Sudáfrica decide en las urnas el futuro del partido de Mandela
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![Julius Malema, líder del partido de extrema izquierda los Luchadores por la Libertad Económica (EFF).](https://img.lavdg.com/sc/T0Te4On9l2jnuR4_D8OF5CAQMzo=/480x/2024/05/29/00121716998642252635625/Foto/reu_20240529_141159841.jpg)
Treinta años después, el Congreso Nacional Africano podría perder la mayoría absoluta y tener que pactar con otras formaciones para mantenerse en el poder
29 may 2024 . Actualizado a las 20:09 h.El 10 de mayo de 1994 llegó al poder en Sudáfrica Nelson Mandela de la mano del Congreso Nacional Africano (CNA), tras pasar casi tres décadas encarcelado por el régimen segregacionista. Treinta años después casi 28 millones de sudafricanos deciden este miércoles en las urnas si ponen fin a la mayoría absoluta que ostenta el partido de Madiba desde el fin del apartheid.
En las dos últimas décadas la CNA ha dilapidado el legado del primer presidente negro del país y premio nobel de la paz, cuya máxima fue promover en el país del arco iris una democracia sólida, la reconciliación y la igualdad. En definitiva, una vida mejor para todos los sudafricanos fuera cual fuera su raza. Durante los mandatos de sus sucesores, Jacob Zuma y Cyril Ramaphosa, Sudáfrica ha afrontado sonoros casos de corrupción y promesas incumplidas que han empañado la imagen del partido, sobre todo entre la juventud que no ha conocido el apartheid.
Un reguero de problemas
La frustración no ha hecho más que crecer en el país por la persistencia de problemas como la extrema desigualdad que todavía pesa sobre la población negra, la criminalidad, el desempleo (32,9 %), el coste de la vida y la crisis energética con los recurrentes apagones debido a la corrupción, los sabotajes y la falta de mantenimiento de la obsoleta compañía estatal Eskom.
Un reguero de problemas que amenazan con poner fin al poder absoluto del CNA. Ramaphosa, que pasó de activista contra el apartheid a rico empresario y luego presidente, se mostraba este miércoles esperanzado en salir reelegido. Pero la realidad es que los sondeos vaticinan que el CNA obtendrá el 40 % de los votos, muy lejos del 60 % de apoyo obtenido en las elecciones celebradas entre 1994 al 2019 y el 57 %, hace cinco años.
Para su segundo mandato, Ramaphosa está obligado a pactar con otras formaciones. Tiene dos opciones: llegar a un acuerdo con John Steenhuisen, líder de la centroderechista Alianza Democrática, heredera de la minoría blanca que se oponía al apartheid, o con el populista de extrema izquierda Julius Malema, que dirige los Luchadores de por la Libertad Económica (EFF), formación que defiende la expropiación obligatoria de tierras, en su mayoría en poder de la minoría blanca. Los sondeos dan a Steenhuisen el 27 % de los votos y a Malema, el 10 %.
También podría estar entre los cuatro partidos más votados la nueva fuerza impulsada por el expresidente Zuma, quien reniega del CNA. Condenado a quince meses de cárcel por desacato en el 2021, intentó concurrir a las presidenciales como cabeza de una nueva formación política, pero el Tribunal Constitucional se lo impidió. Los resultados oficiales no se conocerán hasta el próximo domingo.
Sudáfrica está muy alejada del futuro prometido por Mandela. Pese a la desaparición del régimen del apartheid, la desigualdad y el racismo sigue impregnado la vida del país. Las condiciones de vida de la población de raza negra, el 86 %, y es diametralmente distinta a la minoría blanca. Millones de sudafricanos negros están en paro, viven en chabolas y no tiene acceso a la electricidad, la sanidad y la educación, en medio de una criminalidad galopante. Mientras en los lujosos barrios residenciales de Ciudad del Cabo, la élite blanca consume agua en exceso para llenar sus piscinas en medio de la pertinaz sequía que vive el país.