Un exconsejero de la Generalitat y un mosso, primeros perdonados por la ley de amnistía
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El exconsejero de Interior fue condenado por malversación y prevaricación a cuatro años y medio de cárcel y 20 de inhabilitación
01 jul 2024 . Actualizado a las 15:35 h.El ex consejero de Interior de la Generalitat Miquel Buch y el ex escolta de Carles Puigdemont en Bélgica Lluís Escolà son los primeros beneficiarios de la ley de amnistía. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha aplicado por primera vez la norma que perdona los delitos relacionados con el proceso independentista catalán. Buch fue condenado por malversación y prevaricación a cuatro años y medio de cárcel y 20 de inhabilitación por reclutar como asesor de su departamento al ex sargento de los Mossos d'Esquadra para que siguiera prestando protección al expresidente de la Generalitat tras su huida de España. Sobre Escolà pesaba una inhabilitación de 10 años por malversación, además de cuatro años de cárcel, y una pena de nueve años de inhabilitación como cooperador necesario del delito de prevaricación.
La sala de apelaciones del TSJC se reunió el martes para deliberar sobre si aplicar o no la ley de amnistía a varias causas vinculadas al procés, entre ellas las de Buch y Escolà. El alto tribunal catalán declara la extinción de la responsabilidad penal de ambos «al quedar amnistiados los actos en virtud de los cuales fue declarada su responsabilidad criminal», según afirma la sentencia, así como la responsabilidad civil derivada de sus actos, que quedan anuladas. También perdona a José Manuel Verdejo, condenado por lesiones tras los disturbios en una protesta; a otros tres manifestantes por lesionar a un mosso en Barcelona en octubre del 2020, y a otros tres condenados por atentado contra la autoridad. Además, amnistía a otra persona por atentado contra la autoridad por lanzar un cohete pirotécnico al helicóptero de los Mossos. Con este, ya son 10 las personas amnistiadas.
Cuenta atrás para la investidura
Sin candidato a la presidencia de la Generalitat por falta de los apoyos necesarios, el Parlamento de Cataluña celebra hoy un pleno de investidura sin investidura, en el que el presidente, Josep Rull, comunicará a los grupos la «imposibilidad» de proponer a nadie, un hecho inédito en la historia del Ejecutivo catalán. Este acto equivalente a una investidura fallida servirá para poner en marcha el reloj electoral. Los posibles candidatos, el socialista Salvador Illa y el neoconvergente Carles Puigdemont, dispondrán de dos meses para intentarlo de nuevo. En caso de que ninguno lo consiga, la Cámara se disolverá automáticamente y el presidente de la Generalitat en funciones convocará elecciones en los 47 días siguientes, plazo que vence el 13 de octubre. Para facilitar las cosas, la mesa del Parlamento acordó este martes habilitar la posibilidad de convocar un pleno específico en la primera quincena de agosto, período en el que habitualmente no hay actividad parlamentaria.
Mientras tanto, las negociaciones continúan. El secretario general de Junts, Jordi Turull, emplazó ayer al primer secretario del PSC, Salvador Illa, a «decidir si colapsa» la investidura y lleva a Cataluña a una repetición electoral en el caso de que los de Puigdemont logren un acuerdo con ERC. Algo que, por ahora, no tienen. «Confiamos en poder tener una mayoría más grande que la que puede ofrecer Salvador Illa», señaló en Catalunya Ràdio.