Un multimillonario planea una nueva expedición al Titanic después de la implosión del submarino Titan

La Voz REDACCIÓN

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Larry Connor será uno de los tripulantes del submarino Tritón
Larry Connor será uno de los tripulantes del submarino Tritón The Connor Group

Larry Connor, un magnate estadounidense del sector inmobiliario, planea llevar otro sumergible a las profundidades para demostrar que estos viajes son seguros tras la tragedia de OceanGate en la que murieron cinco personas

30 may 2024 . Actualizado a las 19:26 h.

La historia suena repetida, pero el interés por llegar a los restos del Titanic sigue siendo una epopeya contemporánea.

Tras la implosión del submarino Titan de OceanGate, que dejaba cinco fallecidos en junio del 2023, otra expedición busca ahora explorar los restos del buque que se hundió en 1912.

La iniciativa parte de Larry Connor, un multimillonario del sector inmobiliario de Ohio que planea llevar un sumergible a las profundidades. Su objetivo pasa por demostrar que estos viajes submarinos son seguros tras la tragedia de OceanGate.

«Quiero mostrarle a la gente de todo el mundo que, si bien el océano es extremadamente poderoso, puede ser maravilloso y placentero y realmente transformador si se maneja de la manera correcta», dijo Connor al The Wall Street Journal.

Imagen de Triton, el sumergible con el que intentarán llegar a los restos del Titanic
Imagen de Triton, el sumergible con el que intentarán llegar a los restos del Titanic The Connor Group

El empresario aseguró que viajará acompañado de su socio y cofundador de Triton Submarines, Patrick Lahey. Ambos irán en un sumergible de de su propia firma acondicionado para dos personas a una profundidad de 2,3 millas náuticas, 4,2 kilómetros, para ver los restos del naufragio en el Atlántico Norte. 

The Wall Street Journal Magazine titula su extenso reportaje: «Después de la implosión de OceanGate, los ultra ricos aún no pueden resistir las profundidades del mar». Y es que la publicación mantiene que son muchos los millonarios que siguen solicitando este servicio. 

Según apunta la BBC, un portavoz de la compañía de Connor, fundada en el 2008, dijo el martes que el viaje propuesto solo se llevaría a cabo una vez que el barco estuviera completamente certificado por una organización marítima y que la expedición no tiene plazos.

La nave en la que viajarían se llama Tritón 4000, cifra que se refiere a la profundidad que puede alcanzar de forma segura. 

Una industria tocada de muerte

La industria privada de los submarinos quedó tocada de muerta hace casi un año, cuando una nave de la compañía OceanGate implosionaba en el Atlántico. El submarino Titan había desaparecido después de descender al fondo marino, también para ver los restos del Titanic, hundido en 1912 tras chocar con un iceberg.

El viaje de Titan, con cinco personas a bordo tenía que haber durado diez horas, pero el final fue trágico. El sumergible perdió el contacto con la nave nodriza, el barco «Polar Prince» que había partido de San Juan de Terranova, en Canadá. La búsqueda fue una auténtica contrarreloj porque la empresa comunicó que la embarcación contaba con provisiones para que los ocupantes sobreviviesen cinco días. No fue así y, a pesar de los numerosos medios empleados en su búsqueda, la misión se dio por terminada cuando se confirmó que unos restos hallados a 500 metros del pecio del Titanic pertenecían a esta embarcación.

La explicación fue una «implosión catastrófica», es decir, una rotura y hundimiento provocados por la mayor presión del exterior.

Titan era un sumergible de seis metros y medio de largo desarrollado por una empresa especialista en prospecciones submarinas llamada OceanGate. Se usaba sobre todo en exploraciones científicas, pero desde el 2021 el batiscafo se había usado para viajes turísticos.

A bordo del sumergible turístico iban el empresario pakistaní Shahzada Dawood y su hijo Suleman, de 19 años, que había manifestado a su familia que estaba aterrorizado con el viaje. Otro de los ocupantes era el explorador británico Hamish Harding. Dawood vivía con su familia en el Reino Unido y patrocinaba el Instituto SETI, cuya misión es explorar y entender el origen del universo, mientras que Harding era presidente de la firma de aviones Action Aviation y conocido por haber viajado al espacio. Junto a ellos iban en el sumergible el explorador francés Paul-Henry Nargeolet y el propio Stockton Rush, director ejecutivo de OceanGate, responsable de la empresa organizadora de los carísimos viajes. Rush había fundado OceanGate 13 años antes y ejercía de director ejecutivo. La compañía cobraba 250.000 euros por cada viaje, que duraba ocho días y siete noches, y se especializó en organizar expediciones al Titanic.

Tras este dramático viaje, OceanGate suspendió y mantiene en suspenso a día de hoy todas sus operaciones. En cuestión quedó su seguridad, sobre todo tras conocerse que un año antes el periodista David Pogue había viajado en el submarino para hacer un reportaje para la CBS. Aquel viaje ya no fue bien. Titan estuvo más de dos horas perdido en el océano.