Borgo Egnazia, el hotel de los famosos convertido en un fortín para acoger el G7 italiano
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La vieja masía reconvertida en un resort de lujo es frecuentado por artistas como Madonna, David Beckham, Justin Timberlake o Dolce y Gabbana
13 jun 2024 . Actualizado a las 11:29 h.Un resort de lujo en la costa del sur de Italia, frecuentado por famosos y multimillonarios como Madonna o David Beckham, acoge desde este jueves a los jefes de Estado de Gobierno del G7 en una cumbre blindada con un severo protocolo de seguridad por tierra, mar y aire.
Borgo Egnazia es una vieja masía reconvertida en uno de los hoteles más prestigiosos y lujosos del país, que mantiene el encanto tradicional de los pueblos de la región de Apulia, entre olivos centenarios y acantilados rocosos frente al Adriático.
Este es el escenario de la reunión de tres días de los líderes de las siete democracias más ricas del mundo (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) elegido por la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, que ha querido poner el pobre sur italiano en el centro de la geopolítica mundial.
El papa Francisco y los presidentes de Brasil, Lula da Silva; Argentina, Javier Milei, y Ucrania, Volodímir Zelenski, también participarán en la cumbre, invitados por Meloni, que suele pasar en Borgo Egnazia parte de sus vacaciones.
Madonna y Beckham
El complejo hotelero de 16 hectáreas esta situado en el municipio de Savelletri di Fasano, cerca de las ciudades de Bari y Brindisi, y recupera la peculiar arquitectura tradicional de los trullos, antiguas construcciones rurales de forma cónica y color blanco, con las que ha logrado atraer a celebridades y estrellas de todo el mundo.
Madonna en varias ocasiones, Beckham y su esposa exspice girl Victoria, pero también Justin Timberlake, que se casó en Borgo Egnazia con Jessica Biel en el 2012, o Dolce y Gabbana, son algunos de los famosos que han paseado por las numerosas calles, patios, plazas y restaurantes del hotel, inaugurado en el 2010 y en el que trabajan 700 empleados.
Su encanto, así como su capacidad para garantizar la seguridad y privacidad total de sus huéspedes han sido también importantes para la elección de este espectacular rincón del sur como escenario la cumbre italiana del G7, con el centro de prensa situada en Bari, a unos 60 kilómetros.
La seguridad es precisamente una de las mayores preocupaciones logísticas de la reunión, que estará protegida por tierra, mar y aire, con miles de policías y militares, así como un sistema de defensa antiárea que implicará el despliegue de al menos un buque militar, el Andrea Doria, frente a las costas de Bríndisi.
Playas inaccesibles
Los vecinos sufrirán las consecuencias de la altas medidas de seguridad, con prohibiciones que van desde la pesca y el baño en las playas cercanas al tránsito de personas y automóviles en la zona de máxima seguridad de Savelletri, la localidad situada a unos cientos de metros de Borgo Egnazia, y a la que sus habitantes solo podrán acceder con una tarjeta de identificación hasta el próximo domingo.
Mientras que el primer día de la cumbre, el 13 de junio, se vetará la navegación frente al castillo Svevo de Bríndisi, donde se suspenderán además todas las actividades comerciales, deportivas y escolares porque el presidente de la República, Sergio Mattarella, ofrecerá una cena de gala a la veintena de líderes presentes en el G7.
Aunque las limitaciones se han sentido en todo el país y los turistas ya han podido vivir en sus propias carnes las complicaciones del cierre del espacio Schegen, con motivo de la cumbre, lo que les ha obligado a sufrir largas esperas en los aeropuertos.
El chef Bottura ofrecerá un viaje gastronómico por Italia a los líderes del G7
Los líderes y las delegaciones del G7 podrán disfrutar de un experiencia agroalimentaria y enogastronómica con productos italianos a través de dos almuerzos de la mano del chef Massimo Bottura, que cuenta con siete estrellas Michelin.
El menú se degustará en el hotel Borgo Engazia y está inspirado en todos las regiones italianas que representan «la riqueza cultural y la biodiversidad» que ofrece el país bajo la «extraordinaria fantasía innovadora del chef», informó la organización de la cumbre.
«Las materias primas deben ser las protagonistas absolutas», explicó Bottura, que resaltó que la cocina italiana está hecha para «valorar el trabajo heroico de la producción y transformación agro-alimentaria, no para satisfacer le ego de los cocineros».
La primera ministra italiana y presidente de turno, Giorgia Meloni, agradeció al chef que expusiese «su arte al servicio de la promoción Made in Italy» y de los productos locales, y aseguró que la decisión de invitar a Bottura fue debido a «su capacidad para combinar estética y ética».
Estas comidas, además, tienen como objetivo plasmar «algunos momentos de la tradición italiana como el almuerzo dominical en familia» y tratan de comunicar emociones a través de la gastronomía así como transmitir los valores y la belleza del país, explicaron.
Bottura es un cocinero comprometido contra la lucha del desperdicio de alimentos y la solidaridad e inclusión de las personas más desfavorecidas, por ello tiene un proyecto llamado «Tortellante» en el que involucra a niños con síndromes genéticos y ancianos.
Según los medios italianos, que adelantaron el menú, ofrecerá «un viaje ideal a través de los sabores característicos de diversas zonas del país. Se comerá el pan y los tomates de Campania para luego ir al Véneto, con una sopa de pescado del Adriático al estilo laguna y continuar con Cerdeña, gracias a un risotto de bogavante azul con lubina y cítricos».
Otro plato estará inspirado en Sicilia: bacalao, salsa de aceitunas verdes de Nocellara, alcaparras Pantelleria y salsa de anchoas de Cetara.
El postre será, en cambio, un homenaje al sur en su totalidad: tarta de limón de Sorrento, bergamotas de Calabria y almendras de Noto.
El menú del día siguiente se abrirá con un plato inspirado en la famosa salsa pesto de Liguria y luego habrá lasaña, dedicada a Bolonia, y tortellini con crema de Parmigiano Reggiano de 36 meses, que remite a Módena. Luego habrá espacio para un plato de carne piamontesa, con carne de Fassona servida en un mar de colores, salsa Barolo y trufa negra de verano de Umbría.
El viaje gastronómico de Bottura terminará en Trentino-Alto Adige, con un postre de frutos rojos en leche y crema de vainilla aromatizado con albahaca. Ambos menús irán acompañados de palitos de pan con aceite de oliva virgen extra de Peranza y hogazas de masa madre de Matera.