El camionero que encontró a la menor víctima de una violación en Igualada: «Estaba temblando, ensangrentada y repetía "no, no, no"»
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La joven, de 16 años, fue auxiliada por un transportista la madrugada del 1 de noviembre del 2021 cuando le quedaba un hilo de vida. Había sido víctima de una agresión sexual y de una paliza que la tuvo un año en el hospital. El presunto autor, de 24 años, se enfrenta a una petición de 45 años de cárcel
08 jul 2024 . Actualizado a las 14:14 h.Ha sido uno de los casos de agresión sexual que ha suscitado más conmoción en los últimos años y tres años después ha llegado a juicio. El 1 de noviembre del 2021 una joven de 16 años, que había salido con sus amigas de fiesta para celebrar la noche de Halloween en un polígono de Igualada, en Barcelona, era hallada por un camionero desnuda e inconsciente en un descampado.
El transportista llegó a pensar que estaba muerta, pero en realidad le quedaba un hilo de vida. Había sido víctima de una brutal agresión sexual y había sido golpeada con una barra de hierro en la cabeza. La menor fue ingresada por una fractura craneoencefálica y desgarros en el ano y en la vagina, que la tuvieron dos meses en la UCI.
Este lunes, el relato de los hechos que tenía lugar en la Audiencia de Barcelona ha sido impactante. El camionero que la encontró en el callejón del polígono industrial, ensangrentada y «temblando» aseguraba que la víctima repetía «no, no, no», incluso cuando le avisaron de que una ambulancia iba en camino.
El tribunal juzga estos días a su supuesto violador, Brian Raimundo C., para quien la Fiscalía pide 45 años de prisión por los delitos asesinato en grado de tentativa y agresión sexual.
En la primera jornada de juicio, el tribunal ha escuchado a puerta cerrada el relato de la víctima, una grabación de su declaración durante la instrucción del caso que se ha reproducido como prueba preconstituida para evitar que reviva recuerdos traumáticos, así como a cuatro testigos, entre ellos dos camioneros que la auxiliaron cuando la encontraron en un callejón solitario de hormigón, sin nombre siquiera, en un polígono industrial de Igualada.
El camionero que localizó a la menor ha relatado que, con las primeras luces del amanecer, distinguió su cuerpo en ese callejón trasero de unas naves industriales, ensangrentada, semidesnuda y «temblando» de frío, por lo que lo primero que hizo fue sacarse la chaqueta y echársela encima. Según el testigo, la joven estaba consciente pero era incapaz de mantener una conversación: «le dije ahora viene la ambulancia y ella repetía no, no, no», ha explicado.
Ha coincidido con su relato el otro camionero que auxilió a la joven, quien la recuerda «en un charco de sangre, temblando», por lo que fue a buscar a su vehículo una camisa y una chaqueta con la que cubrirla.
También ha declarado en la primera sesión de la vista la amiga con la que la menor fue a la fiesta de Halloween en la discoteca Epic de Igualada, quien ha explicado que tuvieron una discusión dentro del local porque la menor se había separado de ella para «irse con un chico». «Le dije de quedar en la salida pero ya no la volví a ver», ha contado la testigo. De camino a la estación, entre las 6 y las 7 de la mañana, la llamó por teléfono, pero ella ya no descolgó.
La testigo volvió a ver a su amiga ya cuando estaba ingresada en el hospital, recuperándose de las graves heridas y sin recordar apenas nada lo que sucedido: «Me pidió que se lo refrescara, no sabía muy bien por qué estaba allí».
Otro de los testigos del día ha sido el de la última persona que vio a la víctima antes de la brutal violación, un chico con el que se había ido de la discoteca en busca de intimidad y que ha explicado que la menor le dijo que iba a volver a casa con sus amigas.
En las cuestiones previas del juicio, el tribunal, presidido por la magistrada Montserrat Comas, ha aceptado la petición de la defensa para que Brian Raimundo C., de 24 años, declare al final de la vista oral -una vez lo hagan los testigos y se expongan las pruebas periciales-, invocando las sentencias del Tribunal Supremo que así lo permiten.
En paralelo, la sala ha extremado aún más las medidas de protección para la víctima y su familia, al prohibir a los medios de comunicación que den a conocer los nombres y apellidos no solo de la menor, sino también de su entorno, y que difundan imágenes suyas mientras dure el juicio.
En su escrito de acusación, la Fiscalía mantiene que el procesado, en prisión provisional desde su detención en abril de 2022, siguió a la joven por las calles de Igualada cuando se dirigía a pie a la estación y la atacó «de forma sorpresiva», tras lo que se la llevó a una zona «solitaria y huérfana de testigos, poco iluminada y sin cámaras», para agredirla sexualmente.
A lo largo de 20 minutos, añade el ministerio público, el procesado golpeó a la chica en varias partes del cuerpo, mientras la sujetaba con fuerza, y la penetró «de manera brutal», incluso con objetos, demostrando así su «absoluto desprecio a su condición de mujer».
Tras la violación, propinó a la víctima un «fuerte golpe en la cabeza con un objeto contundente», la dejó abandonada en el suelo y huyó del lugar.
La víctima, que fue ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y estuvo casi un año hospitalizada a consecuencia de la agresión, sufrió un traumatismo craneoencefálico y una ruptura craneal, además de otras lesiones por todo el cuerpo.