Francisco pide a los obispos que no admitan a homosexuales en los centros formativos de sacerdotes
28 may 2024 . Actualizado a las 15:55 h.Para defender la posición de no admitir a homosexuales en los seminarios, el papa dijo en la reunión a puerta cerrada de la Conferencia Episcopal Italiana celebrada el pasado 20 de mayo que ya había «mucha mariconería» en estos centros de formación de sacerdotes. El comentario trasciende ahora, confirmado por algunos medios italianos como el Corriere della Sera y La Repubblica con algunos obispos presentes.
Concretamente, Francisco habría usado la palabra despectiva en italiano frocciagine —mariconería o mariconeo— mientras debatía con los obispos si admitir o no a candidatos abiertamente homosexuales y en qué medida. Aunque reiteró, como siempre, la necesidad de acoger a todos, el pontífice se mostró muy rígido al respecto, subrayando su «no» a dejarles acceder al seminario, como ya ha insistido la Iglesia en varias ocasiones.
Corriere della Sera explica, citando a los presentes consultados, que la frase, «más que vergüenza, fue recibida con algunas risas incrédulas». «Era evidente que el papa no era consciente de lo ofensiva que resulta esa palabra en italiano», comentaron los allí presentes.
Sobre el tema en cuestión, Francisco recordó la posición de la Iglesia al respecto, que con una instrucción del dicasterio del Clero del 2005, con Benedicto XVI, confirmada en el 2016 con Francisco, estableció que «respetando profundamente a las personas en cuestión», no se puede admitir en el seminario y en las Sagradas Órdenes a «quienes practican la homosexualidad, tienen tendencias homosexuales profundamente arraigadas o apoyan la llamada cultura gay». En noviembre, en la asamblea de Asís, los obispos italianos aprobaron sin embargo un texto para regular estas admisiones, la Ratioformationis sacerdotalis, que aún no ha sido publicado porque se espera la luz verde de la Santa Sede. En él se incluye una enmienda que distingue entre orientación homosexual simple y las llamadas «tendencias profundamente arraigadas», lo que significa que un homosexual sí podría ser admitido siempre que dé garantías, como un heterosexual, de saber cómo mantener la disciplina del celibato.
Según lo hablado en la Conferencia Episcopal Italiana, el papa habría rechazado esta posibilidad y los homosexuales no deberían ser admitidos en los seminarios sin matices.