Guilarte niega que su plan de reforma del CGPJ coincida con el del Gobierno
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Pide no ser utilizado y reitera que dimitirá si no se renueva el Poder Judicial
15 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Paciencia viene del latín patientia, significa cualidad del que sufre y a Vicente Guilarte se le está acabando. El presidente interino del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) negó ayer que su propuesta para reformar este órgano, caducado desde hace cinco años y medio, coincida con la de Pedro Sánchez de retirarle la potestad de nombrar magistrados; pidió que no se le utilice políticamente; calificó de difícil que PSOE y PP lleguen a un acuerdo; y reiteró su intención de dimitir si no se renueva el Poder Judicial.
«Que a mí no se me utilice. Me parece que la reinterpretación que se hace de mis ideas es absurda y absolutamente falsa», lamentó este viernes en una entrevista en Onda Cero, en la que aseguró que su plan de remodelación del CGPJ se basa en un sorteo para que los vocales tengan un mayor nivel de independencia y no puedan decir que los nombró un partido. Por ello, tachó de «dramático» que el ultimátum de Sánchez a Feijoo, si no llegan a un pacto en 15 días, sea quitarle la competencia de nombramientos al Consejo, pues según la Constitución le corresponde, dijo. «Yo no doy pie a eso, se lo están inventando, no me utilicen; no puede haber ninguna injerencia gubernamental o del poder ejecutivo en las designaciones», defendió.
Guilarte, que acaba de enviar al Congreso, el Senado y los equipos negociadores una actualización de la propuesta que les remitió a título personal el pasado 23 de abril, se quejó de que esta haya sido interpretada «aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid» y para ser usada con los fines propios de otros. De hecho, ironizó con que, tras leer todas las interpretaciones de su plan, se tuvo que «mirar en el espejo» porque tenía «dudas sobre su identidad».
El jefe del Poder Judicial no es optimista sobre las posibilidades de que socialistas y populares lleguen a un acuerdo para renovar el Consejo antes de que acabe junio. «Ojalá, yo lo veo difícil porque lo que se aprecia es que puede no haber voluntad negociadora. Ese es el problema», diagnosticó y se mostró desalentado por ser criticado desde «izquierda, derecha y centro» pese a haber intentado mantener una posición neutral.
«Nos odian, con razón quizá, a mí especialmente»
Los reproches a Guilarte llegaron también desde el CGPJ porque, en su opinión, allí hay quien lo que pretende es que no se haga ninguna propuesta. «Hay un Consejo muy, muy, muy quemado. Nos odian, con razón quizá, a mí especialmente», confesó y aunque está dispuesto a seguir diciendo lo que piensa, lo hace «cada vez con más desilusión» porque opinar es una actividad de riesgo, indicó.
Convencido de que el anuncio del presidente del Gobierno se debe a que le preocupa esta situación de degradación institucional muy grave y de que no tiene «segundas intencionalidades», cree que se ha abierto «una pequeña puerta a una cierta esperanza» y por eso pretende seguir intentando «ofrecer algo» a pesar de que le riñan todos. No obstante, advirtió de que dimitirá cuando ya no «pinte nada y genere más conflictos de los pueda arreglar [...]. Ya veremos cuándo, pero pronto».
El plan Guilarte fue valorado por el ministro de Transportes, el socialista Óscar Puente, que señaló que es «una propuesta de desbloqueo y tiene elementos comunes» con la del Ejecutivo. Ahora que la reunión entre los dos principales partidos, con la mediación de la comisaria europea de Justicia, Vera Jourova, se ha postergado hasta que presenten sus propuestas, Puente avisó de que, si llega a ser necesario, habrá una propuesta respetuosa con la Constitución que desbloquee esta «absoluta anomalía democrática».