El peronismo resiste medio siglo después de la muerte de Perón
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En la actualidad vive una crisis interna en medio de las disputas por su liderazgo
01 jul 2024 . Actualizado a las 18:34 h.El 1 de julio de 1974 murió Juan Domingo Perón, pero lejos estuvo de morir el peronismo. El movimiento no solo sobrevivió a sus 18 años de exilio, sino también a su muerte. A través de su figura se puede contar gran parte de la historia de Argentina, como actor central de los últimos 70 años de la historia de este país ya sea por estar en el poder o en la oposición.
El 17 de octubre de 1945, el Día de la Lealtad Peronista, el coronel Juan Domingo Perón, que había sido encarcelado por el mismo gobierno militar del que formaba parte, fue liberado gracias a una gran movilización. Desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, Perón había liderado un movimiento político que incluía una gran promoción de derechos de los trabajadores, lo que le granjeó la simpatía de una buena parte del movimiento obrero, el mismo que recorrió a pie los cientos de kilómetros que lo separaban de plaza de Mayo para reclamar su libertad. Cuatro meses después ganó las elecciones como presidente.
La figura de su esposa, Eva Duarte, eclipsó a la del mismo Perón. Evita, conocida como la abanderada de los humildes, despertó tanto odio como devoción. Mientras unos celebraron la enfermedad que acabó con su vida con pintadas que rezaban «Viva el cáncer», su sepelio en 1952 convocó a dos millones de personas y duró dos semanas.
El peronismo siguió cosechando tanta devoción como odio, y polarizó a la sociedad argentina. El 16 de septiembre de 1955, un golpe de Estado terminó con el Gobierno de Perón, este marchó al exilio en Madrid y el peronismo estuvo proscrito durante 18 años. A partir de entonces, se configuró la resistencia peronista, un movimiento que bregó por la vuelta al país de su líder. El expresidente dirigió a la resistencia desde el exilio, pero con el correr de los años unos y otros fueron cambiando posiciones.
En Argentina, se fue forjando un peronismo de izquierda que se consolidó, y Perón fue asentando sus vínculos con la derecha, sin ir más lejos, con su secretario privado, José López Rega, o su misma esposa, María Estela Martínez o Isabelita, quien a sus 93 años aún hoy reside en España.
En 1973, Perón volvió a Argentina y unos dos millones de personas lo esperaron en el aeropuerto de Ezeiza. Allí se produjeron serios incidentes producto de enfrentamientos armados, fundamentalmente, por disparos provenientes desde el palco donde estaba apostada la derecha peronista, que dejaron como saldo 13 muertos y 365 heridos. Para muchos, lo ocurrido en Ezeiza terminó de quebrar el sistema político argentino y rompió el delicado equilibrio entre las fuerzas internas del peronismo.
El 12 de octubre de ese año, Perón asumió por tercera vez la presidencia y el 1 de mayo de 1974, en un acto en conmemoración del día del trabajo, echó a la izquierda de la plaza e hizo evidente su distanciamiento de ese sector.
Falleció el 1 de julio de 1974, pero el peronismo siguió escribiendo su historia bajo innumerables fachadas. Entre sus líderes históricos destacan personajes tan diferentes como el expresidente Carlos Saúl Menem —abanderado de políticas ultra liberales en los años 90—, y Néstor y Cristina Fernández de Kirchner, con gobiernos de características más progresistas.
Una grave crisis interna
En la actualidad, el peronismo atraviesa una grave crisis interna con consecuencias impredecibles. Si bien el peronismo continúa siendo una voz fuerte en el tablero de la política argentina, las disputas de liderazgo entre el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y el referente de agrupación política La Cámpora, Máximo Kirchner, no le permiten construir una identidad sólida, ni diferenciarse de sus predecesores.