Una joven reconoce que mató a su madre junto a su novio y convivió con el cadáver cuatro meses en pandemia

La Voz REDACCIÓN

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Los hechos tuvieron lugar en abril del 2020 en la vivienda en la que residían en la localidad valenciana de La Alcudia de Crespins, cuando la joven tenía 18 años

03 jun 2024 . Actualizado a las 17:54 h.

Una joven de 22 años ha reconocido que mató a su madre durante el confinamiento del 2020 tras urdir un plan junto a su entonces pareja. Los hechos tuvieron lugar en el mes de abril en la vivienda en la que residían en la localidad valenciana de La Alcudia de Crespins, cuando la joven tenía 18 años. En aquellas fechas tuvo lugar el pleno apogeo de las restricciones sanitarias por el covid-19 y la pareja convivió con el cadáver de la víctima durante algo más de cuatro meses.

La acusada, que lleva cuatro años en prisión, ha afirmado que fue su pareja quien comenzó con la agresión aunque ha reconocido que finalmente ella cogió un cuchillo y se lo clavó a su madre en el cuello: «Entré en shock. No sabía lo que hacer. Él me decía 'hazlo, hazlo, hazlo' y, al final, lo hice», ha relatado durante su juicio.

 De acuerdo a la reclamación del ministerio fiscal y la acusación particular, que representa a otro hijo de la víctima, la joven se enfrenta a 30 años de prisión por los delitos de asesinato y robo con violencia en casa habitada con la circunstancia agravante de parentesco, además del pago de una indemnización de 80.000 euros. La defensa difiere de los hechos narrados por las acusaciones.

El novio de la joven, de 17 años en el momento del crimen, también fue acusado, sin embargo, al ser menor de edad, fue juzgado y condenado por un Juzgado de Menores a la pena de internamiento.

Los hechos se remontan al 1 de abril del 2020 cuando la hija y su pareja sentimental comenzaron a planear la manera de acabar con la vida de la madre. La joven había tenido varios desencuentros con ella y acordó con su novio matarla para poder estar juntos y poder pagar las deudas de él por drogadicción.

El mismo día, el novio acudió a la vivienda en la que residían la víctima y la acusada, ambas de nacionalidad búlgara. El joven trajo consigo un cuchillo y tres barras de pan, para justificar, si le paraba la policía, que había salido a la calle a comprarlas, ya que es de las pocas cosas que estaban permitidas en aquel momento de pandemia plagado de restricciones.

 Una vez llegó al portal del edificio, el novio avisó a la joven para que abriera la puerta y subió. En el interior de la vivienda, cogió una botella de amoniaco y roció a la víctima, que estaba tumbada en el sofá. A continuación, le golpeó en la cabeza y le asestó dos puñaladas. La mujer pudo levantarse y se dirigió malherida hacia el pasillo, donde cayó al suelo. En ese instante, el novio volvió a coger otro cuchillo de la cocina y le volvió a golpear en la cabeza. La hija, posteriormente, le asestó también varias cuchilladas y acabó con su vida.

La mujer falleció como consecuencia de un shock con perforación del corazón. Los jóvenes dejaron allí su cadáver, le robaron dos tarjetas de crédito y se fueron al cajero para sacar dinero. Entre el 1 de abril y el 4 de junio, le robaron un total de 6.200 euros.

Los acusados convivieron con el cadáver de la víctima en la vivienda durante algo más de cuatro meses, hasta el 20 de agosto del 2020, cuando la Guardia Civil entró a hacer un registro en la casa tras la denuncia interpuesta por varias personas del entorno. En ese momento la joven tenía intactas sus capacidades volitivas, es decir, que no presentaba anomalías mentales.

Declaraciones de la hija

La joven ha mostrado su deseo de contar lo que ocurrió ese día y ha manifestado que convivía con su madre desde que se divorció de su padre en el 2014. Cuatro años más tarde, en el 2018, comenzó una relación con el otro acusado, sobre el que ha dicho que «al principio era todo muy bonito» pero luego le maltrataba. «Yo se lo permitía porque pensaba que lo hacía por mi bien», ha detallado.

Ha indicado que su madre no apoyaba la relación porque veía los «insultos, amenazas y burlas». «A ella le parecía mal que pasase esta situación y eran discusiones siempre», ha aseverado a la vez que reconoce que en esos momentos consumía cocaína, speed y marihuana. Entonces, el novio comenzó a planificar el asesinato y cuando apareció el día 1 «Sabía lo que iba a hacer, sabía que iba a matarla», ha relatado ella misma.

Después del primer ataque a su madre, cogió a su perro y se fue al baño. «Intenté marcar al 112 pero no tenía valor y para mí él era lo primero. Me asusté. Estaba despistada. Iba a llamar al 112 porque se escuchaban los golpes y cómo mi madre luchaba. Entré en shock», ha descrito. «Por una parte quise salvar a mi madre y, por otra, pensé mucho más en él», añade. Al salir del baño se encontró con su madre tumbada en el suelo llena de sangre: «Él empezó a decirme que tenía que hacer algo. Me dio un cuchillo y yo iba y no iba; iba y no iba y a la tercera fui y le corté en el cuello», ha narrado.

«No sé si mi madre estaba viva. No sé cómo estaba. Para mí sí estaba viva porque escuchaba como agonizaba a través de la boca con la sangre y todo eso. Él me decía 'hazlo, hazlo, hazlo' mientras yo daba vueltas por la cocina y me lo pensaba y, al final, lo hice». No recuerda si su madre le dijo algo entonces.

A continuación, su pareja le abrazó «fuerte», cogió el cuchillo y lo tiró: «Me dijo que ya estaba y que los malos tratos ya no los iba a volver a tener. Dejamos a mi madre en el pasillo hasta el día que la Guardia Civil vino a casa», ha afirmado

Al ser preguntada por el motivo por el que no hicieron nada con el cuerpo sin vida de la víctima, ha respondido: «No tenía valor. Yo limpié la sangre y el sofá y empecé a tirar los cuchillos por diferentes sitios de basura. Lo tiré todo». «Estoy muy arrepentida y pido perdón», ha señalado para concluir su declaración.