Pável Elizárov, político ruso en Portugal: «A Putin le beneficia el auge de movimientos ultras que distraigan a sus países de la guerra»

Brais Suárez
Brais Suárez OPORTO / E. LA VOZ

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Brais Suárez

El disidente tuvo que exiliarse tras participar en las protestas de la plaza Bolótnaya de Moscú en el 2012, la primera gran movilización opositora en Moscú

17 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Viernes por la noche en un sótano de Oporto. Todos los taburetes ocupados, no cabe nadie más de pie ni en las escaleras. Algunos se quedan en la entrada. Hay un aire de clandestinidad. Al micrófono está el miembro del partido Iniciativa Liberal (IL) Pável Elizárov impartiendo una de las conferencias para los centenas de rusohablantes que han llegado al país en los últimos años. «No esperábamos tanta gente», dice al día siguiente, en un café. «Están muy preparados y vienen con energía. Son un recurso muy importante que ha perdido Rusia y que debemos aprovechar, pero falta integración; no saben ni qué derechos tienen», lamenta.

Dinamizar la política migratoria e implementar programas de visados humanitarios son algunas de las motivaciones de Elizárov para su labor política en Portugal. Pero hay que rebobinar para entender exactamente quién es y qué hace este joven ruso aquí. En concreto, hasta las protestas de la plaza Bolótnaya de Moscú, en el 2012, la primera gran movilización contra Putin. Y la primera gran represión. «Estaba en la lista de investigados y me exilié a Kiev», que, bajo el mando de Yanúkovich, tampoco era un asilo seguro. «Entonces la UE promovió apoyar a los perseguidos por el caso Bolótnaya e intenté obtener una visa de refugiado en Europa», explica. Contaba con el aval de sus colegas Alexéi Navalni y Boris Nemtsov, y Portugal daba las mayores facilidades.

El exilio no lo detuvo para luchar contra el régimen ruso y «por mis ideas liberales». Continuó reuniéndose con disidentes como Ilya Yashin, Vladimir Kara-Murza (ambos en prisión) o Boris Nemtsov a través de Skype, «una rareza por entonces». Tras agravarse la situación con la anexión de Crimea en el 2014 y el asesinato de Nemtsov en el 2015, el Europarlamento celebró una sesión especial sobre la oposición rusa. Allí estaba el portugués Alexandre Krauss, ya con la idea de fundar un partido liberal, que cristalizaría en el 2017 en Iniciativa Liberal. «Era muy interesante para seguir integrándome y dar voz a mis ideas; primero, como experto en Rusia, pero cada vez con más peso», dice.

Para Elizárov la guerra en Ucrania «es el intento de Putin para destruir las ideas que fundamentan la Europa contemporánea». Y se fija en Rusia para explicar la crisis de la democracia en Europa. «Aunque Chega! (partido político portugués de extrema derecha) no apoye a Putin, este se beneficia de estos movimientos, como Vox o AfD (Alemania), que generan disrupción. El sistema político pierde consistencia y los países se concentran en estos problemas internos y olvidan de la amenaza rusa. Eso divide a Occidente y da éxitos a Putin en la guerra. A Putin le beneficia el auge de los movimientos ultras que distraigan a sus países de la guerra».

Las críticas también van en el otro sentido: «Las sanciones no se evaluaron bien: muchos las rehuyeron y afectaron a otros injustamente. Con voluntad política, esto se puede arreglar poco a poco». En ese sentido, cree que se debe favorecer la creación de una diáspora rusa, que ayudaría a normalizar las relaciones. Es optimista y desmiente puntos básicos de la propaganda rusa: «Ni hay rusofobia en Europa ni una mayoría de rusos apoya a Putin, sino que vive pasivamente». En la calle, esta primavera es más propia de Moscú que de Oporto. Elizárov se marcha con optimismo, tras unas europeas en que Iniciativa Liberal dio la campanada.