Europa pone freno a los coches chinos con aranceles para aumentar su precio

Manoli Sío Dopeso
M. Sío Dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

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BYD

Las nuevas tasas aduaneras van desde el 17 % para BYD al 38 % para SAIC

12 jun 2024 . Actualizado a las 19:07 h.

No es una declaración de guerra comercial, —aunque China ya la interpreta como tal—, sino una respuesta de Europa a las voluminosas ayudas estatales de Pekín a la arrolladora industria del vehículo eléctrico.

Tres días después de las elecciones europeas y de una campaña muy centrada en los graves problemas de competitividad del Viejo Continente; después de más de 250 días de investigación y visitas sobre el terreno a más de 100 fabricantes chinos; y tras considerar probada la existencia de prácticas comerciales desleales, Bruselas ha decido pasar a la acción, con la misma estrategia proteccionista iniciada hace meses por Estados Unidos: levantando un muro arancelario para encarecer los coches chinos y frenar su invasión del mercado europeo.

«Como parte de la investigación en curso, la Comisión ha llegado a la conclusión provisional de que la cadena de valor de los vehículos eléctricos de batería (BEV) se beneficia en China de subvenciones injustas, lo que está provocando una amenaza de perjuicio económico a los productores de la UE», anunció ayer el Ejecutivo comunitario.

La investigación también examinó las consecuencias y el impacto sobre los consumidores y «en consecuencia, la Comisión Europea ha comunicado este miércoles a las partes interesadas el nivel de los derechos compensatorios provisionales que pretende imponer a las importaciones de BEV procedentes de China», explicó el vicepresidente Margaritis Schinas al finalizar la reunión del colegio de Comisarios de la UE que adoptó la resolución, aclarando que Bruselas ya se había puesto en contacto con las autoridades chinas «para discutir estos resultados y las posibles formas de resolver el problema».

La UE cobra actualmente a los fabricantes de automóviles que no pertenecen al bloque un impuesto del 10 % sobre las importaciones. A partir de este próximo mes de julio, aunque de forma aún provisional, está previsto que los aranceles aduaneros aumenten de media un 25 % sobre los mayores fabricantes chinos, cuyas ventas se han disparado en Europa, lo que generará una recaudación de más de 2.000 millones de euros al año.

Los derechos individuales de entrada al mercado europeo que la Comisión pretende aplicar a los tres mayores productores chinos son de un 17,4 % para BYD; del 20 %, para Geely; y la más elevada, de un 38,1 % para SAIC.

Tesla, que fabrica muchos de sus vehículos en China, podría recibir una «tasa de derechos calculada individualmente» en una etapa posterior «tras una solicitud justificada» presentada por el fabricante de automóviles, según ha explicado la Comisión.

También los fabricantes chinos de baterías —muchos de ellos son además proveedores de las marcas europeas—, estarían sujetos a una imposición promedio del 21 %, mientras que las que optaron por no cooperar tendrán que abonar un «derecho residual del 38,1%» para acceder a los consumidores del mercado único.

Para entender bien esta medida hay que irse a los datos: La revista especializada MIT Technology Review señala en un artículo que, entre el 2009 y el 2022, el Gobierno chino inyectó en sus fabricantes más de 200.000 millones de yuanes (27.000 millones de euros) en subsidios y exenciones fiscales, así como en contratos de adquisición para que las nuevas empresas se mantuvieran a flote durante los primeros años.

Una medida proteccionista que enfurece a Pekín y divide a los socios europeos

El endurecimiento de los aranceles a los coches eléctricos chinos no ha sentado nada bien en Pekín, que ya el martes advirtió que tomará represalias ante lo que considera una nueva guerra comercial que se abre entre la UE y el gigante asiático. Después de que el Financial Times adelantara la noticia sobre las intenciones de Bruselas, Lin Jian, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, aseguró en rueda de prensa que su Gobierno tomaría «todas las medidas para defender firmemente sus derechos e intereses legítimos».

Lin, como ya reiteró en anteriores comparecencias, afirmó que estos aranceles adicionales de la UE «violan los principios de la economía de mercado y eventualmente socavarán los propios intereses de Europa». Horas después, en medios digitales chinos, funcionarios de Pekín aseguraron que habría una respuesta «severa» si la UE decidiera «seguir a Estados Unidos en el bloqueo de los coches eléctricos chinos».

La medida proteccionista tampoco tiene consenso en Bruselas. Países europeos como Alemania o Suecia se han opuesto al plan por temor a que estos aranceles desaten una gran disputa comercial en la que todos salgan perdiendo. También lo rechazan fabricantes de automóviles europeos, como el grupo Stellantis, convencidos de que una China airada responderá recíprocamente, o incluso de manera más radical, bloqueando directamente la entrada de los vehículos europeos a su mercado.

«No aceptamos esto»

El primer paso para la resolución adoptada ayer la dio la presidenta de la Comisión, Von der Leyen, en septiembre del 2023 ante la Eurocámara. Allí anunció que se abriría una investigación en profundidad sobre las subvenciones chinas al sector, recordando «cómo las prácticas comerciales desleales de Pekín ya afectaron antes a nuestra industria solar», expulsando del mercado a jóvenes empresas continentales. «La del coche eléctrico es una industria crucial para la economía limpia, con un enorme potencial para Europa, pero los mercados globales ahora están inundados de automóviles eléctricos chinos más baratos. El problema es que su precio se mantiene artificialmente bajo gracias a enormes subvenciones estatales que están distorsionando nuestro mercado. Y como no aceptamos esto desde dentro, tampoco lo aceptamos desde fuera», dijo entonces la alemana.