El ataque causó al menos 38 muertos, entre ellos cuatro niños. El Kremlin niega su autoría pese a las acusaciones de la ONU
09 jul 2024 . Actualizado a las 20:12 h.Ucrania aúna esfuerzos para reconstruir el mayor hospital infantil del país, en el distrito de Shevchenko, en Kiev, destruido parcialmente el lunes. La ONU remarcó este martes que hay «una alta probabilidad» de que el centro hospitalario fuera atacado por un misil ruso en lo que, aseguran, fue «un impacto directo». El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, negó que el Ejército ruso haya realizado ningún ataque a infraestructuras civiles. «Los ataques se efectúan contra instalaciones de infraestructura crítica, contra objetivos relacionados de una forma u otra con el potencial militar del régimen [de Kiev]», alertó. El embajador de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenzia, defendió ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que el bombardeo fue provocado por un misil de las Fuerzas Armadas ucranianas. Para refrendar la culpabilidad de Rusia, el Servicio de Seguridad ucraniano optó por mostrar fotografías de los restos de un misil estratégico crucero Kh-101 ruso.
El ataque que arrasó parcialmente con el hospital de Kiev acabó también con la vida de al menos 38 personas, además de dejar más de cien personas heridas. Es el balance de un ataque a mayor escala en el centro y este de Ucrania, que conllevó la muerte de 43 ciudadanos. El centro hospitalario atendía a unos 600 pacientes. Algunas de sus áreas, como la de toxicología, han quedado totalmente destruidas.
«Entre los muertos hay cuatro niños», informó en Telegram el jefe de la Administración Militar de la capital, Serguí Popko. Según la Fiscalía ucraniana, 559 menores han fallecido desde el inicio de la invasión rusa en febrero del 2022. La Organización Mundial de la Salud (OMS), además, registró 1.884 ataques rusos a instalaciones sanitarias, en los que perdieron la vida 150 ciudadanos.
Las autoridades aunaron esfuerzos para reconstruir el hospital infantil. El Gobierno destinará para ello 2,27 millones de euros. Según medios ucranianos, las donaciones para reconstruir el complejo hospitalario ascienden a 67 millones de euros.
La OTAN ultima más apoyo a Ucrania en su cumbre de Washington. El secretario de Estado de EE.UU, Anthony Blinken, calificó de «despreciable» el ataque ruso. El titular de Exteriores ucraniano, Dmitró Kuleba, aprovechó para pedirle ayuda a los estadounidenses para reconstruir un hospital que el propio Blinken visitó hace dos años. La ministra del Interior alemana, Nancy Faeser, calificó este martes el ataque al hospital como «un terrible crimen de guerra». Y todo, mientras la guerra sigue su curso. Los servicios de Seguridad de Ucrania reportaron una nueva ofensiva con drones sobre las regiones de Astracán, Rostov y Volgogrado, todas ellas próximas a la frontera oeste. La ofensiva iba dirigida contra infraestructuras energéticas y militares. El Ministerio de Defensa ruso confirmó el ataque e informó de que sus sistemas antiaéreos repelieron a 40 drones. En esta ofensiva murieron cuatro personas en la ciudad de Bélgorod. A 350 kilómetros al sur está la localidad de Yasnobrodivka, en la región ucraniana de Donetsk, desde este martes bajo control del Ejército ruso.
Modi le dice a Putin que «el corazón sangra» si mueren niños
«Cuando matan a niños inocentes, el corazón sangra y ese dolor es muy aterrador», le dijo este martes el primer ministro indio, Narendra Modi, al presidente de Rusia, Vladimir Putin. El mandatario del país asiático realizó su primera visita a Moscú desde el inicio de la invasión a Ucrania. Fue incluso condecorado con la orden de San Andrés, la máxima distinción Rusa, por promover «las relaciones de amistad entre el pueblo ruso e indio». Era un decreto que ya dejó firmado Putin en el 2019, como muestra de la buena relación entre ambos Estados. Ayer, un lustro después, Modi le pidió al presidente de Rusia que acabe con la guerra: «No se puede lograr una solución en el campo de batalla». Putin, en una ceremonia retransmitida por la televisión pública rusa, felicitó al líder indio por su triunfo en las elecciones. E incluso fue más allá en sus elogios, al asegurar que la India era ahora «el tercer país del mundo en términos económicos».
Modi nunca ha condenado la invasión, pero le dijo en el 2022 a Putin que «la era actual no es una era de guerra».