Mark Rutte: un político hecho a prueba de balas y su ascenso imparable

La Voz REDACCIÓN

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Mark Rutte, en una imagen de archivo.
Mark Rutte, en una imagen de archivo. Johanna Geron | REUTERS

El neerlandés consiguió el apoyo de sus mayores detractores hasta convertirse en el nuevo líder de la OTAN

26 jun 2024 . Actualizado a las 19:37 h.

Cercano, campechano, modesto... pero resistente. Así es Mark Rutte. Resistente a cualquier escándalo, negociador hábil y camaleón capaz de navegar en aguas turbulentas, como dejó claro estos meses al conseguir ganarse el apoyo de todos sus mayores detractores y convertirse en secretario general de la OTAN.

Aunque es el cuarto neerlandés en ocupar el cargo —después de Dirk Stikker, Joseph Luns y Jaap de Hoop Scheffer—, no las tuvo siempre todas consigo. Sobre todo por la resistencia del primer ministro de Hungría, el prorruso Viktor Orbán, con quien ha chocado en numerosas ocasiones por las políticas húngaras hacia la homosexualidad y las reformas judiciales.

Orbán llegó a decir que «el tipo neerlandés» lo «odia» y Rutte prometió «poner de rodillas» a Hungría por su legislación homófoba. Sin embargo, si algo ha demostrado Rutte en sus casi 14 años como primer ministro de los Países Bajos es su capacidad para llegar a acuerdos ingeniosos con sus rivales, sin importar la ideología o las enemistades. Solucionó las tensiones con Orbán con una carta en la que aseguró «tomar nota» de que sus declaraciones «han causado descontento» en Hungría y, sin disculparse ni retractarse, permitió a Orbán anotarse una victoria ante su público nacional.

A Rutte se le ha conocido con diferentes apodos. Uno de ellos es Mark Teflón, una metáfora en referencia al revestimiento que evita que la comida se pegue a una sartén, para describir su capacidad de salir ileso de los problemas. También es El Halcón que llamaba a la austeridad europea, lo que tensó la cuerda con países del sur comunitario, aunque eso parece haber quedado atrás.

A sus 43 años fue el primer jefe de Gobierno liberal en casi un siglo. Gobernó con la derecha radical de Geert Wilders (2010-2012), la izquierda socialdemócrata (2012-2017), y en dos coaliciones sucesivas de cuatro partidos —progresistas, democristianos y conservadores— entre el 2017 y el 2022. Ahora gobierna en funciones hasta la toma de posesión del nuevo gabinete de Wilders, previsiblemente el 2 de julio.

Renuncia sorpresa

Nacido en la ciudad neerlandesa de La Haya el 14 de febrero de 1967, Rutte estudió Historia en la Universidad de Leiden y, tras pasar por el sector privado, ingresó en la política en los noventa como miembro del Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD).

Su carrera ha sido de ascensos continuos: fue secretario de Estado de Asuntos Sociales y Empleo, y de Educación, Cultura y Ciencia, y en el 2006 líder del VVD. Pegó el salto a primer ministro en el 2010, hasta el pasado 7 de julio, cuando presentó su dimisión por desacuerdos sobre la política migratoria y, unos días después, anunció que dejaba la política.

Esa renuncia pilló por sorpresa a los neerlandeses, acostumbrados al enfoque pragmático de un político que no tira fácilmente la toalla. ¿A qué se iba a dedicar? «Quizás a dar clases», dijo entonces. Pero pocos se creyeron que no tenía otro plan. «Él ya sabía desde ese día que era favorito para la OTAN. Esa es una de las razones por las que forzó una crisis en su propio Gobierno», asegura el comentarista político neerlandés Ron Fresen, que analizó a Rutte y a su entorno, y publicó un libro en mayo.