lista de los más buscados, el primero de los fugitivos ha sido detenido. Se trata de Jonathan Montoya Rendón, condenado a 24 años de prisión por participar en el asesinato en el 2009 del capo colombiano Leónidas Vargas mientras este estaba ingresado en un hospital de Madrid.
Fuentes próximas a la investigación han señalado a Efe que, precisamente gracias a la difusión de esa lista —que tiene más de cuatro millones de visualizaciones—, Montoya fue reconocido por su jefe y por su casero, aunque ninguno de los dos alertó a la Policía porque su relación con ellos era en «dinero b». Sin embargo, la presión mediática y sentirse reconocido provocó que Montoya Rendón se entregase este lunes en el complejo policial de Canillas, donde fue arrestado.
La investigación para su localización, en el marco de la operación Pólvora -—enfocada en fugitivos relacionados con tenencia de armas o explosivos y asesinatos cometidos con ellas—, comenzó en el 2023 después de que no se volviese al centro penitenciario tras un permiso.
El asesinato de un capo
Montoya Rendón, de 39 años, está considerado uno de los más peligrosos sicarios colombianos. Fue condenado a 24 años de prisión por delitos de asesinato y tenencia ilícita de armas, después de que participara con otros dos hombres en el asesinato de Leónidas Vargas, alias El Viejo, de 60 años, entonces responsable del cartel de Caquetá y socio de otro conocido capo colombiano.
Montoya, junto a otros dos hombres, entró en enero del 2009 en el hospital 12 de Octubre de Madrid, donde se encontraba hospitalizada su víctima por causa de una afección pulmonar. Una vez en el centro sanitario, le dispararon a quemarropa hasta en cuatro ocasiones con una pistola con silenciador para no ser descubiertos. El propio Vargas, aunque estaba hospitalizado, se encontraba en arresto domiciliario desde el 2006 en relación a un alijo de 500 kilos de cocaína y a la espera de que se fijase su juicio por este delito de narcotráfico.
Aunque el plan de Montoya parecía perfecto, la policía acabó dando con él en octubre del 2009 y fue condenado a 24 años de cárcel. Montoya ingresó en una prisión madrileña, pero en el 2023 se fugó aprovechando un permiso penitenciario.
Dos gallegos
La Policía Nacional mantiene activa la búsqueda de otros nueve fugitivos considerados peligrosos y recuerda que la colaboración ciudadana para su localización puede hacerse de manera totalmente confidencial a través del correo electrónico losmasbuscados@policia.es.
En esa relación de criminales se encuentran dos gallegos. Uno de ellos es Segundo Cousido Vieites, condenado en sentencia firme a una pena de 32 años de prisión por abusar de menores de edad utilizando su condición de profesor de religión y sacerdote en el colegio Salesianos de Vigo. Lleva fugado desde marzo del 2023 cuando no se presentó para ingresar de forma voluntaria en la cárcel de A Lama.
El segundo gallego que aparece en la lista es Baltasar Vilar Durán, Saro, quien está condenado a 45 años de cárcel por delitos de tráfico de drogas es otro de los buscados por las autoridades. Su especialidad consiste en la conducción de planeadoras y se le vincula con el narcotráfico colombiano.
Saro, de 68 años, apenas cumplió una parte de los 45 años de cárcel que suman sus condenas por narcotráfico. A finales del 2013, al poco de conocer la última, desapareció. Se lo tragó la tierra para reaparecer en Marruecos. La información policial lo reubicaba en el 2019, entregado nuevamente a su gran especialidad: conducir planeadoras cargadas de droga. La diferencia en aquel momento era que no transportaría coca, como en el pasado a las Rías Baixas, y sí hachís, pero desde el Estrecho de Gibraltar.