Alemania, empapada en crispación, miedo y desencanto político antes de las europeas

Andrés Rey REDACCIÓN / LA VOZ

ACTUALIDAD · Exclusivo suscriptores

Una pancarta con el lema  Nazis fuera  en una manifestación contra la AfD, en Berlín.
Una pancarta con el lema Nazis fuera en una manifestación contra la AfD, en Berlín. FILIP SINGER | EFE

La guerra, la migración y la economía son lo que más preocupa a la población

04 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

«El diálogo político en Alemania se está perdiendo rápidamente», lamenta Javier Méndez. Tiene 48 años, reside en Garmisch, un pueblo turístico en el sur, en Baviera, y nunca había vivido tanta agresividad. «Antes de hablar contigo me tomé tiempo, me di una vuelta grande por el pueblo —cuenta—. He visto que todos los carteles de Los Verdes [el partido ecologista] están cubiertos con heces».

La Alemania que votará este domingo para escoger a sus representantes en la Eurocámara no es la misma que la de hace unos años. Está marcada por un profundo desencanto con la clase política, llena de miedo y odio y envuelta en un notable regreso de la ultraderecha. Javier lleva años observando todo esto: «Mis padres se marcharon de Asturias en el 72, se fueron al centro de Alemania, como muchos otros asturianos en aquella época. Y en el 90 se mudaron a Garmisch, que es exactamente la zona que se te viene a la cabeza cuando piensas en Baviera: los pantalones de cuero, las cervezas... Es aquí [se ríe]». En el pueblo, cuenta, hay mucha cultura de sentarse a la hora de cenar en alguno de los jardines, tomarse algo, la gente lleva su propia comida. «Y siempre se hablaba de política, pero eso se está perdiendo».

Las huellas de Ucrania

Aunque no hablen de política, la mayoría de los alemanes tienen el 9 de junio en mente. Las elecciones están en todos los medios, las calles están llenas de pancartas y la fecha ha adquirido una dimensión que no tenía hasta ahora. La preocupación ha crecido con cada paso del Ejército ruso en Ucrania.

«El tema ya no está tan presente, es como si nos hubiéramos acostumbrado a la guerra —explica Javier—. Pero hemos vivido una llegada masiva de ucranianos». Entre los alemanes hay una gran preocupación por la inmigración, que, de hecho, lleva a muchos a inclinarse hacia el conservadurismo. Cada comunidad está obligada a acoger un porcentaje determinado de migrantes, «y ya hemos cruzado la línea roja. No hay sitio». Además, aunque el presupuesto de defensa es más alto que nunca, cada disparo de un carro de combate Leopard cuesta casi 10.000 euros. «La industria alemana ya no es la que era y el Ejército es demasiado pequeño para la amenaza a la que nos enfrentamos». Migración, defensa y economía. Y es en ese caldo de cultivo donde crecen las raíces de la ultraderecha, encarnada por el partido Alternativa para Alemania (AfD).

El regreso del ultranacionalismo

El Estado germano lleva muchos años siendo un ejemplo hegemónico de estabilidad política. Entre el 2005 y el 2021 estuvo gobernado por la Unión Demócrata Cristina (CDU, centroderecha), con Angela Merkel a la cabeza y en coalición con diferentes formaciones, sobre todo el Partido Socialdemócrata (SPD, centroizquierda). Desde el 2021, después de la marcha de Merkel y algunos escándalos de corrupción, la CDU perdió popularidad y se consolidó lo que se conoce como «coalición semáforo». El SPD —con el rojo como color identitario— gobierna de la mano del Partido Democrático Libre (FDP, liberal) y Los Verdes —cuyos colores son el amarillo y el verde, respectivamente—.

Ahora la Justicia persigue a la AfD porque sospecha que podría estar atentando contra la democracia. «Cuando surgió la AfD, introdujo una retórica en el Parlamento con discursos muy violentos, muy agresivos», asegura Javier. El cabeza de lista del partido, Maximilian Krah, dimitió hace dos semanas después de elogiar a los nazis, y la formación ha sido expulsada de Identidad y Democracia, su grupo en la Eurocámara. Pero eso no se refleja en las encuestas. La AfD se mantiene como segunda fuerza favorita, con un 17 % de la intención de voto, solo por detrás de la CDU, que acumula un 30 %.

«Venden miedo. Miedo a la inmigración, a la inseguridad, con soluciones de las que suenan tan fáciles que siempre llevan al desastre», señala Méndez. Y calan en especial entre los jóvenes porque están muy presentes en las redes sociales, donde los demás partidos fracasan. «Los que ya tenemos cierta edad tenemos miedo de dar los mismos pasos otra vez, de cometer los errores que llevaron a Alemania en los años treinta a la catástrofe que todos conocemos. Pero los jóvenes no tienen esa conciencia», concluye.

Ursula von der Leyen: la candidata que no aparece en las pancartas

Ursula von der Leyen, candidata popular a presidenta de la Comisión Europea
Ursula von der Leyen, candidata popular a presidenta de la Comisión Europea VASSIL DONEV | EFE

A cinco días de las elecciones, los candidatos a presidir la Comisión Europea parecen reducirse a dos: Ursula von der Leyen y Nicolas Schmit. La actual presidenta, símbolo de continuidad y estabilidad, ha sido elegida por aclamación dentro de su grupo (el Partido Popular Europeo, PPE) y su candidatura es una de las más fuertes. Sin embargo, el rostro de la alemana no aparece en las pancartas de su partido (la Unión Demócrata Cristiana, CDU).

Von der Leyen, de 65 años, lleva casi 20 ocupando cargos políticos. Empezó en el 2005, como ministra de Familia alemana. Después, en el 2009, pasó a ocupar la cartera de Trabajo y en el 2013 se convirtió en la primera alemana titular de Defensa. Hasta el 2019, centró su gestión en la modernización de las Fuerzas Armadas y en la mejora de las condiciones laborales dentro del Ejército.

Sin embargo, muchos la criticaron por lo que consideraron una modernización militar deficiente y por algunos escándalos de corrupción en los que se vio envuelta. De hecho, muchos en Alemania comentan que su nominación como candidata a presidir la Comisión Europea, en julio del 2019, fue un modo de «sacarla del medio», dice Javier Méndez.

«Ahora mismo estoy mirando por la ventana para comprobarlo, pero es verdad. Von der Leyen no sale en las pancartas de la CDU. Sale Manfred Weber [el líder del PPE]. En las anteriores europeas ya pasó lo mismo: lo venden a él como candidato a la presidencia, cuando el Parlamento Europeo ya ha dicho que la candidata va a ser Von der Leyen».

Nicolas Schmit, candidato socialista a presidente de la Comisión Europea.
Nicolas Schmit, candidato socialista a presidente de la Comisión Europea. MOHAMMED BADRA | EFE

Frente a ella, el socialista luxemburgués Nicolas Schmit también cuenta con una gran experiencia. De 70 años, fue el ministro de Trabajo luxemburgués entre el 2009 y el 2018. En el 2019, después de un breve periplo como eurodiputado, fue nombrado comisario de Empleo, cargo que ocupa desde entonces.

Como cabeza de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D), su enfoque sobre los derechos sociales y el empleo lo posiciona favorablemente para atraer a votantes preocupados por la justicia social y las oportunidades laborales en toda Europa. Sin embargo, debe navegar desafíos notables, como la guerra de Ucrania y la transición energética. Solo un detalle lo diferencia significativamente de su rival: él sí sale en las pancartas.