Josep Rull, la cara amable del «procés» catalán
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Nacido en Tarrasa hace 55 años y licenciado en Derecho, atesora una larga trayectoria parlamentaria y en la ejecutiva de la CDC de Jordi Pujol
11 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Es la versión afable del independentismo catalán. Josep Rull, el hombre que hizo de Carles Puigdemont en los debates electorales del 12M, fue elegido ayer nuevo presidente del Parlamento de Cataluña, con los votos de los 59 diputados del bloque independentista, formado por Junts, ERC y la CUP. Nacido en Tarrasa hace 55 años y licenciado en Derecho, Rull atesora una larga trayectoria parlamentaria y en la ejecutiva de la CDC de Jordi Pujol, formación a la que llegó desde las juventudes nacionalistas de la JNC. En aquellos años, rivalizó con otro valor al alza del partido, Jordi Turull, al que se enfrentó en el congreso fundacional del PDECat. Ese enfrentamiento dio un vuelco cuando ambos dirigentes compartieron años de cárcel por su papel en el referendo ilegal del 1-O. Hoy, se lo considera uno de los máximos exponentes del sector posibilista del partido.
Más de tres años en prisión
Como consejero del Gobierno de Puigdemont, donde exhibió dotes de buen gestor, fue uno de los firmantes del decreto que llevaría al referendo ilegal del 2017. A diferencia del expresidente de la Generalitat, Rull no abandonó el país tras la proclamación de la independencia, presentándose en su despacho el lunes siguiente como si se tratara de un día normal. Procesado por rebelión, el Tribunal Supremo lo acabó condenando por sedición a diez años y seis meses de prisión e inhabilitación absoluta, dentro de la causa penal contra los 12 líderes del procés. Dos años después, fue indultado por el Gobierno de Pedro Sánchez, lo que le permitió concurrir a las elecciones del 12 de mayo como número tres de Junts.
En su discurso de toma de posesión, el nuevo presidente del Parlamento de Cataluña, que vivió la anterior sesión de investidura, la del 2021, desde la prisión, recordó que «todavía hay tres escaños vacíos, y esta es una anomalía que hay que corregir», en referencia a los diputados electos huidos de la Justicia: Puigdemont, Puig y Wagensberg.
En este sentido, se refirió a la expresidenta Carme Forcadell, de la que dijo que «fue condenada por permitir el debate» en la Cámara, y defendió la inviolabilidad parlamentaria: «Ningún diputado puede ser perseguido por sus opiniones o por ejercer su voto». También señaló que presidirá el Parlamento con «una actitud insobornablemente respetuosa, constructiva, construyendo los puentes de manera infatigable».