«No queremos este futuro climático para Europa y debemos evitarlo a toda costa»

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El investigador Stefan Rahmstorf durante la charla
El investigador Stefan Rahmstorf durante la charla

El prestigioso científico alemán Stefan Rahmstorf advierte de que se subestima el problema de la corriente del Atlántico

16 jun 2024 . Actualizado a las 13:08 h.

El oceanógrafo alemán Stefan Rahmstorf es uno de los grandes expertos en el asunto climático más candente en la actualidad: el posible colapso de la Circulación de Vuelco Meridional del Atlántico (AMOC) como consecuencia del aumento de la temperatura media del planeta, «uno de los peligros más siniestros del calentamiento global», como él mismo considera.

Rahmstorf, que lleva 30 años investigando el Atlántico, ha publicado en sus redes sociales una presentación que se ha hecho viral porque ofrece una recopilación de todas las evidencias que apuntan a que la circulación marina se está debilitando y advierte sobre los efectos que conllevaría sobre el clima de Europa.

El científico germano empieza su charla explicando en qué consiste la AMOC. «Es un flujo superficial cálido que cubre todo el Atlántico, desde el sur hasta el extremo norte, donde se hunde y regresa hacia el hemisferio sur como una corriente fría». También aclara que no es lo mismo que la corriente del Golfo. «A menudo se confunde, pero, en realidad, esta corriente solo representa una parte de un sistema mucho más grande».

Para trasladar el enorme papel que desempeña, el científico plantea el siguiente ejercicio ¿cómo sería el clima de la Tierra si no existiese la AMOC?. «La escala de temperatura anual se movería hasta 20 grados menos en el hemisferio boreal y 20 más en el austral», responde. El climatólogo, director del Instituto de Investigación Climático de Postdam, recuerda que en el pasado ya se registraron abruptos cambios ambientales debido a alteraciones en la AMOC. Ahora, el aumento de los gases de efecto invernadero asociado a la actividad humana está volviendo a perturbar la corriente.

«Todo el planeta se ha estado calentando desde el siglo XIX excepto una región situada en Atlántico norte, justo en la zona donde la AMOC entrega su calor. Esa burbuja fría representa una evidencia de que está desacelerándose y por ello ahora proporciona menos calor a esa región», señala.

 

Rahmstorf también incluye en su exposición otra prueba menos conocida: el calentamiento de las aguas frente a la costa de Estados Unidos. «La desaceleración de la AMOC está provocando que la corriente del Golfo se aproxime más la costa estadounidense».

Además, el investigador recuerda que todos los estudios sobre la paleoclimatología de la AMOC certifican que esta corriente se encuentra actualmente en su estado más débil de los últimos mil años. También advierte de que los modelos científicos están subestimando el problema. «Las simulaciones que reproducen el calentamiento global presente y que tuvieron en cuenta un crecimiento del dióxido de carbono desde el siglo XIX predicen la desaceleración de la corriente para el futuro, pero, en realidad, ya está ocurriendo», apunta.

Rahmstorf sostiene que la presión sobre la AMOC está conduciendo a esta circulación marina a un punto de inflexión. «Hay muchas formas sencillas de explicar en qué consiste. Imagina que mueves tu taza de café justo hasta el borde de la mesa y después vuelves a empujarla. Esto está pasando con la corriente del Atlántico y representa una de las amenazas más graves para la estabilidad de las sociedades humanas».

Como consecuencia del colapso de la corriente se produciría un descenso de la temperatura media en Europa de unos 4 grados por década hasta el 2100. «Sería terrible, no queremos este futuro climático y debemos evitarlo a toda costa», comenta.

«Si colapsa la AMOC habrá un clima extremo sin precedentes»

Muchas personas que escuchan que el clima se enfriará como consecuencia del colapso de la Corriente del Atlántico puede llegar a pensar que el asunto del calentamiento global de origen antropogénico quedaría entonces resuelto. Sin embargo, los modelos científicos también ofrecen una idea de cómo podría ser el clima en un escenario en el que la concentración de dióxido de carbono sigue aumentando y, además, la AMOC se paraliza.

«El hemisferio norte sería mucho más frío, especialmente el Reino Unido y Escandinavia, pero el sur más cálido. Como consecuencia, se modificará el gradiente de temperatura entre el aire gélido que desciende desde el polo norte y el caliente que asciende desde el ecuador a través de los vientos. Esto provocará un clima muy extremo sin precedentes en toda Europa», explica Rahmstorf.

Además, también habría un cambio radical en el patrón de precipitación mundial. «Hay que recordar que en el clima actual, el hemisferio boreal es casi dos grados más cálido que el hemisferio austral debido precisamente a que la AMOC transporta calor hacia el norte. Si desaparece de la ecuación, ambos hemisferios tendrán una temperatura más similar y las lluvias que se producen al norte del ecuador de la Tierra se desplazarán más hacia el sur. Esto implicaría que ya no habría precipitaciones donde ahora mismo están las grandes selvas tropicales, lo que conllevaría un enorme problema», concluye.