La Justicia británica aplaza la extradición de Assange y le permite volver a apelar
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Washington no ha aportado las suficientes garantías de que celebrará un juicio justo
20 may 2024 . Actualizado a las 22:31 h.Julian Assange sigue escapándosele a Estados Unidos. El fundador de WikiLeaks consiguió el lunes que la Justicia británica le dé una nueva oportunidad para apelar su extradición al país norteamericano, después de que los magistrados consideraran insuficientes las garantías dadas por Washington sobre que el ciberactivista recibirá un juicio justo.
«Los jueces han tomado la decisión correcta», afirmó Stella Assange, esposa del programador de 52 años, nada más conocer la decisión de los jueces Victoria Sharp y Adam Johnson. «Como familia estamos aliviados», admitió la mujer, quien acto seguido pidió al Gobierno de Joe Biden que desista de su persecución. «¿Cuánto tiempo puede seguir esto? EE.UU. debería leer la situación y desistir de este caso. Abandonen este vergonzoso ataque al periodismo, a la prensa y al público que ha durado 14 años», reclamó.
La defensa de Assange aseguró que no ha recibido garantías de que su cliente afrontará un juicio justo y de que su vida e integridad estarán protegidas. «Las promesas de los fiscales fueron bastantes vagas: “No nos opondremos a la libertad bajo fianza, no pediremos la pena de muerte”. Pero no se ha dado ninguna garantía específica», aseguró el abogado Edward Fitzgerald.
Por su parte, los representantes del Gobierno estadounidense negaron que la nacionalidad del ciberactivista (nació en Australia) pueda perjudicarlo, pero indicaron que la libertad de expresión no ampara sus acciones.
«La posición de la Fiscalía estadounidense es que nadie, ni los ciudadanos estadounidenses ni los extranjeros, tiene derecho a basarse en la primera enmienda para publicar información clasificada obtenida ilegalmente y que proporcione los nombres de fuentes, debido a su grave e inminente riesgo de daño», añadió el abogado James Lewis.
Una pelea interminable
La batalla judicial entre Assange y justicia de EE.UU. se prolonga por más una década y no tiene visos de que vaya a concluir a corto plazo. El pulso se reactivó en el 2019, después de que el Gobierno ecuatoriano expulsara al ciberactivista de su embajada en Londres, donde permaneció refugiado desde el 2012. Tras perder una serie de acciones ante varios tribunales, incluido el Supremo del Reino Unido, en el 2022 el Gobierno británico autorizó la entrega de Assange a Washington, pero la misma no se ha materializado porque la defensa del fundador de WikiLeaks ha presentado nuevos recursos en los que sostiene que, de ser extraditado, la vida de su cliente estará en peligro.
Assange es requerido por la justicia estadounidense por la publicación, entre el 2010 y el 2011, de miles de informes y archivos clasificados relacionados con las guerras de Afganistán e Irak. La Fiscalía del país norteamericano quiere procesarlo por 17 delitos de espionaje e intrusión informática y en caso de ser declarado culpable podría pasar hasta 175 años entre rejas. No obstante, en algún momento las autoridades estadounidenses llegaron a asegurar que lo más probable es que el programador pase entre cuatro y seis años en la cárcel.
Pero la posibilidad de que durante su enjuiciamiento o durante su condena el fundador de WikiLeaks sea sometido a un estricto aislamiento también ha sido esgrimida como un riesgo. ¿La razón? Los supuestos problemas de salud que viene sufriendo y que le impidieron estar presente en el acto donde se llegó al dictamen a su favor.
El fallo fue celebrado por seguidores de Assange, quienes se congregaron a las puertas de la sede judicial londinense y entre los que figuraba el exlíder laborista Jeremy Corbyn. Y aunque la decisión del tribunal supone un balón de oxígeno, no implica que su liberación esté cerca. Assange continuará bajo detención provisional en la cárcel de máxima seguridad de Belmarsh, a las afueras de Londres, donde lleva encerrado desde abril de 2019.